Epilogo

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Había perdido la cuenta de los meses que llevamos fuera de la aldea pero podía recordar perfectamente como cada cosa había retomado el curso necesario.

Desde que la hechicera había unido nuestras almas, ella se había dedicado a remendar sus errores con nosotros y con la aldea de la estrella. Devolviendo los recuerdos correctos a cada persona usando por última vez los poderes de la estrella. Con ello también se terminaba su inmortalidad y como su cuerpo no era el de esta época, empezó a envejecer rápidamente, quedándome así solo un par de meses de vida.

Taro había sido enjuiciado por la propia mano de su hermano, que en ningún momento pestañeo al decir su infortuita condena. ¿Cuál era el premio para idear un plan maléfico y secuestrar a Hinata Hyuga?, Pues la misma que el trato de imponer a mi mismo durante mi primer juicio. Una condena de por vida, ya que la muerte no podría pagar todas sus culpas al contario de lo que el pensaba.

Con respecto a Homura pues salió bien librado,se le reconoció como otra víctima de Taro pero se que alguien de las nuevas autoridades le hizo una advertencia si se llegaba a meter nuevamente conmigo y mi familia. Así que desde ese momento a preferido mantenerse al margen. No sé exactamente quienes fueron pero podría ser Kakashi o hasta la propia Tsunade que ahora pertenecía al concejo.

Shun había recuperado sus recuerdos y su padre había salido libre de prisión pero su madre y su hermano seguían desaparecidos. Así que antes que Mai se fuera, me hizo un último favor. Le llevo varios días pero los encontró en la frontera con el país de la tierra y tambien la hechicera les regreso sus recuerdos antes de regresar a la aldea de la hierba.

Naruto y Hinata se habían casado en una boda digna de recordar por varios años, grande a todo lo que pudieron dar y posiblemente los Hyuga hayan echo mérito del dicho "Tiraron la casa por la ventana". No sin antes que Hinata se disculpara por envenenar a Sakura y culparla por algo que nisiquiera tenía fundamento. Naruto también hizo las paces conmigo y desde allí fue el mismo Naruto al que estábamos acostumbrados. Metiéndose siempre en donde no le llamaban hasta el punto de hacerle prometer que regresariamos.

Y bueno, quedaba yo. Había asistido nuevamente a mi juicio, esta vez todo había sido mucho más llevadero y a pesar de la frialdad del juez, según Sakura fue justo, algo que por supuesto yo en el fondo de mi corazón sabía que no lo merecía. Fui liberado de todos los cargos, por mi intensión de cambiar y por mi participación en la cuarta guerra ninja. Me habían pedido que continuará defendiendo la aldea ya que ahora mi clan nuevamente resurgiria y como el jefe de esa familia, tenía que prometerle que no cometería los mismos errores que mi padre. Además había algo que no me atrevido a comentar pero que siento que realmente paso, habían hecho firmar un documento a Sakura en donde ella ahora se hacía responsable de mis actos, como mi esposa aún que la ceremonia no halla nisiquiera finalizado. No sabía que pensar al respecto pero quería suponer que solo era parte del papeleo, no esperaba que de la noche a la mañana empezarán a confiar en mi.

El viento soplo mi rostro en ese momento haciendo que regresara a la realidad y fuera concientes de la persona que me observaba. Cerré lo ojos y fui capas de escuchar el latido infrenable de su corazón, así que me di la vuelta para enfrentarme a Sakura que sonreía a pocos metros de mi, vestida lijeramente con un vestido de tirantes rosa pálido y su cabello algo largo agarrado con una verdadera ramilla de cerezo.

Desde hace unos meses que viajábamos por el mundo, solos. Descubriendo lugares, ayudando a algunas aldeas pero sobre todo disfrutando de la compania del otro. Nunca el la vida había sido más feliz pero aquí estábamos en medio de una cascada sellando por fin nuestro amor, luego que la primera ceremonia terminará en un completo plan fallido. Ella ya era mi esposa pero queríamos algo que terminara menos desastroso para ponerle punto y final al capítulo. Algo que recordar por supuesto.

Sakura se acercó a mí y con los nervios a flor de piel entrelazó sus dedos con los míos. No entendía por qué estaba más nerviosa si ya habíamos pasado por esto antes y es más habíamos pasado mucho más cosas.

Un ladrido se escuchó muy cerca de nosotros y reímos al ver a Mai con otra ramillas de cerezo en el hocico, siendo nuestro único testigo esta vez. Pues si, Mai había regresado con Kakashi al principio pero ella al final se habían encariñado tanto con nosotros que nos había seguido en el viaje. Kakashi no lo había tomado a mal y hace unos días recibí una carta donde no decía que por motivo de nuestra boda, nos dejaba a nuestra cargo a Mai.

---¿Estás lista?---le pregunte a Sakura y nos acercamos más.

---Yo Sakura Haruno me entrego a ti y te prometo amarte, respetarte, ser te fiel pero sobre todo ser tu amiga y escucharte cada vez que tengas miedo y no encuentres una salida.

Cerré los ojos y sonreí analizando el contenido de sus palabras.

---Yo Sasuke Uchiha te tomo a ti Sakura Haruno para amarte en la salud y en la enfermedad, toda la vida. Respetarte y serte fiel. Cuidarte sobre todas las cosas y velar por qué tus sueños se hagan realidad.

Lágrima gruesas escaparon de los hermosos ojos verdes de Sakura mientras compartíamos el sake. Trate de quitar su lágrimas con mis dedos pero no pude evitar inclinarme en el proceso para deleitarme de esos magníficos labios. Así que la bese saboriando el dulce sabor de su boca antes de profundizar el beso y hacerle entender que desde ese momento me pertenecía solo a mi.

Su corazón empezó a latir rápidamente y sus mejillas se colorearon. Aun estaba nerviosa y seguía sin entender la razón pues ha este punto dudaba que fuera la ceremonia.

---¿Pasa algo?---le pregunte levantando una ceja.

Sakura dejo escapar el aire

---Esto es más difícil si lees mis emociones.

Reí, no era mi intensión pero sabía la rara mezcla de emociones que Sakura tenia en su pecho, Estaba feliz, asustada, nerviosa, risueña. ¿Que demonios era todo eso?

---Entonces dime

---Te tengo una sorpresa---dijo cerrando los ojos con fuerza antes de tomar mi mano y llevársela a su vientre...

...

¡Oh cielos! ¡Terminé!

Otra vez tengo ese nudo en mi garganta y lágrimas amenazantes en mis ojos. Cada vez que terminó un libro, siento esa inesplicable sensación de júbilo y tristeza. Una parte por qué es una novela que se llevó parte de mi tiempo y parte de mi corazón y por lo tanto es difícil explicar esa sensación de "Se termino".

Uff, Quiero agradecer a todos por acompañarme en estos cincuenta y tres capítulos de SasuSaku, de acompañarme en esos momentos que se me hace difícil publicar o escribir. Gracias a todos por leer y por dejar esos hermosos comentarios y como siempre digo. Esto no es un "adiós" si no un "los veo en mis demás novelas ".

Besos y abrazos mis queridísimas mariposas.

Lia Diso. 💙

 💙

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