La semana había pasado volando, era ya sábado de qualy, y yo había sido la primera en despertarme en casa de los Vettel.
Bajé a la planta baja sin hacer ruido, me preparé un café bien cargado y salí a tomármelo a la terraza.
Aquella mañana hacía fresco, y el contraste de la temperatura de la calle con la calidez del interior, me hizo pensar en la Navidad; esa época del año que tanto me había gustado siempre.
Era un momento muy especial para mí, de reunión y cercanía, felicidad en estado puro...
Mi situación ahora era muy distinta a la de las Navidades pasadas, y aquello me hizo pensar en todo lo que había cambiado mi vida en tan poco tiempo.
*Imaginación de Chloe*
Los villancicos sonaban a todo trapo en aquel gran salón que había preparado la FIA para nosotros, con un enorme árbol navideño en el centro. Max, Alex y yo colgábamos bolas de colores de las ramas, mientras Seb y Kimi enrollaban espumillones alrededor del abeto, Carlos y Lando le sujetaban una escalera a Nico, quien colocaba con ilusión una brillantísima estrella en la parte superior del árbol, que hacía juego con las docenas de luces que estaba colocando Charles.
La voz de Dan se oía en la otra sala, encargando una gran cena de Navidad, un festín digno de película Disney, algo así como la Bella y la Bestia.
Por su lado, un tímido Valtteri Bottas invitado por Sasha y Rose sacaba brillo a la cubertería de plata, mientras que las chicas y James colocaban bajo el árbol las decenas de regalos que habíamos llevado entre todos.
Aquella noche iba a ser perfecta, lo tenía claro...
El reloj de pared marcaba las 10 con sus sonoras campanadas, y con él, todos nos sentábamos a la mesa. El cattering había llegado, todo tenía una pinta estupenda, y desde luego, la compañía hacía aquel momento maravilloso.
La cena transcurrió sin problemas, entre risas y amenas conversaciones, y con las campanadas de las 12, nos sentamos todos en el suelo, haciendo un gran círculo.
Sasha y Carlos se levantaron, y empezaron a repartir los regalos que habíamos llevado, cada uno marcado con una etiqueta, que rezaba el nombre del destinatario.
Llevábamos dos meses planeando aquel "amigo invisible", ya sabéis, aquel juego en el que se hace un sorteo, y tienes que hacerle un regalo a la persona que te haya tocado, sin que ella sepa quién eres.
Sasha me entregó una caja roja, de tamaño medio, con un enorme lazo dorado, y una etiqueta que con una caligrafía preciosa, indicaba mi nombre.
Una vez todos tuvimos nuestro regalo, la ronda empezó por Sasha, ya que había entregado ella los regalos.
La chica desenvolvió su paquete con cuidado, sin romper el papel, y sacó un neceser transparente, lleno a rebosar de bombas de baño de distintos olores y colores, ella sonrió apliamente respirando los aromas de las sales, y algo sonrojada, expresó un agradecimiento.
-¿Quién crees que ha sido?- pregunté.
Ella me miró sonriendo de lado -Es una pregunta difícil...- se acarició la barbilla -¿Tal vez Carlos?-
Sainz se sonrojó con velocidad, y asintió sonriendo, bajando la mirada al suelo.
A aquellos dos les hacía falta un empujoncito, estaba claro...
Fue Carlos, por lógica, quien siguió con el juego. Su regalo era una bolsa, decorada con cintas de colores, y que en su interior, contenía varios pares de calcetines de colores, con estampados... Peculiares, digamos; rosquillas, plátanos, un pac-man, aquellos calcetines tenían dibujado todo lo que puedas imaginar, y a Carlos le hizo mucha gracia. No le fue difícil averiguar de quién venía aquella bolsa, puesto que pese a ir todos en trajes, y vestidos de gala, Ricciardo lucía unos poco discretos calcetines con un famoso cuadro de Van Gogh en ellos.
Dan continuó la ronda, abriendo un pequeño sobre, con una entrada para un partido de la NBA en su interior. El chico empezó a saltar y gritar de la emoción, desde luego le había gustado, pero no supo quién podía habérselo regalado.
Tras unos momentos de incertidumbre, Charles confesó, levantando la mano, para después, abrir su regalo con velocidad, reduciendo el envoltorio a diminutos trocitos. Eran unos cascos con Bluetooth, ojo, que no auriculares, cascos, de estos grandes que si te gitan no te enteras.
-¡Me encantan!- dijo Charles, con los ojos iluminados.
-¿De quién crees que son?- preguntó Bottas, interviniendo casi por primera vez en toda la noche.
-Sé que le dije a alguien que necesitaba unos, pero no recuerdo a quién- rió un confuso Leclerc.
Tras ver que el chico no lograba hacer memoria, Lando habló.
-Cielo, te pasas el día hablando conmigo, ¿te suena?- dijo el británico sonriendo.
Charles abrió mucho los ojos y asintió, levantándose para abrazar al chico.
Fue su turno, el de Lando, a quien solo le faltó llorar de la ilusión cuando descubrió que su regalo eran unos videojuegos, que aún no habían salido al mercado, y que estaba deseando probar.
-¿Quién ha sido?- preguntó el más joven, sujetando las cajas de los juegos como si fueran sus bebés.
Bottas levantó tímidamente la mano, y Lando se lanzó a abrazarlo con fuerza repitiendo agradecimientos a diestro y siniestro.
Valtteri se quedó tan patidifuso que no atinaba ni a abrir su regalo, cuando por fin lo logró, no pudo evitar sonreír, no sé si por el regalo, o por la agradable situación en la que se encontraba. Dentro del paquete que le había correspondido, uno negro con un cordón plateado, había un termo para café, uno de esos vasos con tapa de silicona, para que no se te caiga. En el lateral, había una frase que decía: "Today's good mood is sponsored by coffee".
No sé cómo, pero el de Mercedes acertó de lleno, el regalo era mío.
Valtteri me lo agradeció con sus habituales escuetas palabras, pero con una sonrisa enorme que me reconfortó por dentro, no era tan malo como parecía.
Llegó el esperado momento de abrir mi preciosa caja roja de lazo dorado, lo hice con cuidado, sin romper el papel, como siempre. Casi se me saltan las lágrimas cuando vi el contenido del paquete; era la serie entera de "Big Bang Theory" en DVD, quién me hubiera hecho aquel regalo, sabía bien que era mi favorita.
-Nico- dije, mirando al chico que estaba sentado a mi lado.
-¿Hmm?- el chicó me miró.
-Has sido tú ¿verdad?
Hulk sonrió y asintió.
-Mil gracias- sonreí abrazándolo.
Su regalo era una corbata elegantísima y a la vez muy navideña, con una guirnalda de luces que la recorría entera, la verdad es que Kimi tuvo buen ojo.
El finlandés abrió su caja, y encontró unas gafas de sol negras, lo suficientemente opacas para que no se le vieran los ojos, y lo suficientemente grandes como para que ocultaran la mitad de su rostro, no tuvo duda, aquello era obra de Seb seguro.
Efectivamente el alemán fue el siguiente, su regalo venía en un sobre; era una carta, pero no una carta cualquiera. Michael Schumacher era el remitente, y la carta estaba plagada de ánimos para Seb, de parte de la mítica leyenda de la Fórmula 1, el chico ni se lo creía.
-No me mires así- pidió James -Fue idea de Chloe, yo solo usé mis contactos-
Seb no podía sonreír más, estaba tan guapo...
El ingeniero tuvo la tremenda suerte de que su regalo viniera de Rose, de su querida Rose, vaya cara de estúpido se le quedó... Estaba loco por ella, estaba claro. La chica le regaló un manual, un libro antiquísimo con los primeros esbozos de los fórmula 1 originales, aquello era una auténtica reliquia que hizo a James llorar como un chiquillo, eran tan monos juntos...
Rose abrió su caja, y encontró un set maravilloso, lleno de maquillaje, enseguida supo de quién venía, y miró a Alex de forma cómplice.
Mi querida amiga fue la última en abrir su regalo, encontrando un vestido precioso en el interior de su caja, y le hizo tanta ilusión, que corrió a abrazar a Sasha.
Todos se habían ido ya, y Seb y yo seguíamos paseando por aquel enorme salón, observando cada detalle, cuando llegamos al umbral de la puerta, nos fijamos en el muérdago que colgaba del mismo, y como si no pudiéramos evitarlo, nos fundimos en un cálido y tierno beso que me reconfortó por completo.
*Fin de las imaginaciones de Chloe*
Me pillé a mí misma sonriendo como una estúpida cuando Seb apareció por detrás de mí, posando sus manos en mis hombros, y dándome un beso en la mejilla.
-Qué guapa estás cuando sonríes.
-No puedo evitarlo cuando pienso en ti.Hola a todos, queridxs lectorcitxs míos, lo primero, os deseo la más feliz Navidad, y ya aprovecho que os puedo hablar un poquito, para daros las gracias por estar conmigo día a día, ya que si no fuera por el apoyo que me dais, yo no estaría aquí.
Os quiero millll,
Feliz Navidad❤️