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ANNA.

Desperté con menos dolor en mi cuerpo, aún me dolía pero no tanto como ayer, miré el reloj de la pared que había en mi cuarto y vi que eran las diez de la mañana. No podía ir así a la escuela, no escuché el sonido de Daniel, me quité las sábanas de encima para salir de la cama, el primer paso que di las rodillas me dolieron pero conforme daba más pasos menos sentía el dolor, creo que era porque estaba entumida por no haber caminado en unas horas. Salí por el pasillo y eché un vistazo a la habitación que estaba al lado de la mía, vi las cosas de Daniel así que no dudé en que aquí se quedaría por un tiempo. Caminé hasta las escaleras y me aferré a la barra para no caerme, cuando bajo no escucho ningún ruido y eso significaba que Daniel debía estar en la escuela. Mi teléfono comenzó a sonar y me dirigí hasta la sala, contesté rápido cuando vi el nombre de Daniel sobre la pantalla.

- Pensé que no contestarías ¿te desperté?

- No me acabo de despertar.

- Solo quería decirte que en cuanto terminen las clases pasaré por Bonnie, se tuvo que quedar la noche en el veterinario ya que una de sus patas se la lastimó mucho.

- De acuerdo, gracias Daniel.

El cuelga primero que yo. Me preparé algo de desayunar, después intenté hacer las labores de la casa pero cuando me inclinaba un poco el estómago me dolía demasiado al igual que mis hombros ya que no podía levantar cosas pesadas.

Sin mirar la hora la puerta se abre, me asusté al principio pero cuando vi la figura la reconocí de inmediato y en brazos llevaba a mi cachorra, di un suspiro de alivio.

- Perdón si te asusté, vi las llaves en la alacena y las tomé- decía mientras se acercaba y me entregaba a Bonnie.

- No importa- mire a Bonnie que tenía un yeso en su pata delantera de la derecha.

- ¿Cómo te sientes?

- Mucho mejor, intenté hacer los quehaceres pero al parecer no pude hacer mucho- lo miré y se cruzó de brazos pero con una sonrisa y negando con la cabeza yo me encogí de hombros- de acuerdo estás actuando como mi papá- sonreí.

- Pues esta vez funcionó, ya que no tienes que hacer demasiado esfuerzo.

- Desde cuando sabes de enfermería.

- Digamos que la madre de Rachel es enfermera- dijo levantando un hombro.

- Ya veo.

Decidí ir a la escuela al día siguiente cuando me sienta un poco mejor. Ayudé a Daniel con el trabajo ya que eso no necesitaba de mucho esfuerzo, todo continuo a la normalidad, y no me despejé de Bonnie por ningún momento ya que la necesitaba ¿qué puedo decir? Es mi cachorra.

- ¿Viste a Scott?- asiente con la cabeza y después me mira.

- Sigue un poco triste por lo que te hizo, le dije que te habías quedado en casa a descansar y que después irías a la escuela.

- Gracias, solo espero calmarlo un poco cuando lo vea.

- Sí, lo que tuvimos que mentirle a los demás debido a tu accidente ya que se preguntaron dónde estabas, Scott no dijo nada cuando le dije de su supuesto accidente.

- ¿Qué les dijiste?

- Que te tropezaste y que te golpeaste en la mesa de centro.

- ¿Te creyeron?

- Si me creyeron- no dije nada más y continúe con el trabajo que nos faltaba que no era mucho. Daniel me ayudó a subir las escaleras cuando decidí dar una ducha y después ponerme la pijama. Dejé que el agua tibia me recorriera por el cuerpo, en serio estaba cansada aunque los golpes no me ayudaron mucho ya que casi no hice nada en todo el día. Terminé de ducharme, me puse la bata y saqué mi pijama que era un short morado de licra y una blusa de tirantes haciendo juego con el short. Estaba a punto de quedarme dormida cuando unos golpes en la puerta llamaron.

- Adelante- la figura de Daniel aparece en el marco de la puerta.

- ¿Te desperté?

- No- entra a paso lento y se sienta al borde de mi cama.

- Scott me llamó y me dijo que aún no sabe cómo tomar esto, dice que en cuanto te vea y se dé cuenta de lo que te hizo no sabe si puede contenerse respecto a lo que pasó.

- Descuida yo hablo con él, no necesitamos que alguien más salga lastimado y poseído.

- De acuerdo, descansa.

- Igual tú- sale de mi habitación cerrando la puerta detrás de él. Yo pensé en como reaccionaría al verme y ver como terminó mi frente ya que debajo de las curitas me debía de quedar una cicatriz, tal vez en una parte se sentiría culpable ya que esa marca no se me quitara. Así que debía pensar muy bien las cosas antes de hablar...

Desperté por la alarma, me froté los ojos y después la apagué. Me levanté con más facilidad que el día anterior, caminé hasta mi armario y elegí un jeans de mezclilla, unos comvers blancos y una blusa cómoda de color rojo. Salí y me encontré con Daniel en el pasillo que estaba listo para la escuela, vestía unos jeans negros y una camisa blanca.

- ¿Lista?- asentí y los dos nos dirigimos hacia el auto de Daniel ya que no quería que condujera y no discutí eso. El camino a la escuela estuvo silencioso pero no incómodo. Estacionó donde siempre y bajé primero al ver a los chicos que al parecer nos estaban esperando.

- Hola- digo mientras le regalo una sonrisa.

- ¿Cómo es que de la nada atraes la mala suerte?- me regaña Emily cruzándose de brazos.

- Ya, ella no tiene la culpa- me defiende William caminando para después detenerse frente a mí, mira mi frente y después niega con la cabeza- para la próxima Daniel no llegues tarde o si no se hará más daño- se retira con una sonrisa y yo niego con una sonrisa. No vi a Scott con ellos pero no quería preguntar ya que quería que el mismo apareciera sin necesidad de decirle.

En el descanso estamos en las canchas sentados en el césped cuando veo a lo lejos la figura de Scott, no desvió la vista de él pero veo que se contiene por correr hacia acá.

- Hola lamento haber llegado tarde pero me quedé dormido- dice y se sienta a un lado mío y me abraza por mis hombros dándome una sonrisa que más bien parecía una mueca- te quedara una cicatriz- dice encogiéndose de hombros.

- Tranquilo no pasa nada- puedo notar como sus brazos se tensan pero lo logro tranquilizar cuando le comienzo a acariciar la palma de las manos.

El día transcurrió de lo más normal y cuando tuve un tiempo a solas con Scott, fue cuando pude tranquilizarlo un poco ya que él se sentía culpable por lo que me pasó, después hice que continuara siendo el mismo...

- Daniel has visto mi pantufla, no la encuentro- dije mientras salgo de mi cuarto después de haberme dado una ducha.

- No, no la he visto- después de eso veo la cola de Bonnie a un lado de la cama de Daniel, camino hasta ahí y si, efectivamente, la estaba masticando mi pantufla, ella solo mueve la cola cuando me ve, yo me inclino para quitársela de su hocico.

- Creo que ya la encontré- digo mientras me levanto del suelo.

- Bueno ya se quien muerde las mías- Daniel toma en brazos a Bonnie y salimos de su cuarto para continuar con el trabajo. Estábamos por terminar cuando Daniel rompe el silencio que nos rodea.

- Mañana saliendo de clases saldré a las oficinas para recoger los últimos cheques para entregarlos.

- Está bien.

Continuamos con el trabajo y continuamos con nuestras rutinas diarias de los días...

Daniel se despertó un poco más temprano que yo, así que cuando bajé el desayuno ya estaba listo, le di las gracias y partimos a la escuela.

Y si como lo dijo él salió de la escuela y partió hacia las oficinas mientras que yo fui por las compras de la despensa.

rachelz17saucedo_

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora