Capitulo #7

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Estos dos últimos noches apenas si había podido dormir pensando en alguna manera de escapar. Era posible que si escapaba Homura haría responsable a Sakura y la pondría en riesgo. También cabía la posibilidad que la llevara conmigo pero esta aldea era su vida, nada me aseguraba que años después se arrepintiera de su decisión.

Estampe el puño en la pared con rabia varias veces hasta que mis nudillos empezaron a sangrar.

—No lograrás tirar la pared tan fácil Uchiha — me aseguro uno de los shinobis que cuidaba esta maldita celda.

Esa no era mi intención, simplemente quería que el dolor físico fuera mayor que el del corazón. Sabía cuál era mi condena y esa era pasar el resto de mi vida en la cárcel sin Sakura. Esperaba que su vida fuera más feliz que la que pude querer ofrecerle.

—Cuéntame mejor. ¿Que se siente que al fin pagarás por todos tus crimenes?...O mejor. ¿Que se siente dejar a la bella doctora Haruno en brazos de otro?—dijo con sonriendo

Apreté los dientes y el continuó.

—Podria ser yo el que tome tu lugar y la haga olvidarte.

Me di la vuelta y corrí hacia los barrotes activando mi Sharingan. El Shinobi inmediata cambio su expresión  de una sonrisa a total miedo.

—No te atre-tre-verias—susurro tartamudeando.

—Sakura jamás se quedaría con una basura que nisiquiera puede defenderse y se esconde patéticamente detrás de una silla.

—Aun así soy mejor que tú Uchiha—siguio retando mi paciencia. Que gran equivocación.

Active el Rinnegan e hice que cambiaramos de lugar en un segundo y antes que se diera cuenta que después de sostener la silla ahora sostenia  los barrotes. Tomé su propia katana y la alce rozando su cuello.

—Como...

Su ojos me miraban entre una mezcla de sorpresa y pánico. Que podía perder, sumarle más años a mi condena por asustar a un pobre infeliz que cree que puede hacerme daño con el tema referente a Sakura. Que más daba, iba a enseñarle a no abrir la boca de por gusto.

—Sasuke—pronuncio Kakashi deteniendo mi próximo movimiento.

Decidí guardar silenció, como podía explicar que yo estaba a afuera y el estaba adentro. Kakashi sabía perfectamente que con el Rinnegan podía hacer esa clase de cosas. Esperaba un reprimenda pero solo pude escuchar como los shinobis que acompañaban a Kakashi intentaban contener la risa.

—Kakashi-sama, me alegra que halla venido. Casi no puedo controlar al prisionero, esta desequilibrado mentalmente. Si no fuera por usted probablemente me viera matado.

Puse los ojos en blanco. Se escuchaba patético su intento por hacerme quedar más mal. Era más que obvio lo que había pasado y para eso no necesitaba estar desequilibrado.

—Veo que ya estás listo—dijo Kakashi sin ponerle un gramo de atención.

—Si—conteste mientras los shinobis que lo acompañaban se acercaban a mí con unas esposas bañadas en chackra y la venda con el sello que impedía que usará mis ojos.

El frío metal hizo que se me erizara la piel. Sabía que esto solo era parte del protocolo pero eso no evitó que un agujero se instalará en mi estómago. La oscuridad llego segundos después y me encerre en mis pensamientos para hacer menos largo el camino a mi destino.

—No te preocupes, el juez tomara en cuenta que fuiste de gran ayuda en la cuarta guerra ninja.  Este mundo no existiría de no ser por ti y por Naruto. Tienes muchas esperanzas de salir de aquí ¿No sé si Sakura te contó que el juez es imparcial?

—Si —conteste , Kakashi no sospechaba para nada de la amenaza de Homura y por lo mismo aún tenía esperanzas que saliera.

—Naruto y sobre todo Sakura se pondrán muy felices. Ellos serán testigos, no sé si lo sabes.

Era muy posible que después de lo de ayer Sakura nisiquiera se apareciera hoy. Suspiré, tan solo fuera aun que sea para volverla a ver por última vez antes de que todo terminase.

—No lo sabia susurré

Kakashi puso una mano sobre su hombro antes que entramos en la sala. Su mano me reconfortaba a pesar de saber el final de toda esta historia.

—Cuando Salgamos de aquí iremos todos a celebrar. Comeremos ramen hasta reventar, porque ya conoces a Naruto. El no nos dejara ir a otro lugar que no sea a Ichiraku.

Sonreí al recordar los viejos tiempos, desde que había venido de regreso a la aldea no había podido probar otra vez ese ramen a pesar de que no fuera de mis platos favoritos. Aunque me encantaba el que le agregan extra tomate.

En el momento que entre a la sala, las voces se aumentaron. Mientras unos me gritaban que era un asesino y un malnacido otros permanecían callados brindándome su apoyo. Pude sentir el chackra de Naruto y de casi todos los novatos. También estaba Tsunade e Iruka. Mi cuerpo me traicionó en ese momento y antes que pudiera luchar contra eso. Me encontré buscando el la firma de chackra de Sakura o su aroma a cereza conforme pasaba las filas y me sorprendí.

—¡Sakura!

Pronuncie al sentir como sus manos tomaba mi mano con mucha preocupación.

—¡Que te paso!—susurro con la voz entrecortada al ver mis nudillos sangrando.

—No pensé que vinieras—le dije agradeciendo mentalmente el tenerla aquí y poder oler por última vez su aroma a cereza.

—Aun que tu corazón no me pertenezca deseo verte libre.

Sus palabras fueron un puñal directo a mi corazón. Ella siempre se echaba la culpa cuando era más que obvio para mí que mi corazón le pertenecía. En cuestión de segundos mis nudillos dejaron de arder, aún se sentía la sangre seca pero la herida ya había sanado.

Un Shinobi me empujó para que avanzará.

—Gracias susurré antes de  hacer que soltara mi mano—por todo.

Camine hacia mi lugar y cuando pase cerca del juez pude percibir algo extraño en el. Quizá Homura tendría que ver con eso  también y me pregunte que tan imparcial podía ser.

—Damos por iniciado el juicio contra Sasuke Uchiha presunto responsable de varios cargos contra la aldea de Konoha.

Y así se comenzó a leer todos a cada uno de mis fechorías. Sabía que era un larga lista pero me impresionó que hasta por la muerte de un criminal como Danzo me condenaran, entendía perfectamente del intento de asesinato contra mis propios amigos y en gran parte la destrucción de la aldea pero no lo de Danzo.  Deje de escuchar cuando paso del cargo número diez, no sabía cuánto tiempo más se demoraría pero de lo que si estaba seguro es que hasta eran capaces de echarme en cara que yo había iniciado la cuarta guerra ninja.

Muchos a mis espalda empezaron a murmurar y otros más empezaron a oponerse en contra de los cargos. Era más que obvio que me estaban culpando  por cosas que no tenía nada que ver conmigo y  solo porque mandara y óbito pertenecían al clan Uchiha.

Cuando el pergamino tocó el suelo el shinobi que estaba leyendo los cargos tomo un suspiro.

—Después de haber leído todos los cargos que se le imputan. ¿Cómo se declara?

Y aquí venía la peor parte, era como darle la espalda a todo los que habían venido a apoyarme pero lo tenía que hacer por Sakura.

—Me declaro culpable...

Siete DiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora