Ya debía ser por la mañana, pues el sol entraba a raudales por una de las ventanas de la habitación, una habitación, que no tardé en darme cuenta de que no era la mía. ¿Otra vez? Medio tapada sobre la cama, intenté moverme, pero mi pierna estaba atrapada bajo la tripa de Max, que dormía todavía como un bebé, bocabajo y tranquilito, eso sí, con un pie en la cara, aunque a su dueño parecía no importarle, Dan también dormía feliz, aunque estaba medio caído fuera del colchón. No entendía nada de lo que estaba viendo.
Tampoco tenía disponible una de mis manos, pues Seb la agarraba con fuerza mientras dormía. No pude evitar sonreír con ternura, cuando vi a Charles abrazado a Seb, completamente hecho una pelotilla, casi como duermen los bebés, tenía una tremenda sonrisa, como si estuviera teniendo un sueño maravilloso.
Pese a lo que pueda parecer, estábamos todos vestidos, y por la mochila de Renault que se localizaba sobre la mesa del escritorio, di por hecho que la habitación era la de Dan, que como si supiera que estaba pensando en él, abrió los ojos con pereza, aprovechó la oportunidad para darle con el pie en la boca a su antiguo compañero de equipo y dibujó su eterna sonrisa. Verstappen abrió los ojos como un resorte.
-¡Me cago en ti Ricciardo!- dijo sin levantar mucho la voz.
Con mi mano libre acaricié la cabeza del rubio aún dormido, quien no tardó en dejar ver sus preciosos ojos azules. Me aprietó la mano con fuerza justo para después soltarla, y se separó como pudo de Leclerc. Todos estábamos ya despiertos menos el joven Ferrari, que parecía seguir soñando. Lo mirábamos atontados, como padres que miran a su hijo dormir.
-¿Deberíamos despertarlo?- preguntó Dan.
-No es plan de dejarlo ahí, a ver si vamos a perder el avión- añadió Max.
Charles se removió para acurrucarse entre las sábanas.
-Es tan mono... Parece un niño pequeño- mi vena maternal se dejaba ver.
-Si solo se lleva un mes conmigo- se quejó Max.
-Eso es tío, tú eres un mes más viejo- rió Dan.
-Viejo dice... - Verstappen se colocaba el pelo.
-Bueno, viejo no, viejo es Vettel- se rió Ricciardo con ganas.
-Pero si nos llevamos dos años gilipollas- dijo Seb riendo.
-Pues eso, dos años más viejo- A Max la conversación le estaba pareciendo divertidísima.
Vettel hizo un puchero, y yo apoyé mi cabeza en su hombro -A mí me pareces un madurito interesante- y me eché a reír con más ganas que los chicos, Vettel se hizo el ofendido, pero no tardó en unirse a nuestra risa, el chico que seguía dormido no se daba cuenta de nada.
-Se está haciendo tarde, hay que despertarlo- dije.
-Nosotros lo haremos- dijeron Max y Dan a la vez.
-Ni de broma- solté yo -¿Seb?- pregunté.
El rubio se acercó a Charles y le puso una mano en el brazo con cuidado.
-Charlie, es hora de despertar- susurró con cariño.
-Cinco minutos más, papá- pidió el chico tapándose por completo.
-Sabes que no puede ser... - Seb parecía el padre de Leclerc, la verdad es que aquella escena me llegó al corazón.
-Venga Charlie... - susurraba, mientras intentaba destapar al chico, el cual dejó de hacer fuerza, y dejó ver sus ojillos por debajo de las sábanas.
-Vaale... - accedió, para después darse cuenta de que tres personas lo observaban desde el otro lado de la habitación -Oh mierda, hola-
-Buenos días bello durmiente- lo abracé.
Conseguí que los chicos no se rieran mucho de él, y llegó el momento de vestirnos, en algún momento, decidimos que sería una buena idea intercambiarnos las camisetas de equipo; aquello era un cuadro, yo por supuesto vestía el rojo Ferrari de Seb, él por su parte había vuelto a Red Bull con mi polo, Leclerc llevaba el amarillo Renault, Ricciardo volvió también a Red Bull, y Max llevaba la ropa Ferrari de Charles. Parecía que dentro de aquel circo, mi compañero de equipo seguía siendo el mismo, nos compenetrábamos bien, eso estaba claro.
En el desayuno, todo fueron miradas indiscretas de nuestros jefes, mánagers y asistentes; a ellos no les parecía tan buena idea aquel carnaval improvisado, pero desde luego, la prensa se estaba volviendo loca, hablando de nuevas adquisiciones y cambios de equipo.
Habíamos bajado tan tarde que no había ninguna mesa vacía, y nos acoplamos a una en la que había dos chicos sentados, Lando y Carlos.
-¿Pero Carlos escrito con "C" ?- pregunté, el chico asintió.
-¿Ni Karlos, ni Charles, ni Carlo?- insistí.
-Carlos Sainz- dijo él.
-¡Hostia Puta! ¡Eres el español!- grité, y todo el comedor me miró, los chicos se rieron, desde luego, pero yo estaba roja como un tomate.
Echaba de menos hablar con alguien de mi país, era algo especial...
Ricciardo y Verstappen se llenaron los platos, fruta, embutido, bollos, café... Estaba claro que no iban a pasar hambre, Leclerc mojaba unas galletas de chocolate en leche con cacao, Vettel se había preparado unas tostadas para acompañar el café bien cargado, y yo desayunaba tarta de queso y chocolate caliente, no quería comer mucho para no pasarlo mal en el avión, pero me daba miedo quedarme con hambre, casi 17 horas de vuelo no eran una tontería, y yo no estaba acostumbrada a viajar tanto; estudié ingeniería en automoción en España, y después pasé 3 años estudiando en la universidad de Brookes, para especializarme en motorsport, pronto se dieron cuenta de que lo mío no era quedarme en el pit, y eso sumado a la reputación que me había creado en el karting, me abrieron las puertas del cielo.
El avión era privado, íbamos nosotros 7, dando tumbos de un asiento a otro, poniéndo música y jugando a las cartas, parecíamos chiquillos en el autobús del campamento.
Pero allí, a 32.800 pies de altura, no hubiera preferido estar en otro sitio.chloeenov🔹
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chloeenov: Flying to the moon🌙
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carlossainz55: Wish it was Spain
danielricciardo: How will that clouds taste? 🤔
vettelofficial: Little astronaut👩🏻🚀