XLI- parte II

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Quito sus manos rápidamente de mis ojos y volteo a verlo.

Se ve sensacional con la camisa de color vino, unos jeans y zapatos. Sus ojos azules brillan de emoción al verme.

—¡Taylor! —exclamo envolviendo mis brazos alrededor suyo.

Puedo sentir los latidos de su corazón golpear contra mi mejilla. Lo he echado mucho de menos. Las cosas son tan... distintas desde su partida. Dylan, mis amigas, mi relación con Kyle, los entrenamientos, Aiden...

—Creo que alguien me ha extrañado —suelta una suave risa—. Feliz cumpleaños, princesita. ¿Cómo la estás pasando?

Ni se lo imagina. Ahora realmente tiene razones para odiar a Aiden, gracias a él he iniciado mi cumpleaños a los golpes.
Nuestra madre me ha hecho una fiesta por mis dieciocho en cuanto aun tengo diecisiete, y no sé por cuanto tiempo más los tendré.

—¿Cuándo has llegado? —evado su pregunta y le hago otra, aun sin verle el rostro. No quiero que me vea, se dará cuenta de que algo anda mal.

—Hace unos minutos, dejé la mochila en la sala. Justo ahora te estaba buscando —responde.

¿Mochila?

—¿Y tu equipaje? —pregunto confundida.

—No me quedaré más de esta noche, Caitlin. Tengo que volver a Stanford, los exámenes inician esta semana y tengo mucho por estudiar.

Su respuesta me deja un poco más triste de lo que estoy. Creía que se quedaría aunque sea unos pocos días más.

—Que bueno que estés aquí —digo con un nudo en la garganta.

La adrenalina poco a poco comienza a descender sus niveles y abre paso a una angustia desoladora.

Taylor me sujeta por los hombros me aparta un poco para poder verme a los ojos.

Me limpio rápidamente una lágrima de la mejilla, la cual no quiero que vea. No quiero que note cuan rota y dolida me siento en estos momentos.

La única palabra que se repite en mi mente es traición. Aiden me acaba de traicionar de la peor forma.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras? —pregunta preocupado—. Pensé que te alegraría mi visita.

—¡Claro que sí! Es solo... la emoción, perdona —finjo una sonrisa para tranquilizarlo.

Taylor hace una mueca, no está muy conforme con la respuesta que le he dado.

—¿Segura? —insiste una vez más.

Es la peor pregunta que pueden hacerle a uno que está a punto de quebrarse por completo. Es la pregunta que nos hace cuestionar si deberíamos decir la verdad. ¿Qué podría suceder? ¿Qué reacción tendría Taylor a todo esto?

Lo abrazo inmediatamente para no verle el rostro mientras le miento de nuevo. Es tan difícil mantener todo esto oculto... pero mientras menos involucradas estén las personas que amo, menos riesgos correrán.

¿Segura de eso? Nadie en la fiesta está involucrado y sin embargo un Raezer de aquellos logró meterse en la casa. ¿Cuán seguros están todos?

—Segura —contesto finalmente, sabiendo que por dentro me siento una mierda por metirle a él y a mí misma.

—Entonces que siga la fiesta —dice con una sonrisa que no le llega a los ojos, seguramente se ha quedado un poco preocupado por mi estado. No me extrañaría que fuera a tener el ojo encima mío todo la noche para tratar de descifrar lo que ocurre.

CAITLIN | LIBRO I ~ Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora