Feliz cumpleaños, Caitlin.Suelto un gemido quejumbroso y me doy vuelta en la cama hasta quedar boca arriba. Todavía sigo con sueño. Necesito dormir una eternidad para recuperar la energía perdida en los entrenamientos.
Una semana de pura práctica me han ayudado muchísimo. Ya no me resulta tan difícil sacar afuera mi escudo, ni tampoco mi poder. Día a día los resultados de mi esfuerzo se dejan ver. Tengo que admitir que Dylan y Kyle son excelentes maestros. Además, las prácticas con ellos dos juntos son muy divertidas, parecen pequeños niños que compiten y pelean por absolutamente todo. Es gracioso de ver.
Volvamos a donde estábamos hace un instante. Veamos, Caitlin, es una decisión difícil, lo sé, pero debes decidir ahora. No tenemos todo el día.
No quiero levantarme, pero tampoco quiero quedarme aquí en mi cuarto. Me gusta cumplir años, es un día en el que me siento especial y única. En este día nada podría salir mal... creo. Lo único que me no me agrada de cumplir años son las fiestas. Detesto eso.
Me pregunto por qué será...
Me sobresalto cuando la puerta de mi cuarto se abre de golpe y entra mi madre, seguida por mi padre, y por último mi precioso perro Rey.
Mamá trae en sus manos un plato con un pequeño muffin en medio. El pastelillo está decorado con chocolate, pequeños dulces de colores y una vela encendida en el centro.
—¡Feliz cumpleaños, Caitlin! —exclaman ambos al unísono.
Una sonrisa adormilada se extiende en mi rostro al ver la adorable estampa frente a mis ojos. Desearía que siempre fuera así, no quiero que las cosas cambien, jamás.
Me cantan el "cumpleaños feliz" y luego dejan que apague la vela.
¿Que deseaste, Caitlin?
Bueno, me gustaría tener un poco de normalidad en mi vida. Tal vez se pueda cumplir eso solo por este día.
Recibo dos libros clásicos de regalo y un juego de medias. Me siento afortunada, creía que con el teléfono ya era suficiente.
Es costumbre recibir un juego de medias cada cumpleaños. Mamá es la que las compra, según ella puede faltar cualquier cosa en un armario menos un par de medias. Tengo de todos los colores y de todos los estilos; largas, cortas, rayadas, a cuadros, con puntilla, sin puntilla, gruesas, delgadas, y muchas más que ni se imaginan.
Y respecto a los libros, he decidido hacer a un lado por un tiempo el genero fantasía para así darle una oportunidad a los clásicos. Nunca he metido mis narices en ellos, por lo tanto será mi primera vez leyendo "Cumbres borrascosas" y "Orgullo y prejuicio". Que decirles, jamás dejaré el romance.
Mis padres se retiran de mi cuarto mientras engullo el delicioso muffin de chocolate. Debo prepararme para ir al instituto.
Entonces irás.
Sí, iré al instituto el día de mi cumpleaños. Todos los años suelo faltar, tengo permitido hacerlo en este día, pero hoy me he levantado con ganas de ir. Eso no suele ocurrir.
—¡Feliz cumpleaños! —gritan mis amigas apenas cierro la puerta trasera del auto.
—¿Te sientes más vieja? —me pregunta Jill desde el asiento del copiloto.
—La respuesta sería sí, pero solo si pudiese envejecer —respondo naturalmente.
Mis amigas cada vez se acostumbran más a la idea de que soy una Raezer. Los dos primeros días sentían bastante repelús a cualquier palabra referida a eso, y en Penny se hacía más notorio. Jill, por otro lado, se lo ha tomado muy a la ligera, como a todo.
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CAITLIN | LIBRO I ~ Almas Gemelas
Teen Fiction¿Que la vida es justa? ¿Que siempre hay finales felices? No, nadie cree en eso, ¿o sí? Antes pensaba que podía darme un respiro de la monotonía de mi vida si me sumergía dentro de un mundo diferente, llamémoslo... libro. Sí, ellos han sido mi oxíge...