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-Piénselo de está forma. No contrataron nuevos guardias por lo que pasó con los anteriores, están asustados y solo protegen al Jefe y no nos prestan atención.

Quizás está era nuestra mejor oportunidad. Ellos apenas se darían cuenta de todo lo que estábamos haciendo. Inclusive iba a ser demasiado tarde.

-Es el momento perfecto. Con la atención encima del jefe nadie nos prestada atención a nosotras.

-Puede que Venecia tenga razón, Misty. ¿No crees que esta es una excelente oportunidad?

El corazón me da un brinco al plantearme la posibilidad de salir de aquí de una maldita vez, pero la alegría dura poco. Misty dice que no con un gesto de la cabeza y se levanta de la mesa.

-Venecia esta reservada por todo el fin de semana por Loncaster. -murmuro.

-Si, si. Pero podemos decir que se enfermo y que puede contagiar al viejo eso. Ya saben, cuando uno envejece las defensas bajan. Quizás a el le miedo y...

-Loncaster paga una millonada por ella. No va a irse con las manos vacías solamente porque a una puta le duele algo.

-¿Como lo sabes? Loncaster esta loquito por Venecia.

-Penélope, llevo más de diez años metidas en este lugar. Se como funcionan las cosas y se que El Jefe entrara por esa habitación y la llevara de los pelos con Loncaster si hace falta.

-Pero, Loncaster no lo va a permitir. Venecia es una verdadera debilidad para ese vejestorio. ¡Viste la forma en la que la mira!

Misty sonríe.

-Por la forma en la Loncaster se viste dudo mucho que el se arriesgue a perder toda esa cantidad de dinero por que una puta se enfermo. ¿Cuanto cobra por mes un tipo como, viejo y retirado? ¿Sesenta al mes?

-Bueno... quizás si.

En realidad, no me acuerdo cuanto era su sueldo de decano en una universidad.

-Muy buena tu idea, pero esta noche no vas a poder irte a ningún otro lado que no sea a brincarle encima a Loncaster.

Mientras lo dice me doy mi ilusión va cayendo. Misty tiene razón. Es quien lleva años en esta casa y conoce mucho mejor que nosotras dos como funciona todo. Además, las últimas veces ella fue la primera en darse cuenta en las fallas de mis planes. Después de todo, es la mayor de las tres. Penélope me da una palmadita en el hombro y se va siguiéndola. Esta puede ser nuestra mejor oportunidad y por el imbécil de Loncaster quizás lo pueda perder.





Esa noche estoy bastante intranquila, es igual que la noche anterior, no dejo de removerme en la cama y mis manos se ponen encima de mis ojos. No puedo dejar de pensar en Loncaster y en la oportunidad que estamos perdiendo por su culpa. Me siento en la cama. Mi corazón late deprisa y siento como si no pudiera respirar.

Es entonces cuando sus gritos se empiezan a escuchar desde el otro lado. Es la voz de Suzanne. Es la voz de El Jefe. Y la voz de otra mujer. Suzanne esta insultando a gritos a esa mujer y no deja de acusarla de meterse con su novio, de haberla traicionado.

-¿Que esta pasando? -pregunta alguien desde la oscuridad.

Zorra!

El responsable de la pelea apenas participa en la pelea. El es la razón por la que Suzanne se siente así y no parece importarle demasiado por que cuando habla solamente intenta decirles a las dos que lo único que quiere hacer es irse a dormir y que acaben rápido con su discusión.

Sus gritos siguen alrededor de quince minutos más.

Cuando al fin pude quedarme dormida sueño con unos ojos negros, al Jefe sobre mi en la mesada de la cocina, tratando besarme a la fuerza y a Loncaster cerrándome la puerta para escaparme. Me despierto con el corazón latiéndome a toda velocidad.






MENTIRAS CRUELES: Yo Soy Tuya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora