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DANIEL O'BRIEN.

Anna me acompañó en todo momento en el funeral de mi padre. El murió de un golpe que se dio en la cabeza cuando estaba en los establos y se quedó dormido.

Después del funeral fuimos por los papeles y regresamos al departamento en el auto de Anna, ya que volví a quebrar en el llanto cuando vi como bajaban el ataúd de mi padre a la tumba. Me dejé caer en el sillón y llevé mis manos a la cara ya que no quería que Anna me viera, pero era inevitable, ella sabía cómo me sentía, sentí su mano sobre mi hombro.

- Tranquilo.

- No sé si pueda superar esto Anna.

- Sé que lo harás, confío en ti Daniel.

- Primero mamá, luego mi papá...

- Ya no digas más Daniel, no te lastimes- en eso tenía razón.

- Solo quiero que termine el sufrimiento.

- Dime que quieres que haga para que te sientas mejor- no sabía cómo responderle. Y negué con la cabeza- estaré en la habitación por si necesitas algo ¿te parece?- asentí ya que quería un tiempo a solas, no quería que me viera llorar más ya que también sabía que se deprimía ella al no poder hacer nada para ayudarme, me recosté en el sofá de tres personas y llevé mis manos a mi cara. Por unos minutos me quedé en esa posición hasta que me quedé dormido...

- Pobre Daniel O'Brien- me desperté de golpe, ya no estaba en el departamento, estaba en el cementerio frente a la tumba de mi padre, me levanté del césped y lo vi a lo lejos, sentí la sangre hervir por todo mi cuerpo e hice mis manos puños ¿qué mierda está haciendo aquí? Comencé a caminar hasta quedar frente a frente.

- ¿Qué quieres?- se le hizo una sonrisa.

- Solo vine a ver cómo te encontrabas ya que me enteré de lo que pasó.

- Déjame en paz, no estoy de humor.

- Bueno, si no quieres saber de la verdadera razón de cómo murió tu padre no te lo diré- cuando termino de decir esas palabras no me quedé en la misma posición ya que lancé contra él y lo golpeé en el rostro, pero los golpes no le hacían efecto, ya que era un maldito sueño. Él se ladeó un poco logrando retirarse de mi alcance. Yo corrí en su dirección pero la vista comenzó a ponerte toda negra.

- Daniel, Daniel- la voz de Anna hizo que me despertara de un brinco.

- ¿Pero qué acabas de hacer?- ella frunció el ceño y yo me levanté del sofá de mala gana y me dirigí a mi habitación, cerré la puerta de un portazo y comencé a golpear la pared gritando del enojo. La puerta se abrió y escuchaba los gritos de Anna para que me detuviera, pero no le hice caso y aumenté los golpes y mis gritos de dolor también aumentaron. Escuché un grito de Anna que me sacó de mis pensamientos, la encontré en el suelo con una mano en el rostro. Metí la pata en grande, nunca había golpeado a una mujer y, en ver a Anna en el suelo, me sentí más mierda que nunca. Me separé de la pared y me hinqué a un lado de ella.

- Anna, lo siento, Anna- pero ella se alejó de mi cuando intenté acercarme, me miró con los ojos cristalizados y las lágrimas no tardaron en salir. Como pude ser tan idiota para golpearla que ni siquiera sentí cuando la toque y todo por dejarme segar por la ira. Se levantó y salió de mi habitación encerrándose en la que se estaba quedando.

----Anna----

Entre corriendo a la habitación de Daniel cuando escuche golpes y gritos viniendo de este. Entré y me encontré a Daniel golpeando la pared, me acerqué a él.

- ¡Daniel! ¡Daniel para!- las venas del cuello se le resaltaban tanto al igual que en la frente, estaba rojo de la cara, pero cuando le dije que parara aumentaron los golpes. Yo lo tomé de los hombros pero cuando hizo un brazo hacia atrás para tomar vuelo me dio en el rostro cerca del labio y pegué un grito y caí al suelo, al parecer se dio cuenta y se detuvo.

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora