Capítulo #51

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Pregunto un hombre mayor mirándome de pies a cabeza antes de crear unas inmensas alas de chackra para impedir que saliera por la chimenea.

No sabía que responder y se me hizo más fácil cambiar el tema.

—Pensé que estaba prohibido usar el método  misterioso del pavo real

El hombre frente a mi alzo una ceja

—Para defender al pueblo soy capas de usar hasta métodos prohibidos. Además soy el Hoshikage,  soy el único capas de usar la técnica sin verme afectado. Así que responde mi pregunta o de lo contrario me veré en la obligación de confrontarlo.

Esa por supuesto no era mi intención pero creería que estoy jugando si le cuento la verdad. Opte por algo más sensato.

—Soy Sasuke Uchiha y venía a comunicaré algo importante pero como me negaron que estuviera aquí, decidí colarme.

Expuse manteniéndome firme en mis palabras.

—Ya veo y a que es eso tan importante que has venido a comunicarme.

—La hechicera ha recuperado su corazón y también sus sentimientos.

El Hoshikage río

—Y por eso has venido a robar una ramillete de cerezo—dijo mientras aparecía frente a mí y tomaba de mi capa las flores de cerezo.

Mi mano fue más rápida esta vez y tomo al Kage del brazo impidiendo que se lo llevará. Aun estaba impresionado por la rapidez con la que había tomado pero no me inmute. Debía permanecer sereno.

—Solo te lo preguntaré una vez más o no permitiré que salgas de este lugar con las flores y espero que tengas una buena razón para haberlas arrancado de mi árbol.

Deje escapar el aire que había estado conteniendo en mis pulmones, ¿Que posibilidad había que me creyera después de que le contara la verdad? ¿Sería una buena razón?

—Bien

.

Había logrado convencer al Hoshikage de la veracidad de mis palabras pero el tiempo no era un factor que jugará a mi favor y me di cuánta cuando llegue a donde estaba Sakura.

Su rostro estaba totalmente grisáceo, sus labios estaban de un tono violeta y su piel estaba más fría que nunca.

—Ya estoy aquí—murmuré mientras sacaba de mi capa la única flor que me había quedado durante el camino, pues la flor era un poco frágil y se habían destrozado por la prontitud con la que las había traído.

Pase la flor suavemente por su nariz esperando que inhalara su aroma pero simplemete Sakura había dejado de respirar. Así que en medio de la desesperación jale el cuerpo de Sakura para recostarla en mis rodillas para volver a intentarlo.

—¡Sakura no me hagas esto, por favor!—le dije pasando nuevamente la flor por su nariz sin obtener resultados.

Empezaba a perder la esperanza de que ella despertara. Había esperado bastante por el antídoto y yo no lo pude traer a tiempo. Estaba molesto conmigo pero más molesto me sentía con la vida por arrancar a las personas más importantes de mi vida.

—¡Sakura!—susurre con lágrimas gruesas en los ojos que no tardaron en caer en su rostro. Las lágrimas resbalaron por sus mejillas pasando por su labios agrietados.

Solté la flor de cerezo y acerqué a Sakura más a mi pecho. El calor de su cuerpo también empezaba a desaparecer y eso me hizo más consciente de la triste realidad. Sakura había muerto.

—No Sakura... No puedes hacerme esto—grite con desespero.

Mai llegó corriendo en ese momento y se acercó a mí, frotando su pelaje contra uno de mis costados.

Siete DiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora