LVI

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Actualidad.

Narra Caitlin:

Cuatro días. Cuatro horribles y agonizantes días han pasado desde la muerte de Jill. Todas mis actividades se congelaron desde entonces, y recién hoy he decidido retomar las clases. Estos últimos tres días no hice más que quedarme acostada en mi cama mirando a la nada misma, pensando en todos los finales que pudo haber tenido la batalla si Jill se hubiese marchado con Penny y Miracle. Cada día, cada minuto, no he hecho más que culparme a mí misma por no haber impedido que Jill participara en eso. Debí haberla atado o embriagado con el fin de sacarla de allí en contra de su voluntad. Daba igual como lo hacía, ella estaría viva, y no bajo tierra como lo estaba ahora.

A sus padres tuvimos que contarles parte de la verdad, pero solo de su relación con Taylor. Lo demás fue solo inventarles que paseaba con mi hermano cuando fueron interceptados por unos ladrones. Ella se resistió a entregarles su teléfono y por eso le dispararon. La historia parece un chiste, ¿verdad? Jill era una Raezer, los supuestos ladrones no tenían posibilidad alguna contra ella. Es ridículo siquiera imaginarlo, pero fue lo mejor que se nos ocurrió en el momento.

No consigo superar la muerte de mi amiga, no sé como hacerlo. Y tampoco sé si algún día se supera, a lo mejor solo aprenda a vivir con eso.

Dylan me ha acompañado en cada minuto y cada hora de este horrible duelo. Y no solo yo la he estado pasando mal, a él, a Kyle y a mi hermano también les afectó la muerte de Jill, a éste último más que nada. No hemos sabido de Taylor desde la última vez que lo vimos en el entierro de mi amiga, hace tres días. Le hemos dejado miles de mensajes, pero no contesta a ni ninguno, ni siquiera nos devuelve las llamadas.

Lo peor de todo fue decirle a Penny. Recuerdo su reacción y la vista se me nubla por las lágrimas que comienzan a acumularse. Ella no lo podía creer, creía que le estábamos jugando una broma de mal gusto. Ojalá lo fuera...

Toda su familia está pasando por un mal momento, perdieron a una integrante muy especial y querida. Los padres de Penny han decidido sacarla de la ciudad solo por unos días, como unas pequeñas vacaciones para que pueda despejar su mente. Todavía no han vuelto. Lo puedo entender, Penny y Jill eran primas, más que eso, eran hermanas. Las conozco desde pequeñas y me han hecho sentir parte de su familia también. Y al igual que Penny yo también perdí a una hermana. Mi corazón está destruido.

Dylan deposita un pequeño beso en mi sien para poder llamar mi atención. Últimamente me siento en otro planeta, casi no puedo entablar una conversación normal sin que mis pensamientos se desvíen a esa triste escena en el lugar de entrenamiento, donde Taylor cargaba el cuerpo inerte de mi amiga.

Concéntrate, Caitlin.

—Deberías comer un poco —intenta persuadirme Dylan.

Nos encontramos en la cafetería del instituto, acompañados por Kyle y por el bullicio de gente que hay aquí. Tanto ruido comienza a darme jaqueca, no tolero nada el día de hoy. Me siento molesta, con ganas de salir corriendo de aquí solo para ir a enfrentarme a ese bastardo de Argus. Lo quiero muerto.

—La ensalada está buena —lo secunda Kyle.

Los tres nos hemos pedido lo mismo por primera vez, salvo por el postre.
Tengo frente a mi una bandeja con un poco de ensalada de col y un pudin de chocolate. Mi mirada recae en el postre y sonrío tristemente al recordar cuanto le fascinaba a Jill. Tal vez por eso es que lo tomé entre tantas cosas para elegir, porque me recuerda a mi amiga. Por otro lado, ellos tomaron una manzana.

Bajo los ojos hacia mi comida, esperando que al verla de nuevo me entren ganas de comer, pero no.

—Ya lo hice —contesto, mirándolos a ambos.

CAITLIN | LIBRO I ~ Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora