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De pronto el pánico se apodera de mi y salgo apresurada de la cama para empezar a vestirme. Busco mi vestido del suelo, rápida para que nadie más me vea desnuda, y me lo enfundo, subiendo el cierre tan fuerte que termina por salirse. Es por su mala calidad.

-¡Zorra de mierda!

Suzanne me pega una trompada en la mejilla.

-Casi me hiciste creer que eras diferente. -admite.

No tengo ni la menor idea de que responder ante eso.

-Lo siento, Suzanne.

Una media sonrisa llena de cinismo se dibuja en la comisura de sus labios y bufa...

-¿Lo siento, Suzanne? -repite, agarrándome de los hombros -¡Hija de puta te metiste con mi novio y solo se te ocurre decirme eso!

-Suzanne, tranquilízate. -le contestan con un tono más calmado -No es para tanto.

El Jefe se ha terminado de arreglar la ropa y ahora viene a causarme más problemas. Aunque ya no se si eso es posible considerando la situación en la que me encuentro. Digo, dudo mucho que haya algo peor que ser descubierta en in fraganti.

-¿Qué no es para tanto? -grita ella tratando de sacar su brazo del medio para acosarme -¡Esta hija de puta te sedujo sabiendo que estábamos juntos!

Poco a poco las demás chicas van llegando, pero al vernos a los tres retroceden y se quedan mirando un paso atrás del umbral. El Jefe coloco su brazo entre nosotras y Suzanne esta intentando quitarlo. Suzanne esta como loca y no deja amenazarme. Ella no parece estar enfadada con su novio por haberlo encontrado en la cama con otra mujer, si no que se enojó conmigo. Como puedo, avergonzada de que las demás nos hayan encontrado, me inclino y busco mi ropa interior para terminar de vestirme, mientras los insultos de Suzanne me persiguen por todos lados.

Es una relación tan tóxica. Soy la única persona en esta habitación a la que ella decidió insultar y culpar. Para Suzanne, al parecer, puso a su novio como un hombre inocente que tiene problemas para no caer en los encantos de las mujeres y en no engañarla. Lo justifica diciendo que todo era culpa de los demás y que el no estaba incluido en el paquete.

-Suzanne, lo siento -repito, tratando de que se calme. -Entre nosotros no existe nada. Lo siento. Yo no tu...

-¿Crees que entre existe algo? -repite.

-¡No! -no se como interpreto eso -Entre nosotros no hay ninguna posibilidad de nada. Lo que acaba de pasar fue un error, un error que nunca se va a repetir, y el primero y último.

Parece ser que mis palabras solo parecen enfurecerla cada vez más. El Jefe apenas esta haciendo el esfuerzo mínimo para evitar que no me alcance, en su cara hay una expresión aburrida, y parece que en cualquier momento bajara su brazo y se marchara a hacer otra cosa mejor.

El Jefe suelta un bostezo, baja su brazo y retrocede a un lado. Rápidamente levanto los brazos, agarro las manos de Suzanne y las bajo hasta su costado. Detrás de ella, su novio, levanta su saco del suelo y se marcha.

-¡Fresa no obligó a tu maldito novio a tener sexo! -Grita Penélope, apareciendo de repente. Penélope le da media vuelta, levanta el brazo y le cruza la cara de un cachetazo -¡Reacciona, mujer! ¡Él no te quiere!

-¡Penélope! -grito, sujetando a Suzanne para que no se vaya sobre ella -¡Basta!

-¿Acaso, dije alguna mentira? ¡Él te engaño con todas, idiota!

Penélope la mira con una expresión fría y demasiado violenta. Suzanne no esta en su mejor estado y me temo que eso solamente ocasione más problemas. Misty aparece en ese momento también y le agarra de la mano a nuestra amiga para que retroceda. Su cara se ha vuelto palida y en sus ojos veo algo parecido a la vergüenza.

MENTIRAS CRUELES: Yo Soy Tuya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora