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En algún punto de la noche, tras abandonar la lucha contra los mosquitos y trasladarse a su habitación. Helen Ebbot empezó a investigar con más paciencia el caso del Grupo Raiz, se sentó en su escritorio, con la computadora encendida y cuaderno de anotaciones a un lado.

Había tomado unas cuantas tazas de café, en un intento de mantenerse despierta. Fue un gran sacrificio considerando el hecho que lo detestaba. Pero de algún modo le había sentado bien.

Se concentró en el perfil de una persona en específico. Parecía que el nombre de Salvador Rafael Larín se repetía con frecuencia en el informe preliminar que había redactado Oscar. También se percató que Mélida Romero era otro nombre que estaba ligado en el caso.

Por algún motivo, los dos habían elegido carreras profesionales que, de alguna manera, tenían que ver con la economía del país. Salvador Larín pasó de la escuela nacional de comercio hasta la universidad, desde allí, dio el salto al sector bancario. Incorporándose al BCR. Mientras que Melida, se graduó de la escuela de periodismo y llevaba gran parte de su vida profesional dedicándose a cubrir los reportajes populistas, hasta que termino por involucrándose al ámbito de la banca y de los negocios.

Comenzó a indagar más, y descubrió que los documentos y conversaciones empezaban a girar en torno a lo moralmente defendible en ciertos contratos blindados de los años noventa. Era obvio, que la correspondencia que mantenía Larín con Romero tenía referencia en temas de corrupción.

De pronto Helen, se topó con una conversación un tanto extraña, donde Larín hablaba con Oscar directamente.

-«Tú que eres periodista de investigación y te ocupas de fraudes económicos, ¿Por qué no escribes algo sobre Norman Antonio Hass?»

-«Ignoraba que hubiera algo que decir sobre él.»

-«Busca. Tienes que buscar, joder. ¿Qué sabes del programa SI»

-«Pues que era una especie de programa de subvenciones que en los años noventa tenía el propósito de ayudar a la agricultura e industria del país para levantarse. Se suspendió hace un par de años. No he escrito nada sobre eso.»

-«Las siglas significan Soluciones Internas, un proyectos que iba ligado al Comité de Ayuda al Desarrollo. Un proyector que tuvo apoyo gubernamental y fue dirigido por representantes de una empresa extranjera estadunidense. El SI recibió garantías estatales que le permitieron poner en marcha una serie de proyectos acordados con el gobierno. Los sindicatos de trabajadores hicieron su pequeña aportación como una manera de mantener a los poco obreros con movimientos sindicales al margen. Formalmente se trataba de un proyecto de apoyo al desarrollo basado en los principios de ayuda como forma de incentivar el progreso, lo cual les daría a lo zona oriental la oportunidad de sanear su economía. Sin embargo, en la práctica se trataba de que esta empresa recibiera subvenciones estatales. En aquella época el partido era un entorno conservador de capitalismo, por lo tanto, apoyaba el SI. Se abrió una fábrica papelera en San Miguel, se reformó una industria textil en La Unión y una fábrica de cemento en Morazán... El SI repartió dinero a diestra siniestra.»

-«¿Te refieres al dinero de los contribuyentes?»

-«Alrededor del cincuenta por ciento provenía del estado, el resto los pusieron los bancos y la industria. Pero no pienses que se trataba de una labor sin ánimo de lucro. Los bancos y las empresas contaban con sacar una buena tajada. Si no, el tema no les hubiese interesado una mierda»

-«¿De cuánto dinero estamos hablando?»

-«El SI estaba compuesto principalmente por compañías extranjeras que deseaban un trozo del pastel. En otras palabras, empresas interesadas.»

EstigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora