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La parte más difícil de dejar a alguien ir, es dejar ir la parte de ti, que se llevaron cuando se fueron.

Un año o dos.
Queriendo aferrarme a una parte de mi que alguien se llevó.

Le puse su nombre a otros rostros y me "enamoré" del sentimiento de sufrimiento que inevitablemente provocarían y no podría reprimir

Tal vez podrían hacerme escribir como solía escribir o amar como solía amar. Tal vez alguien me regresaría a la persona que fui, Tal vez con romperme tantas veces dejaría de importar lo que algún día era, para él, o para mi.

Egoístamente, me hice a mi misma creer que estaba enamorada. Que amaba ciegamente a personas en circunstancias tan difíciles que fácilmente se podrían comparar con sostener el agua entre los dedos. Con tocar el cielo. Cuando en realidad no sentía nada por ellos.

Cuando sabía que ellos nunca sentirían lo mismo por mi.

Me enamoré del rechazo.

Y rechace yo, a las personas buenas, que me observaban cuando nadie más lo hacía, que veían belleza en mi.

Quería ser rechazada; porque el rechazo era lo único que sentí y que podía volver a sentir.

Me quede sin lágrimas y sin autoestima; de todas maneras a ser quien era no volví.

Efímero.

Todo en la vida es efímero.

El tiempo pasó y el espacio desocupado dejó de estarlo. Construí sobre él, cambié, crecí.

Y un día me desperté y ya no había ningún espacio vacío en mi. Mi alma estaba completa, y no necesité a nadie para completarla. La respuesta siempre estuvo en mi.

El día que deje atrás lo que fui y empecé a amar, respetar; pero sobre todo a ser lo que soy entendí: que el mundo se puede llevar muchas partes pero al final nadie puede destruir lo que seré, lo que soy y lo que algún día fui.

-iinfinity// aspirer.

Poemas (1) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora