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Se que te gustan mis manos.
No porque sean bonitas, o porque te guste tomarlas para ir a bailar. Mis manos te gustan por cómo te tocan.

Te gustan por cómo recorren cada parte de tu cuerpo cuando me tienes sentada en tus piernas.

Te gustan porque recuerdan cada esquina, cada curva, cada movimiento específico; porque te tienen grabado en su memoria muscular.

Se que te gustan mis labios.
No porque te guste lo que dicen, o la voz que sale de ellos.

Ni siquiera por la forma que tienen, o el labial rojizo que me pongo cada vez que se que vas a estar.

Mis labios te gustan porque los puedes morder cuando quieras y lo sabes. Te gustan porque están ahí y no dicen palabra; porque te besan y no preguntan nada.

Porque esta boca pequeña nunca pide, no reclama, solo se queda callada. Entreabierta, por si deseas besarla.

Se que te gustan mis piernas.
Porque te gusta tocarlas, sentirlas por todos lados, porque te gusta mi cuerpo en general y ellas son parte de el.

Mi cuerpo te encanta pero no te interesa demasiado lo qué hay debajo de el.

No me dices que me quieres; me dices que me deseas.

Se que te gusta lo qué hay afuera. Que te gusta que dejo que me toques como quieras. Que un beso mío no te cuesta tanto y que siempre voy a estar, aún cuando tú siempre te vas.

Es una pena que para mi tus manos, tus labios y tus piernas no son solo un cuerpo. Que me gusten simplemente porque son parte de ti, no porque tienen escrito por todos lados "sin compromiso".

Es mi culpa.

Por creer que si dejaba que te acercaras de esa manera tal vez te darías cuenta que no soy solo un par de senos, una boca cualquiera. Solo alguien que no amas, pero amas usar.

No quiero seguir siendo un objeto. Pero cuando te tengo cerca, cuando te me acercas y me besas; siento como si no lo fuera.

Me haces sentir tan importante. Me haces sentir tan especial. Me haces sentir querida, aunque no sea yo a la que quieras.

Por eso sigo aquí.

Por eso dejo que ames mis manos, mis piernas, mis labios. Por eso dejo que toques mi cabello, que me digas que lo que hacemos, que cada beso, cada caricia, no tiene ninguna importancia.

Esta bien.

Al fin y al cabo soy yo la que nunca te ha dicho que te quiero.

-iinfinity // una crítica al amor "sin compromisos" entrelazado con la inevitable sensibilidad humana, que siempre termina destruyendo a alguno de los dos; si no es que a ambos.

Poemas (1) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora