Uno de los brazos de Nico me sujetaba por la cintura, pegándome a él. Su otro brazo pasaba por debajo de mi cuello, y yo lo sostenía con mis dos manos, con fuerza. Su rodilla reposaba sobre mi muslo, y su barba rozaba la unión entre mi cuello y mi hombro.
-Hmmm- me removí.
Hulk dejó un tierno beso sobre mi cuello -Buenos días, niña mía-
Era como si nada hubiera cambiado entre nosotros.
-Buenos días Schatz- sonreí como una estúpida, aunque no podía verme.
Él me pegó todavía más a su cuerpo.
-Oye Nico- sonreí.
-¿Sí?
-Eso que estoy notando...- me reí.
-Es mi móvil- me cortó él riéndose.
-¿Llevas el móvil en los calzoncillos?
-Ehm... ¿Sí?
Ambos nos echamos a reír, y nos volvimos a abrazar, la complicidad entre nosotros era brutal.
Nos vestimos a la vez, Nico tenía que irse a buscar a Dan para la última revisión antes de la carrera, y yo tenía pensado ver la F2.
Abrí la puerta para que el chico saliera, y juro que yo no esperaba lo que hizo; me sujetó por la cintura y me atrajo hacia él, con mucha delicadeza, con máximo cuidado, y me besó, me besó como había hecho durante años; de esos besos que dicen: "oye, te quiero, y estoy aquí".
Y así, sin más, se fue.
No supe ni qué decir, ni qué pensar.
Quien sí supo qué decir, fue Max, quien había abierto la puerta de en frente a la mía en el momento exacto, para presenciar toda la escena.
-Espero que tengas una explicación, guapa- dijo Max.
-No la tengo.
-Chloe, ¿has pasado la noche con tu ex?
-Sí- miré al suelo.
Mi amigo levantó las cejas.
-Solo hemos dormido.
-¿Y pretendes que me lo crea?
-Sí, Max.
-Tendré que confiar en ti entonces- dijo abrazándome.
-Gracias... - susurré.
-Tienes muy mala cara Chloe.
-Seb...
No pude evitar echarme a llorar, me estaba rompiendo por dentro.
-Lo has dicho mil veces Chloe, no es tu novio, sois amigos.
Y aquello aún me hizo llorar más ¿Por qué? No tenía ni idea. Solo había dormido con Hulk. Bueno. Y él me había besado. Y yo no me había apartado joder...
-Soy un asco Max.
Las lágrimas brotaban de mis ojos como cascadas, podría haber sido el nacimiento de un nuevo río si mi amigo no me hubiera tendido un pañuelo.
-Anda, ven aquí- dijo el chico, abrazándome y llevándome al interior de su habitación.
Me besó la mejilla y me sentó en la cama -Llora lo que necesites bonita-
No me dí cuenta, pero Max había llamado a Alex, que entró en la habitación como un huracán.
-¿Qué es eso que me ha contado Dan?- preguntó ella.
-He dormido con Hulk.
-¿Con Nico?- se sorprendió.
-Sí.
-No lo entiendo- dijo la morena.
-Es su ex- intervino Max.
-Espera- ella abrió mucho los ojos -¿Ese es el que conociste en el karting de Mallorca?-
Asentí.
-¿Cómo lo llamabas? ¿Chat? ¿Sach?- la chica pensaba en alto.
-Schatz- la corregí.
-¿Y Vettel?- dijo ella.
La niña tonta (léase yo) volvió a echarse a llorar, y es que no podía parar, lo juro. Qué coño de carrera iba a hacer yo, si estaba hecha un escombro, como una putita mierda me encontraba, una piltrafilla.
-¿Qué hacemos con ella?- le preguntó Alex al chico.
-¿Cómo que qué hacemos? Tú la vas a maquillar bien guapa, que se sienta la reina que es, y yo voy a ir a arreglar un asuntillo, en cuanto vuelva, me la llevo al circuito- dijo Max.
-¿Dónde vas Verstappen?- pregunté.
El chico no quiso escucharme, y salió de la habitación con más velocidad que un Mercedes.
-Bueno Chloe, cariño, vamos a ponerte bien guapa ¿sí?
No sé cómo mierda lo hizo Alex, pero disimuló mis ojos hinchados de llorar, y con tres docenas de capas de maquillaje, consiguió que aquello pareciera natural.
Para darme un último toque, me pintó los labios de rojo. Era gracioso, el rojo en los labios siempre me hacía sentir segura.
Me miré al espejo, y me sentí algo mejor conmigo misma.
Salí al pasillo, vi a Vettel, y metí la marcha atrás a la velocidad del rayo, no iba a poder mirarlo a la cara sin echarme a llorar...