Christian Horner esperaba una respuesta, y la quería inmediatamente.
Seb me miró, estaba rojo, más avergonzado de lo que lo hubiera visto nunca.
-Buenos días, señor- dije.
Mi jefe me miró alzando una ceja.
Estaba muy nerviosa, la cabeza se me había embotado, y si no las hubiera contenido, mis lágrimas se hubieran escapado por todo mi rostro.
Todavía no sé cómo aquellas palabras pudieron salir de mi boca, pero lo hicieron.
-No tengo porqué darle ningún tipo de explicación, ¿sabe?- dije.
Cogí la mano de Seb, con fuerza, y caminé con fingida seguridad hacia la salida del hospital.
-Vettel- dijo Horner en un tono fuerte.
Se giró, y ambos se quedaron mirando, pero el jefe no dijo nada más. Tiré un poco del chico y siguió caminando conmigo, aturdido.
-Tenemos que ir a decirle algo- dijo él.
-No vamos a ir.
-¡¿Qué?!
-No voy a darle explicaciones.
-Chloe, es tu jefe.
-Eso no le da potestad para controlar mi vida privada.
-Bueno, es cierto... Pero Chloe, la Fórmula 1 es así, probablemente sí pueda hacer lo que quiera.
-No, Seb, no te preocupes ¿vale?
Me acerqué al chico y lo besé con cuidado.
-Eres una cabezota.
-Sí.
Seguí besándolo.
-Ya vale, Chloe- el chico se apartó.
-¿Qué pasa bonito?
-No quiero causarte problemas.
-Oh vamos, no me causas problemas, me los busco yo sola.
Le di la mano y lo atraje con fuerza hacia mí, besándolo de forma intensa, le mordí el labio y el chico se quejó levemente.
-¿No te gusta?- dije algo asustada.
-Me flipa, Chloe, pero si me sigues haciendo eso, no me voy a contener, y a tu jefe no le voy a gustar un pelo.
Sonreí al chico de lado, sólo él sabía hacerme sentir aquellas mariposillas por dentro.
Su teléfono sonó, y el chico anunció con cierta pena que debía marchar al motorhome de Ferrari.
Me quedé sentada en el suelo del hospital, con las piernas cruzadas y la espalda apoyada en la pared.
-Hola... - Christian Horner se sentó a mi lado.
-Hey... - Aquello no me gustaba nada.
-No he venido a que me des explicaciones.
-Bien.
-Solo quiero pedirte madurez.
-¿A qué te refieres, Horner?
-No voy a tolerar que tengas favoritismos con él.
-No voy a dejarlo ganar, ni de broma.
-Eso es lo que quería oír, Novoa.
El hombre me dió una palmada en la espalda.
-Oye Christian.
-¿Sí?
-¿Estoy dando la talla?
-Chloe, llevas carrera y media.
-Lo sé, pero de momento ¿Qué tal?
-Ganaste tu primera carrera en Fórmula 1, Chloe.
Permanecí en silencio.
-¿Tú entiendes lo que es eso?
Me encogí de hombros.
-Es espectacular, chica.
Miré al hombre -Gracias, Christian-
Él, sin decir nada más, se levantó y se fue por donde había venido.
Yo por mi parte, no pretendía quedarme allí sentada, se me estaba quedando el culo frío.
Mis pensamientos volvieron al plan que estaba trazando con Ricciardo, y visto que él debía tomarse un pequeño descanso, decidí continuar por mi cuenta.
Saqué mi móvil, y le escribí un mensaje a Lando, quien no tardó en contestar.Conversación de WhatsApp
Chloe: Holiii
Lando🥛: Hola Chloe!
Chloe: Te invito a un vasito de leche en el bar del circuito.
Lando🥛: Uy, en diez minutos?
Chloe: Media hora?
Lando🥛: No me gusta esperar, pero bueno, todo sea por ti, jajajajaSalí a la calle, y empezando a maquinar mi plan, pedí un taxi, que en media hora exacta me dejó en el circuito. Corrí hasta el bar, donde Lando me esperaba y me senté con él en una mesa.
-¿Has pedido ya?- pregunté.
El chico negó con la cabeza.
-Un vaso de leche y un chocolate caliente, por favor- pedí al camarero.
-¿Cómo te encuentras?- me preguntó Norris.
-Vengo del hospital, Ricciardo ha tenido un ataque de ansiedad.
-Vaya, pobre... ¿Es muy amigo tuyo verdad?
-De los mejores...
-Ya veo... Ni me imagino que le pudiera pasar algo a Carlos...
-¿Os lleváis bien?
-Es mi mejor amigo, no sé, supongo que lo quiero.
Una idea se pasó por mi mente con velocidad.
-¿Lo quieres? ¿En qué sentido, pájaro?- me reí.
El chico se sonrojó con velocidad, y se bebió de golpe la mitad del vaso de leche que le acababan de servir.
-¿Pasa algo Lando?
-Eres muy directa, Chloe.
-Y tú me evades todas las preguntas- le sonreí.
-Quiero decirte algo.
-Adelante.
-Creo que soy gay...
-¿Y?
-¿No te importa?
-A ver, Lando, entiéndeme, eres un tipo increíble, y tu orientación sexual no va a cambiar mi imagen sobre ti.
-Oh- una lágrima se deslizó por la mejilla del chico.
-¿Quieres hablar, amigo?
El chico asintió.
-¿Qué pasa con Carlos, bonito?- pregunté.
El chico bajó la mirada.
-¿Te gusta?
Lando se encogió de hombros.
-No puedo tenerlo- dijo.
-¿Por qué?
-Es hetero.
-Todos somos bisexuales en esta vida, Lando.
-Carlos no, le gustan demasiado las mujeres.
-Entonces ¿te gusta?
-No puede gustarme, Chloe, a él no le interesa eso, Carlos solo busca sexo- dijo de golpe.
-¿Puedes explicarte, cariño?
-Me dejó tirado, ¿sabes? Yo pensaba que yo significaba para él, lo mismo que él para mí, y no era así...
-¿Tuvisteis algo?
-Alguien tenía que llevarse mi virginidad... Lo hizo él, y efectivamente se la llevó, muy lejos- respiró hondo -yo lo quería-
-Fue un cabrón...- dije yo.
-Lo fue...
-Oye.
-¿Sí?
-Coño, que te has tirado a Carlos Sainz- reí.
El chico se rió conmigo -Está bueno ¿eh?-
-Joder que sí- me tapé la cara.
-Fue una pasada, al menos lo disfruté.
-Eso es bueno, Lando, tómatelo como una experiencia más.
-Un clavo saca a otro clavo, dicen.
-Eso es mentira, no acumules clavos- me reí.
-¿Y aún así es tu mejor amigo? Te utilizó, Lando.
-Lo sé... Pero en lo demás... No sé, se porta bien conmigo... Es un buen tipo en el fondo.
-No te enamores, Lando, de Carlos no.
-No lo haré, no de él.
Le cogí la mano con fuerza, y el chico me sonrió.
-Oye, ¿qué tal folla el alemán?- dijo Lando.
Me puse colorada.
-¿Tú cómo coño sabes eso?
-Vettel te mira, te mira mucho, y yo, lo miro a él, entonces me doy cuenta- se rió.
-¿Cómo que Vettel me mira?
-Te mira el culo, y con menudos ojos...
Le pegué con suavidad en el hombro.
-Creo que Carlos es el único que no se ha dado cuenta- dijo Norris -Está demasiado centrado en meterse en tus pantalones-
-¿Qué? ¿Carlos Sainz?
-Efectivamente, señorita.
-Pues que sepa que a mi alemán no lo cambio por nada.
-Entonces tiene que ser un tigre...
Me reí por la expresión que había utilizado Lando.
-Dejémoslo en que se le da muy bien, sí- reí.