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ANNA.- Parte 2.

- Ya está terminado- digo mientras me siento a la orilla de la cama ya que me cansé de estar parada por un momento. Daniel se acercó a mí y se sentó a mi lado, pasó su brazo por mis hombros y me apegó a él.

- Deberías descansar fue mucho para ti.

- No hice mucho, pero mi cuerpo no puede dar más ayuda.

- Es porque estás cargando a dos pequeños.

- Que a veces no dejan de moverse, son un poco inquietos- digo mientras pongo una mano sobre mi estómago.

- Bueno, entonces descansa, pronto anochecerá y mañana será otro día.

Le hice caso a lo que dijo, caminé hasta nuestra habitación que ya estaba amueblada, la cama ya tenía las sabanas nuevas, la ventana cubierta por una cortina blanca que traspasaba un poco la poca luz que quedaba, solo quedaban las cajas con libros, marcos con fotos y pinturas. Me recosté mirando al techo, respiré un par de veces cuando el sueño no tardó en aparecer, mis párpados pesaban cada vez más hasta que me quedé profundamente dormida.

Siento que la cama se mueve un poco, comienzo a abrir mis ojos y miro por la ventana, la luz estaba comenzando a salir de nuevo ¿cuánto tiempo dormí? Giré mi cabeza y Daniel se estaba poniendo de pie, él se giró para verme, sonrió un poco, se volvió a inclinar hasta mí y besó mi frente.

- Buenos días- se aleja un poco y acaricia mi mejilla- dormiste por mucho tiempo- sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.

- Buenos días, y no sé por cuánto dormí, pero sé que es mucho, pero en serio me sentí muy cansada ayer.

- Eso se notó, pero descansa que dentro de poco vas a necesitar más tiempo para descansar.

- Bueno, eso tienes razón- levanto las cejas.

- Bueno, yo llevo a Rachel tu quédate y descansa un poco más.

- De acuerdo ve- se endereza y se quita el short de pijama y se pone un jean y una camisa blanca y sale de la habitación.

A los pocos minutos Rachel se despide de mí y se van los dos, yo me pongo de pie, me doy una ducha, me pongo un vestido largo con un suéter algo delgado y salgo a la cocina para desayunar. Daniel llega a los pocos minutos y comienza a hacer su trabajo, yo termino de desayunar y lo ayudo con un poco, nos pasamos al patio trasero para tomar un poco de aire hasta que se hizo la hora de ir por Rachel de nuevo a la escuela.

Ya falta poco para que llegue el momento que más hemos estado esperando todos, solo faltan dos semanas para que nazcan mis hijos. Scott, William y Daniel comenzaron con la remodelación de la habitación de los gemelos hace un mes atrás, Rachel quería ayudarlos también ya que ella estaba emocionada más que todos imagino, Daniel la llevó un día de compras para elegir las pañaleras, ropita, zapatos, biberones, todo lo necesario para los gemelos. El cuarto era de color azul con blanco y con dos cunas blancas al otro lado de la ventana para que al momento que amanezca no les pegue el sol en la cara, había juguetes para ellos.

Estaba tomando un descanso sobre el sofá ya que estaba cansada, tenía una manta cubriéndome ya que tenía un poco de frio. Era miércoles, el médico me dijo que descansara lo más que pudiera ya que me cansaba muy fácil. Era casi la hora de irnos a dormir y estaba esperando a que Rachel terminara lo último de su tarea, una maqueta para mañana.

- Ve a descansar yo me quedaré con ella- Daniel aparece después de haber ido a la cocina por una manzana.

- Si tía, ya casi acabó y te veías un poco cansada desde hace un rato.

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora