El despertador taladró mi dolorida cabeza de forma repentina.
Eran las seis de la mañana.
Había dormido dos horas.
Pestañeé unas cuantas veces para habituarme a la luz.
No debería haberme tomado aquella última copa.
Espera.
¿Dónde coño estaba?
Estiré la mano para coger mi móvil, pero para mi sorpresa no estaba en la mesilla.
Saqué un pie de la cama, por entre aquellas impolutas sábanas blancas.
—¡Coño, qué frío!— Dije en alto.
No tardé en visualizar una ventana, a la que me acerqué, no reconocía la ciudad que veía.
No recordaba nada del día anterior, debía haberme pasado con el alcohol.
Vi mi pasaporte sobre el escritorio.
En un hotel y fuera de España, aquello cada vez me sonaba más a chino.
Me acerqué a la mesa, y fue ahí cuando resolví el misterio.
Cogí la carta que, aún cerrada, adornaba la mesa.
"Chloe Novoa".
Abrí el sobre con cuidado.
"Bienvenida a Australia"
—Oh mierda— Empezaba a recordar.
"Desde la escudería Red Bull esperamos que todo en la habitación esté a su gusto"
—Me cago en mi puta vida.Hola!! Espero que este inicio os haya llamado la atención, y poder veros a menudo por aquí, un beso❤️