Seb lloraba con desconsuelo, y me rompía no poder hacer nada para evitarlo.
-Cariño, explícame qué ha pasado- rogué, medio llorando también.
El chico no respondió, estaba sentado en el suelo de mi habitación, acurrucado, y temblando. No me había dado ninguna explicación, solo había llamado a la puerta llorando.
-Seb, mi amor, me gustaría ayudarte.
Vettel tenía los ojos hinchados, y completamente rojos, cuando me miraba, me desgarraba, esos ojitos que tanto me gustaban, y que ahora se me clavaban como dagas.
-Haz un esfuerzo, bonito.
Seb tomó aire, conteniendo el llanto, pero hablar se le hacía imposible.
-¿Has discutido?
El chico asintió.
-¿Con Charles?
Negó.
-¿Con quien entonces?
Seb susurró, con la voz dolorida -Binotto-
¿Qué le había dicho su jefe para que estuviera así?
Me agaché con el chico, y me senté a su lado, abrazándolo.
-Llora lo que necesites, Seb, ya me contarás.
El chico apoyó la cabeza en mi pecho, y yo le acaricié el pelo, en un intento de que se tranquilizara. Se estaba haciendo de noche, y por no soltar al chico, nos quedamos casi a oscuras en la habitación. En un momento dado, Seb dejó de sollozar, y se quedó dormido. Lo llevé como pude a la cama, y lo arropé con cariño.
-Descansa mucho, mi amor- le besé la frente.
En ese momento, alguien llamó a la puerta, y yo, silenciosamente fui a abrir. Max se asomó por la rendija que yo había dejado, para que no entrara luz, y antes de que pudiera hablar, le puse un dedo en la boca para que se quedara callado, y salí al pasillo dejando la puerta vuelta.
-¿Qué pasa?- preguntó Max.
-Tengo a Seb durmiendo.
La cara de Verstappen reflejó picardía, pero cuando vio que no me reía, se puso serio.
-¿Ha pasado algo?
-Sí- se me entrecortaba la voz.
-¿El qué?
-No lo sé, Max- una lágrima se me escapó.
El chico me abrazó, acariciándome la cabeza.
-Binotto ha estado hablando con él- dije.
-¿Crees que le ha dicho algo malo?
Asentí -Tengo miedo, tío-
-Anda Chloe, ve con Seb, túmbate con él y mímalo, eso te tranquilizará.
-Gracias, Max- lo abracé de nuevo.
Volví a la habitación y me tumbé con Seb, sin tardar, yo también me quedé dormida.
Me desperté por un sobresalto de Seb, se había despertado bañado en sudor, temblando, y con la respiración tremendamente agitada, el chico había tenido una pesadilla.
-Cariño- lo abracé.
-Binotto me quiere echar.
-¿Qué?
-Dice que no rindo suficiente, que Charles es mejor.
Seb hablaba con tono frío.
-¿Eso has soñado?Narra Seb
No, no había soñado eso, había soñado que la perdía, que ella me repudiaba, igual que lo había hecho Mattia Binotto hace unas horas. No sabía qué hacer, la cabeza me iba a explotar, y ya no me salían las lágrimas. ¿Acaso se me habían gastado? Tenía miedo de lo que pudiera pasar, estaba totalmente perdido.
Y ella, ella me miraba con preocupación, me había cogido la mano con fuerza, y esperaba una respuesta.Narra Chloe
El chico negó con la cabeza, entonces ¿qué había soñado? Supongo que aquello daba igual, teniendo en cuenta el tema que había tratado con Binotto.
-¿Quieres hablar Seb?
-No lo entiendo Chloe, yo me esfuerzo al máximo.
-Sé que te esfuerzas, mi amor.
-Leclerc es muy bueno.
-Lo es.
-Es mejor que yo.
-A ver, Seb- el chico no me dejó acabar la frase.
-¿Me quieres, Chloe?
Aquella pregunta me sorprendió.
-Con locura, cariño.
Él sonrió, roto de dolor.
-¿Qué te ha dicho concretamente?- pregunté.
-Que si no mejora mi rendimiento estoy en la calle.
-Pero si el finde pasado estuviste espectacular.
Seb se encogió de hombros.
-Tienes que taparle a ese tío la bocaza.
-Lo sé, pero no tengo claro cómo- tomo aire -Es el trabajo de mi vida, Chloe, no puedo perderlo-
La sinceridad fluía por sus ojos como si de un mar se tratara.
-Voy a ayudarte, Seb.
-¿Cómo?
-No tengo ni la más remota idea, pero lo haré.
Él me sonrió con timidez, y bajó la vista -Gracias-
-No me las des cariño- lo besé con cuidado, y nos fundimos en un tierno abrazo.
No sabía qué iba a hacer, no sabía cómo iba a arreglar todo aquello, pero tenía que buscar una solución para Seb. El chico se apagaba poco a poco, como una llama consumida por la falta de oxígeno. No podía consentir que su sueño acabara, porque entonces, el mío también se esfumaría.
-Entrenaremos juntos, intentaremos solucionar los errores del otro, no se me ocurre otra cosa... - dije.
-Tu entrenamiento es más duro que el mío- Seb se rió -está bien, gracias cielo- me abrazó, con qué poquito se conformaba aquel chico...
-Binotto se va a tragar sus palabras- dije con seguridad.
Yo en realidad tenía la teoría de que Seb se sentía inseguro, tal vez por la llegada de Charles al equipo. Sabía que Vettel no llevaba bien la presión, y no sabía qué hacer para mejorar eso. Lo que tenía claro era que iba a apoyarlo por encima de todo.
En aquel momento, estando nosotros abrazados, alguien aporreó la puerta. Tardé un poco en abrir, porque en aquel momento, separarme de Seb se me hacía impensable.
-Te quiero- susurré en su oído, y fui a abrir la puerta, en la que seguían llamando con fuerza.
¿Quién tenía tal desesperación por entrar?
Abrí la puerta despacio, y Lando me esperaba fuera.
-¿Qué pasa Norris?
-Oh My God!- Lando entró en la habitación dando un portazo, y muy exaltado -¡Hola Vettel!- saludó al chico que estaba sentado en la cama.
Seb le saludó con la mano.
-¿Qué pasa Lando?- pregunté.
-Tengo novedades, ¡joder que si tengo!
Nos miramos los tres, sorprendidos. ¿Acaso había llegado el momento de saber quién era el culpable?
-¿Qué tipo de novedades Lando?- preguntó Seb queriendo asegurarse.
-Pues las que estáis esperando desde el sábado.
Se hizo un silencio, yo me estaba poniendo muy nerviosa, y Seb me cogió la mano.
-Ya sé quién manipuló tu coche Chloe- dijo Lando.