Suzanne y yo pasamos un brazo por encima de nuestros hombros y lo sentamos en la cama. El jefe se cae en la cama, de espaldas, con su respiración agitada y el cuerpo temblando débil. Tiene la respiración errática y las manos no dejan de temblarle.
-Suzanne, ve a buscar lo que te pedí -Le ordeno, al ver que no se puede mover. Ella tiene los ojos demasiado abiertos y no puede quitarle la vista de encima a su novio. -Suzanne, busca el botiquín de emergencias. Es importante.
Ella no puede ver sangre sin desmayarse.
Pero no se siente capaz de dejar solo a su hombro en una situación como esta. Le empujo desde el brazo para que salga de su trance y ella asiente, retrocediendo.
-Ya vuelvo, Stephen. -le promete Suzanne antes de salir.
Hay pocas personas que pueden llamar al Jefe por su nombre verdadero. No estoy acostumbrada a escuchar que alguien cerca de mi rango que le llame por su nombre de nacimiento.
Abro la camisa ensangrentada del jefe y la tiro al suelo. La sangre proviene del costado izquierdo de su cuerpo. No parece una herida profunda. Suzanne regresa con el botiquín de emergencias y se va sin que tenga que pedirle. El jefe sigue con la vista con atención el movimiento de mis manos.
-Esta noche tuvo mucha suerte.
Me cuesta decir ese comentario, pero es que es cierto... El Jefe salio con nada más que un pequeño rasguño.
-¿Lo dices porque apareciste de nuevo para rescatarme?
Lo miro y él esboza una sonrisa burlona, casi siniestra.
-¿Te parece que sea solo suerte?
Me sostiene la mirada, impasible. No debería hablar con El Jefe, no quiero estar bajo su radar. Conozco lo celosa que es Suzanne y si llegara y encontrara que estamos hablando seguramente mal interpretería la situación. Retiro las sabanas, saco lo que necesito para limpiar la herida y me preparo mentalmente. Las puertas del elevador fueron bloqueadas y nadie puede pasar gracias a eso. El Jefe no abre la boca en ningún momento. El aguarda pacientemente mientras hago mi trabajo.
-Tuviste mala suerte esta noche, Fresa.
No contestes, Venecia. No se te ocurra seguirle el juego a este psicópata.
-A ti te da mucho placer causar dolor a los demás, más si eso se trata de mi. ¿Crees que asi te vengas de mi?
Esta burlándose de mi. Trato de evitar mirarlo mientras subo para ver como sigue su herida en el hombro. Se ve en perfecto estado y parece que estuvo cuidándose bastante bien. Busco el frasco de pastillas con sus calmantes y lo sacudo, no hay muchas pastillas.
Recorro con la vista su cuerpo, buscando alguna herida más, y noto que tiene una erección. Él está mirando mi escote atentamente. Sonríe mostrándome una sonrisa blanca reluciente y perfecta. Esta excitado. Contengo la respiración y siento como se me acelera el corazón. Tengo la atención indeseada del Jefe.
-¿Es masoquista? - Me burlo.
Las palabras salen de mi boca antes de pueda detenerlas.
No me sorprende. Nunca imaginé nada diferente.
-¿Tu no usas corpiño? -me contesta sin el menor rastro de sentirse avergonzado por mi descubrimiento.
Su mirada es intensa, casi salvaje y me asusta. Me doy cuenta que me esta mirando fijamente como si en cualquier momento pudiera saltarme encima. No aparto los ojos de los suyos. Él sube la mano y acaricia la curva de mi pecho con el dorso de su mano.
-¿Qué hace? - Pregunto, inmóvil, sintiendo su mano rozar mi pezón. Siento como si me hubiera paralizado.
Me levanto asustada. Él estira su mano para agarrarme de la punta de la remera y llevarme otra vez a su cama. Mueve la mano hacia arriba y sus dedos rozan mi nalga por encima de mi joggins.
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MENTIRAS CRUELES: Yo Soy Tuya
ChickLitÉl la desea como nunca le paso con nadie... Ella sólo quiere usarlo para escapar... ESTA HISTORIA FUE ESCRITA EN EL AÑO 2019 Y EDITADA EN EL AÑO 2021 Y PRINCIPIOS DEL 2022. ESTA PROHIBIDO CUALQUIER COPIA PARCIAL O TOTAL DE ESTA NOVELA. NO QUIERO NIN...