Cuatro horas. Cuatro eternas horas he tenido que esperar para que Caitlin despertara. Cada minuto ha sido una tortura.Me recuerda a cuando me alejé de ella y me dirigí al castillo, fueron lo peores días de mi vida. Se sentía como si me arrancaran el alma. En ese entonces, intentaba pensar lo menos posible en ella para evitar que nuestro vínculo la condujera hacia mí. No podía ponerla en tal peligro. Pero ahora ella esta allí, la tienen, y si no me apresuro podrían...
Sacudo la cabeza para sacar esas ideas de mi mente. Mataré a cualquiera que le ponga una mano encima.
Los árboles pasan como borrones a cada lado mientras avanzo por bosques y carreteras desiertas en medio de la noche.
Cada un minuto mi mente proyecta la imagen de ella en la habitación, y yo no tardo en memorizar cada detalle.
Dos personas están también en el cuarto. Sus ojos no se quitan de encima de ella, sé muy bien lo que están haciendo, la debilitan con su energía negativa.
Son inteligentes, saben que Caitlin es más poderosa que cualquier otro Raezer, Argus les ha advertido.
Lo que no entiendo es para qué la quieren si prácticamente la tienen drogada, ¿cómo piensan quitarle su poder?
La ira hierve en mis venas mientras aumento aun más la velocidad.
No tardo mucho tiempo en ver al imponente castillo en la cima de la montaña.
Siento a Caitlin de nuevo. Sus emociones se arremolinan en mi pecho y se mezclan con las mías. El miedo está allí, más fuerte que nunca, pero a diferencia de ella no temo a enfrentarme a esos Raezers, sino que siento miedo por lo que pueda llegar a sucederle en el lapso que intento sacarla de allí.
Por otro lado, he notado que desde que Caitlin se ha despertado, el dolor punzante que sentía en medio de mi pecho se ha desvanecido por completo. Eso sí que es algo raro.
¿Qué no es raro en tu vida, Dylan?
Buen punto.
Llego hacia donde se encuentra el pasadizo, pero me detengo al darme cuenta que ella no está en esta área. Sus constantes pensamientos acerca de mí forman un camino invisible por el cual me siento atraído inevitablemente. Caitlin parece estar del otro lado del castillo, en el área Oeste.
Mientras avanzo con cautela para evitar ser visto por los guardias de las torres, una nueva imagen aparece frente a mis ojos, un pantallazo de lo que Caitlin está viviendo ahora.
Un joven ingresa a la habitación. Es imposible no sentir la adrenalina al verlo. Sus ojos grises, iguales a los míos, se clavan en ella. Lleva consigo una sonrisa de suficiencia, creyéndose ganador de esta pelea.
Será mi hermano, pero borraré esa maldita sonrisa suya con mi puño.
—Bienvenida nuevamente —dice Ryan, sin apartar la mirada de mi novia. Puedo notar cierta fascinación por lo que ve. Eso me irrita aún más.
—Dylan...— susurra ella con gran esfuerzo—. ¿Dónde... dónde está?
Mi corazón se estruja al oír mi nombre salir de sus labios. A pesar de estar en la miseria misma, lo único que hace es preocuparse por mí.
—Él te abandonó. No lo esperes más, porque no vendrá —murmura muy cerca de su rostro.
Ella lo mira con detenimiento, parece confundida.
—¿Dylan? —pregunta dudosa.
No voy a mentir, mi hermano y yo nos parecemos demasiado, es realmente impresionante. No me extraña que Caitlin nos confunda, y más por el estado en que se encuentra.
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CAITLIN | LIBRO I ~ Almas Gemelas
Teen Fiction¿Que la vida es justa? ¿Que siempre hay finales felices? No, nadie cree en eso, ¿o sí? Antes pensaba que podía darme un respiro de la monotonía de mi vida si me sumergía dentro de un mundo diferente, llamémoslo... libro. Sí, ellos han sido mi oxíge...