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-Tengo un asunto fascinante entre manos – respondió Enrique –. Dime, cuánto llevas de la investigación de Alejandra... ¿tienes alguna idea del uso que el cliente le va a dar?

-No

-El objetivo era obtener información general ¿es para aclarar el pasado o para montar un expediente cerrado?

Enrique miró su computadora, había llegado un mensaje importante.

-Nunca me has preguntado como obtengo la información necesaria para los casos. Ni tampoco si es ético o hurgar en la vida privada de otra persona.

-Trabajo es trabajo. Que te encargues y que aceptes no tiene nada que ver conmigo o contigo. Sin ningún punto de comparación, es incomprensibles los motivos que tiene las personas para recurrir a nosotros. Por eso, confió en ti, Helen Leonor Ebbot.

-¿por qué?

-Porque sé que eres completamente fiable.

Helen Ebbot mirada de reojo a través de la puerta de salón.

-Las reglas sencillas – dijo ella – Nunca hables conmigo o con Enrique no trascenderá a nadie más. Firmaremos un contrato en el que Advance Security se compromete a guardar silencio. Quiero sabes en qué consiste el trabajo antes de decidir si aceptarlo o no. Significa un acuerdo de confidencialidad; con la condición de que no te dediques a actividades delictivas.

-¿Por qué lo dices?

-Empecé a trabajar en Jiboad para alejarme de Advance, el caso de Corea era importante, pero el cliente ya no lo quiso. Continué trabajando para ti y para ellos. Me asignas el caso de separación de Alejandra. Distes tu visto bueno... aquí estoy. Sin embargo, el cliente no es de fiar.

Helen Ebbot tardó varios minutos en encontrar su celular que tenía guardado en la mochila. Enrique Araujo contemplaba su embarazosa búsqueda con interés mientras deba vuelta en su silla. Lo encontró, pero también le tendió un informe detallado.

En el proceso que Enrique leía el informe, Helen Ebbot se puso a masajearse las sienes.

-Las reglas son sencillas – dijo Enrique al cabo de un rato – Lo hablas únicamente conmigo. No trascenderá a nadie más.

-Bien.

-¿Sabes que en lo que te estas implicando? ¿Verdad? es en identificar a un asesino o toda una red de trata de blancas

-Si, es correcto.

A Helen le llevó más de una hora contarle todos los intricados detalles del caso de Alejandra. No omitió nada. Helen le proporcionó una descripción todo detallada que puedo acerca de la vida de Alejandra y Saúl, y de cómo había descubierto que Saúl se jugaba la doble la vida todos los días.

También vieron la relación que mantenía Alejandra con ese entonces su compañero de trabajo, José Recinos, quien solo le había presentado como un nombre en la lista pero que había ascendido en los peldaños de sospechosos. Finalmente le dio a Enrique Araujo una copia de la lista donde el principal era Norman Antonio Hass.

Al principio, Helen no deseaba aceptar que Grupo Raíz se encontraba íntimamente involucrado en el caso, pero dado el hecho que José, empezó a trabajar para Mauricio que al mismo tiempo era administrador general de una de las empresas secundarias del Grupo Raíz. Donde el director general era Hass. Había demasiadas coincidencias. Y las coincidencias no existen, solo lo inevitable.

-¿Qué quieres que haga?

-He identificado a Rebecca Hass Rivera, y la he relacionado con la hija de Antonio Hass. Ella se encarga de las relaciones internacionales. Lo interesante que hace unos años fue procesa por enriquecimiento ilícito cuando fungió como secretaria de telecomunicaciones de la presidencia, cuando el presidente era Armando Eues. Su padre también ha sido investigado, pero el único caso que lo ha llevado a juicio es por el reportero Corea. ¿Me dejas continuar? Necesito tu aprobación.

-¿Crees que haya más?

-Creo que el tiene una red enorme de trabajos bajo agua. Hay un crimen, ya sea que lo veas con el dinero que se pudieron robar del Estado, hasta trata de personas, con el caso de Alejandra y una corrupción enorme.

-Quiero que sigas investigando el resto.

Helen Ebbot se sumió en sus propios pensamientos con un silencio tan inexpresivo y tan largo que Enrique empezó a rebullir impacientemente en su silla.

-De acuerdo, pero seguiré trabajando del mismo modo.


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