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ANNA.- Parte 1.

Sentí pequeños toques desde mi sien hasta mi mejilla, abrí los ojos y Daniel estaba a mi lado recostado mientras me abrazaba.

- Ya es hora de irnos- seguía sobre el césped y sobre el pecho de Daniel, me incorporé para sentarme después vi el cielo, ya está a punto de quedarnos sin luz ¿cuánto dormí?

- ¿Qué hora es?

- No sé pero hay que irnos- dice mientras me ayuda a ponerme de pie, cuando estoy a punto de dar un paso siento una mano pasar por debajo de mis piernas y otra sobre mi cintura, mis pies dejan de tocar el suelo y me encuentro pegada en el pecho de Daniel.

- Puedo caminar yo sola Daniel- digo mientras avanza conmigo en brazos.

- Por cierto tu papá te escribió un mensaje diciendo que atraparon a Sebastián, pero no atraparon a todos sus hombres así que tenemos que pasar unos días más en la casa.

- Me alegro.

- Que hayan atrapado a Sebastián o que tenemos más tiempo solo para nosotros.

- Ambos- continúo con la caminata pero no pensé que podía llegar sin tomar un descanso, no sabía cuánto tiempo habíamos caminado pero si fue mucho, él no llegó con ninguna gota de sor sobre su cuello o espalda. Me dejo en el suelo cuando llegamos a la entrada de la casa, después entramos. Yo me di una ducha no muy larga ya que quería pasar más tiempo con Daniel. Me puse la pijama y bajé las escaleras para entrar a la cocina. Daniel estaba en la isla comiendo un plato de cereal y con el cabello mojado al igual que con su pijama puesta. Me sirvo también un plato de cereal y lo acompaño.

- Estaba pensando en invitar a los chicos para que pasen el fin de semana con nosotros- dice tomándome por sorpresa y no me puedo negar ya que es buena idea.

- Si me gustaría que vinieran.

- Ah, olvide decirte... los padres de Rachel saldrán el fin de semana así que también estará con nosotros.

- De acuerdo, me agrada mucho ella, me recuerda cuando yo tenía su edad.

- Si te refieres a que es berrinchuda a veces y que no deja de molestar...- le lanzó una mirada amenazante a Daniel y el suelta la risa y se atraganta un poco con el cereal que tiene en la boca, yo meto mis dedos a mi plato y le lanzó un poco de cereal con leche a la cara a Daniel, el deja de reír mientras que el frío de la leche le escurre por todo el rostro, hombros y pecho.

- Ahora si es gracioso- comienzo a reírme y Daniel deja caer la cuchara y sale disparado de su asiento, yo trato de salir corriendo pero una de sus manos me toma de la cintura levantándome del suelo y yo pego un grito, en me deja de nuevo pegada a la isla de la cocina y mete sus dedos a mi plato de cereal mientras que yo intenso zafarme de su agarre.

- No, no, no, Daniel.

- Tu comenzaste.

- No tu comenzaste comparándome con los caprichos que hace Rachel.

- Cierto pero ya me conoces- dice eso y me lanza cereal por arriba de mi cabeza, yo pongo las manos para que no me deje el cabello todo pegajoso, estaba muy frío que di varios suspiros mientras que Daniel se reía.

- Ya Daniel, me rindo tu ganas- me suelta de golpe y yo me giro sobre mis talones para quedar cara a cara.

- Sabía que perderías- ya no quería continuar con esto así que lo dejamos pasar. Me fui a lavar mi cabello y a quitarme los residuos del cereal que tenía pegado en mis brazos, por último me fui a la cama ya que el sueño comenzaba a ganarme así que no lo pensé más y me dejé caer para taparme con las sábanas, por un momento sentí la cama vacía así que me giré mirando al techo de la cama. Después de unos minutos la puerta comienza a abrirse y me incorporo un poco dándome cuenta de que en el marco de la puerta esta Daniel cerrando la puerta a sus espaldas.

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora