Capítulo 3

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(No pulsar el multimedia hasta que la narración lo indique)
Estuve en mi habitación viendo carreras de cuando iba al karting, era buena, y sinceramente, no me avergonzaba decirlo, creo que era buena, ya era hora de que nos valoráramos un poco más a nosotros mismos, porque en este mundo faltaba un poquito de amor propio. Reconozcamos nuestras victorias y nuestros errores, y también los de los demás.
El reloj de mi móvil indicaba que ya era tarde, y tuve una idea maravillosa.
Me dispuse a prepararme, me maquillé de fiesta y escogí uno de mis vestidos favoritos; era negro brillante, palabra de honor, con manga corta, me llegaba por debajo de las rodillas y tenía una abertura lateral, era precioso.

Me dispuse a prepararme, me maquillé de fiesta y escogí uno de mis vestidos favoritos; era negro brillante, palabra de honor, con manga corta, me llegaba por debajo de las rodillas y tenía una abertura lateral, era precioso

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Acompañé el vestido con un bolso de mano, plateado brillante y salí de mi habitación cogiendo el móvil, dinero y la tarjeta. Llamé a la puerta de en frente y Max no tardó en abrir. Me miró sorprendido, de arriba abajo como un escáner.
—Ponte guapo, nos vamos de fiesta, te prometí que te enseñaría la discoteca.
—Chloe, mañana empiezan las clasificatorias...
—Venga no seas soso.
Al final el chico aceptó entre risas, aquello iba a ser divertido.
—Pasa anda, ayúdame a elegir la ropa.
Max tenía más ropa que yo, rebosaba por todas partes, me costó más elegirle la ropa que maquillarme, y aquello ya era decir...
Se metió al baño a cambiarse mientras yo veía la tele, y no tardó mucho en salir.

—Joder Max

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—Joder Max...
—¿Qué pasa?— Preguntó, sabiendo ya la respuesta.
—Cómo estás...
—¿Bien?
Asentí, y me acerqué para colocarle bien la pajarita.
—Pues podemos irnos, entonces— Dije saliendo de la habitación.

Aquella discoteca estaba llena de gente trajeada, estaba claro que aquella zona era lujosa, nos acercamos a la barra y pedimos, yo un ron con hielo y max una copa de whiskey. Unas chicas se acercaron a él (lo cual no me extraña) y yo me fui a la pista a bailar, habían pasado un par de canciones cuando un tipo bastante más grande que yo se me acercó, bailaba muy mal y se pegaba demasiado, me estaba sintiendo incómoda, miré a Max, con quien ahora también bailaban algunos chicos.
Ahí empecé a agobiarme, aquel tipo cada vez se acercaba más.
Algo se removió detrás de mí y dos personas se me colocaron a ambos lados, me pasaron los brazos por los hombros y trataron de sacarme de allí, al principio me asusté, pero todo se calmó cuando un aroma conocido llegó a mi nariz, y no, no era el perfume del director de Red Bull.
—¿Sebastian?— Pregunté, la zona oscura donde estábamos no me permitía ver la cara de mis acompañantes.
—Sí, tranquila, vamos a sacarte de aquí.
—¿Vamos?
—Vaya, a mí no me has conocido.
—Hola Charles— Sonreí, aunque no pudieran verme, apenas los conocía, pero me sentí cómoda, segura.
Salimos a la calle, allí todo estaba más tranquilo.
—Gracias chicos— dije.
—No las des, ese baboso es igual de estúpido en la pista que en su día a día— dijo Vettel.
—¿Es piloto?— pregunté.
—Claro nena, parece mentira que no lo conozcas, es Valtteri, Valtteri Bottas— dijo Charles distraído. Normalmente me hubiera molestado que me llamaran nena, pero el chico no lo había hecho con mal fin, lo notaba en su tono de voz, era agradable, muy tierno, casi como un niño.
—De que...? — no me dejaron terminar la pregunta.
—Mercedes— dijeron los dos a la vez, a lo que los tres reímos.
—Creo que voy a volver al hotel chicos.
—Te acompaño— dijo Sebastian.
—Yo voy a buscar a Verstappen y vamos también para allá— añadió Charles.
Accedí, aquellos chicos me hacían sentir bien, eran gente especial, eso estaba claro, pero no se les veía malos.
De camino al hotel tuve tiempo de charlar con el rubio, quien desde el principio me cayó bien.
—Gracias por venir conmigo Sebastian.
—LLámame Seb.
—Gracias... Seb.
El chico me sonrió con ternura —No hay de qué, háblame de ti, ¿como empezaste a conducir?—
—Supongo que como todos, en el karting, siempre ganaba a los chicos de mi edad, por eso me subían de categoría. A ellos les sabía fatal. — Reí.
—¿Entonces eres buena?
—Eso creo— Sonreí —Aunque comparada con un tetracampeón del mundo... —
—No es para tanto— Sonrió.
—Ahora me vas a decir que fue suerte, ¿no?
—Qué va, no hubo suerte, fue trabajo duro y mucho esfuerzo.
Se notaba que Seb recordaba aquello con nostalgia, probablemente fuera de esos chicos que aparentan ser serios y fuertes, pero en realidad eran súper sensibles.
LLegamos al hotel, en el que también se alojaban los chicos Ferrari, y como Max y Charles aún no habían llegado y no me apetecía estar sola, le propuse a Seb ir a tomar algo al bar del hotel. Por la noche despejaban las mesas de la cafetería para hacer una pista de baile, e iluminaban la barra con luces de neón azul, era casi como estar un un futuro utópico.

Vettel me invitó, ambos pedimos ron con hielo, yo Barceló y él una marca alemana

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Vettel me invitó, ambos pedimos ron con hielo, yo Barceló y él una marca alemana. La música estaba alta, pero tenía el volumen suficiente como para poder oír a mi acompañante desde una distancia prudencial. Era un chico inteligente, nunca se le acababa el tema de conversación, por el contrario, sí que acabamos las copas con velocidad y nos dirigimos a la pista de baile.
Sonó "Señorita" de Shawn Mendes y Camila Cabello (Está en el multimedia del principio del capítulo) me encantaba esa canción, y Seb lo notó, así que empezamos a bailar.
"I love it when you call me señorita"
Los dos reíamos, intentando mantener el ritmo de la canción.
"I wish I could pretend I didn't need ya"
El barman pasaba de nosotros, que nos íbamos acercando, aquello parecía un videoclip.
"But every touch is ooh la la la"
Seb colocó sus manos en mi cintura, y allí seguíamos, bailando, y disfrutando como niños, ese chico tenía una sonrisa preciosa.
La canción avanzaba, y estaba segura de que aquel recuerdo iba a venir a mi mente cada vez que la escuchara, tal vez por el alcohol, tal vez por el sueño que estaba viviendo, o a lo mejor un poco por todo.
"Before I even knew her name, la la la"
Los ojos azules de aquel chico se clavaban en los míos, con más delicadeza de la que nunca nadie había usado para mirarme. Me miraba como quien admira una obra de arte. Apoyé mi cabeza en su hombro para que no viera que me estaba sonrojando.
"We danced for hours in the sand"
No quería que aquello acabara nunca.
Mis manos se sujetaban entrelazadas en la nuca de Seb.
"Her body fit right in my hands, la la la"
No quedaba ningún espacio libre entre nuestros cuerpos, que bailaban al son de la música como se deslizaría una hoja en el viento.
"All along I've been coming for you
And I hope it meant something to you
Call my name, I'll be coming for you
Coming for you, coming for you, coming for you
For you
For you
Ooh, I should be running
Ooh, you keep me coming for you."
La canción acababa.
Separé la cabeza del hombro del chico.
Nuestros rostros se acercaron con cuidado, como pidiendo permiso.
Seb no me besó directamente, se detuvo justo antes de llegar a mis labios.
—Señorita— susurró.
Y ahí sí, me besó.

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