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ANNA.- Parte 3.

- Tranquilo, nadie nos siguió, eso espero.

- Escucha si el anillo brilla es que él está cerca, el mío no hace eso porque yo lo siento, los únicos que brillan son el tuyo y el de tu papá, el de los demás no porque ellos no saben de él pero aun así los protege, pero tenemos que irnos.

- De acuerdo- todos llegan con bolsas de sus compras en las manos y nos fuimos de vuelta a las cabañas, Daniel se fue al último para asegurarse de que nadie nos siguiera. Bajamos las cosas como si nada hubiera pasado y continuamos con el día.

Ayudé a bañar a Rachel en la tina del baño, ella me salpicó un poco así que de nuevo tenía la ropa mojada, la ayudé a vestirse y después me metí a dar una larga ducha. Tenía aún la bata del baño y me estaba cepillando el cabello cuando entran las gemelas a la habitación con unas cervezas en las manos.

- Me pueden esperar a que termine de vestirme.

- De acuerdo- salen de la habitación.

Me pongo un short de mezclilla y una blusa de color vino. Salgo y escucho risas en las afueras de la cabaña. Me encuentro todos al rededor en donde estaba la fogata, no la han encendido aún ya que el día no ha terminado, caminé y me senté a un lado de las gemelas, Daniel se levanta y camina hasta la cabaña. Después de un rato y de varias cervezas, Daniel sale con el cabello mojado dando a entender que se dio una ducha. Encendimos de nuevo la fogata, después de un rato cada quien se fue a la cabaña. Rachel y yo continuamos viendo películas en la sala mientras que Daniel fue a dar una caminata y no me dijo a donde ni tampoco quise preguntarle. Al poco rato Rachel se quedó dormida y la llevé a recostar a su habitación, después me fui a mi habitación y me dejé caer, me tapé con la sabana. Al poco rato de estar recostada antes de que mis ojos se cerraran por completo, la puerta de la entrada principal se abre pero no le pongo mucha atención ya que debe de ser Daniel, los pasos se escuchan cerca y después se abre la puerta de la habitación, abro los ojos esperando a encontrarme con Daniel, pero en el marco de la puerta no aparece Daniel ni ninguno de los chicos. Un joven de unos veinte tantos años de piel oscura y ojos de color. Me sobresaltó cuanto lo veo y me levanto rápido de la cama.

- ¿Qué quieres?- El cosquilleo en mi dedo comienza y es cuando se de quien se trata.

- Me costó mucho encontrarte.

- Vete Daniel, Wolf no tienes nada que hacer aquí- mi pecho comenzó a subir y a bajar rápido, después Bonnie se da cuenta de que no estamos solas y comienza a labrar.

- Sabes que no me iré- da un paso hacia mí y yo retrocedo- no sin antes hacer lo que vine a hacer- en el marco de la puerta veo la figura de Rachel y ella se asusta al ver al chico frente a mí. Daniel Wolf se da cuenta de que estoy mirando a la puerta y gira su cara y mira a Rachel, ella se asusta y sale corriendo, después su vista se detiene en mí con una sonrisa. Comenzó a correr hacia mí pero yo me quito de el camino pasando por arriba de la cama, corro fuera de la habitación pero me alcanza en la sala, me toma del cabello, después me estrella contra el mueble a un lado de la sala, pego un grito del dolor que sentí en mi espalda. Camina de nuevo hacia mí y me toma del cabello y me llevo las manos a mi cabello por el dolor, un puño en mi cara y una patada en mis costillas hacen que grite de dolor.

- Para por favor.

- No me detendré ya que como no he podido encontrar respuestas del causante de mi muerte me voy a desquitar contigo, ya que por tu culpa me mataron, solo quería encontrar a tu verdadero padre y entregarte a él, pero ahora solo quiero terminar contigo, ya que el problema siempre fuiste tú- me toma de las muñecas y me levanta de un solo movimiento. Me estrella contra la pared y después me tira al suelo, una, dos, tres patadas a mi estómago y a mis costillas. Después escucho más pasos y de un momento a otro ya no recibo más golpes.

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora