Capítulo #23

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—¡Ahora!—me grito como si su vida dependiera de ello.

Active mi rinnegan, el maldito culpable de todo lo que ahora estaba pasando y la tomé de la cintura antes de salir por el portal que había creado. Al principio pataleo pero después de ver que yo era más fuerte dejó de resistirse. Agradecí que no fuera Sakura o estaría en serios problemas con la resistencia.

Llegamos nuevamente al lugar en donde habíamos salido de su casa. Me encontraba igual que al principio y ahora sin esperanzas. El pergamino no tenía vuelta a tras, no había forma que mi vida volviera a ser la de antes. Aun que no entendía a que se refería con enfrentarme a mis miedos.

Mi respiración aún estaba entrecortada y aún tenía que regresar a la aldea para informarle a Kakashi que mi propia misión había sido un rotundo fracaso. Me senté en la hierba y deje que el aire fresco me diera de frente.

—Lo lamento—susurro tomándome de los hombros mientras ella aún lloraba amargamente el haber dejado a tras a su padre.

—Es mejor que regreses—dije señalando el pasillo que llevaba a su mansión con fuente de delfines y miles de sirvientes a su disposición.

Su mirada sé sonrojo.

—¿Tu que harás?

—Regresare a mi aldea pero descansaré un poco.

—Porque no descansas en mi casa, mis sirvientes pueden prepararte cualquier cosa y puedes quedarte los días que quieras.

No podía quedarme, el tiempo estaba en mi contra.

—Lo lamento no puedo esperar.

Ella volvió a entrecerrar los ojos y sabía que venía a continuación  un ataque de celos de su parte. Cosa que por su puesto no me importaba.

—Has estado muy triste y asumo que es por ella. Por que la persigues si sabes que no será tuya, quizá es por qué no te ama como crees.

Sus palabras habían dolido pero no podía dudar del amor de Sakura.

—Adiós señorita Shun—susurre activando mi Rinnegan en el mismo momento que ella negaba con la cabeza. La había vuelto a dejar con dudas.

Había caído en los campos de entrenamiento en Konoha y no tuve que pararme para saber que estaba agotado. Había usado mi rinnegan tres veces.

Me deje caer en los pies de un árbol, esperando que nadie me encontrará por qué está vez no podría escapar por más que quisiera. Me quedé irremediablemente dormido por pocos segundos hasta que el ruido en las hojas caídas llamó mi atención.

—¡Sasuke-kun!

Abrí los ojos al oir esa voz, Sakura estaba inclinada tocando mi frente y mi cuello para ver si estaba bien. Su rostro estaba preocupado.

—¡Estoy bien!—dije mirando de cerca sus ojos, los cuales estaban cristalinos como si hubiese estado llorando.

—Me alegra verte

Yo sonreí y quite las lágrimas que un estaban debajo de sus ojos.

—¿Por qué lloras?—le pregunte mientras irremediablemente abría mis brazos y ella se lanzó sin dudarlo. Nos quedamos en silencio mucho tiempo esperando que cada uno calmara sus miedos en los brazos del otro.

—¿Dónde has estado?—pregunto después de un rato.

—Arreglando unos asuntos

No podía decirle que estaba buscando el origen de un sello que me había causado tantas complicaciones.

—Vuelves a ser un desertor

—Lo se pero Kakashi me dejó serlo esta vez.

Sakura suspiro y se levantó. Yo lo intente al principio pero mis piernas no me daban para más.

—Tienes que descansar

No era una orden

—Pero no en el hospital

Ella me ayudó a levantarme e hizo que me apoyara en sus hombros. Podría decir que no pero ella era mucho más fuerte que yo en ese sentido.

—¿A donde vamos?—le pregunte sin conocer el camino.

—A mi casa, allí podré atenderte y se que ese sería el último lugar donde te  buscarían.

No sé cómo estaba tan segura y menos teniendo a Naruto.

—Tu prometido

Las mejillas de Sakura se ruborizaron y se mordió un labio para no hablar. Cómo si me estuviese ocultando algo.

—El está ocupado

Rode los ojos

—¿Tratando de buscarme?

—No

—¿No?

—Termine con Naruto

Sus ojos verdes me observaron por un rato, quizá tratando de medir mi reacción pero yo estaba sin palabras. Sakura había dejado a Naruto.

—No dices nada

—Creo que me quera matar—dije al borde de la risa pero la verdad es que quería saltar de emoción.

—Te acabo de decir que ya no estoy con Naruto y tú solo te burlas—grito molesta pero sin soltarme.

Abrí la boca varias veces, no esperaba está reacción por su parte. Mi rostro adquirió un tono serio e hice que me viera a los ojos.

—¿Por qué lo hiciste?—pregunte

Sus hombros temblaron

—Tu que crees

—Por mi

Ella retiro sus ojos y aprovecho para abrir su puerta. En este momento ella era una mezcla de emociones no muy diferentes a las mías. Me dejó entrar en hizo que me sentará en su sofá.

—Creo que debo preparar la cena—se escuso dándome la espalda pero yo no la deje.

—Sakura, ¿Lo hiciste por mi?

Ella volvió a morderse el labio

—Creo que soy una idiota

—Yo también lo creo

Sakura me soltó y cruzo los brazos pero yo la tome de la cintura e hice que se sentara sobre mi. Sus ojos me observaban atentos a cada uno de mis movimientos pero la verdad estaba tan a gusto que me negaba a moverme. Quería celebrar y no sabía cómo empezar. Cielos, Sakura era libre aun que muy en el fondo sentía pena por Naruto.

—No sabes lo feliz que me ha hecho esa noticia.

Sakura trato de ponerse sería pero dejo que saliera el aire que había estado reteniendo. Retire un mechón de su rostro y la tomé de la nuca.

—Sentí que te perdía, Sakura

Sakura sollozo mientras acercaba su boca a la mía y la besaba. Solo había sido un pequeño beso pero había recuperado mis fuerzas o eso creía.

—¿Aun quieres cenar?—me pregunto con su sonrisa pícara.

—No sé si quiero comida exactamente

Ella río pero mi cuerpo me traicionó mientras intentaba levantarme. Mis piernas faltaron y me sentía mareado.

—¡Sasuke-kun!

—¡Estoy bien!

—No lo estás y es mejor que comas algo.

Suspiré derrotado, esto no era lo que tenía pensado para una reconciliación...

Siete DiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora