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ANNA.- Parte 2.

- Una carrera a los establos- propone William, nosotras negamos ya que apenas habíamos aprendido a montar y ahora una carrera terminaríamos en el suelo como Scott sin duda.

- Mejor ustedes- dice Emily.

- Es mejor todos así la hacemos de emoción- dice Scott.

- No queremos terminar como tú o peor- habla Irina.

De un momento a otro Scott y William golpean con las palmas de sus manos a los costados de los caballos de las gemelas provocando que los cuatro salieran corriendo. Las gemelas gritaron cuando el caballo comenzó a correr. Yo solo miré a Daniel que tenía una sonrisa de par en par que no significaba nada bueno.

- Ni siquiera lo pienses Daniel- digo y retrocedo junto con el animal.

- De acuerdo no lo haré- levanta las manos en forma de rendición pero no me podía dejar engañar de esa manera así que tome el valor y presione un poco más fuerte para el caballo saliera corriendo y no caminando, Daniel solo me miró y comenzó a correr detrás de mí. Yo solo tenía una sonrisa ya que no podía creer que yo haya hecho eso sabiendo que puedo caerme del caballo, llegue después que los chicos, ellos ya se habían bajo de los caballos cuando llegue, las gemelas estaban detrás de Scott y William correteándolos, no pude guardar la risa y la solté haciendo que sonara fuerte.

- Vaya, no pensé que harías eso- dice Daniel llegando sobre el caballo.

- Yo tampoco- bajamos de los caballos y se los entregamos a Alba.

Caminamos de nuevo hacia los chicos que seguían peleando entre risas ya que era inevitable no reírse cuando las gemelas decían tremendas cosas de pánico cuando el caballo se descontroló un poco, los encontramos recostados sobre el pastizal que apenas se podían ver sus cabezas por encima, llegamos y nos sentamos a un costado, platicamos de lo que haríamos el día de mañana y los días que estaríamos ya que no sabíamos con esa actitud cuando tiempo estaríamos nosotros en este lugar. Fuimos de compras ya que queríamos encender una fogata con el consentimiento de Alba y de su esposo, ellos nos dieron el permiso siempre y cuando tuviéramos cuidado de que las llamas no se expandieran a otro lugar, trajimos un par de tragos, malvaviscos, pizza, helados entre otras cosas. Todos nos colocamos alrededor de la fogata sentados en un tronco que estaca caído que nos servía como asiento, yo estaba en las piernas de Daniel ya que el espacio no era tan grande para todos. Tómanos unos tragos y después nos fuimos a nuestras cabañas, y las gemelas esta vez no se pasaron de copas. Yo estaba tirada viendo el techo sobre la cama cuando mi teléfono comenzó a vibrar, era un mensaje de Daniel.

- Se siente diferente no estar contigo en la misma cama- sonrió un poco.

- ¿Cómo están las cosas por allá?

- Tuvimos una charla de quien se quedaba con la habitación solo, pero al final yo me quedé.

- Ya somos dos.

- Descansa dormilona.

- Lo mismo digo bye- dejo el teléfono en el mueble a un lado de la cama. El sueño se hizo presente rápido como de costumbre, así que en pocos minutos ya estaba profundamente dormida.

- Anna- una voz muy familiar me despierta, al abrir los ojos estoy fuera de la cabaña pero no era de noche si no pleno día, miro a mi alrededor buscando de dónde provenía la voz- Anna estoy aquí- me giro sobre mis talones de nuevo y sonrió al poderlo ver ya que no tenía el placer de despedirme de él cuando murió a manos de Wolf. El extiende los brazos mientras camina hasta mi para darme un abrazo. También extiendo mis manos para darle el abrazo.

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora