MENTIRAS CRUELES: Yo Soy Tuya

9

El Jefe llega hasta nosotros en silencio, nos mira uno por uno, tomándose su tiempo al llegar a mi, y pone las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón. Se queda mirando a Loncaster con una expresión casi aburrida y parpadea lentamente.

-Buenas noches, Señor Loncaster. -saluda con un tono frio y excesiva educación.

Se ve demasiado tranquilo para estar delante de este tipo de situación. Tiene ante sus ojos a un cliente obsesionado con una de sus chicas, pero el parece muy tranquilo a pesar de lo que esta viendo. No se porque pero eso me hace verlo como alguien más aterrador de lo que pensaba que era. Lleva sus pantalones de franela color negro y una camisa blanca con un chaleco negro. Se fija en mi.

-¿Me haría el favor de dejarnos a solas, Fresa?

Loncaster se aferra más a mi muñeca. Maldita sea Loncaster y su obsesión por mi. Debería haberme escuchado. Ahora estamos metidos en un problema los tres y todo es por haberse creído la historia de amor que le contaron.

-Yo la quiero -declara Loncaster con el pecho subiendo y bajando rápidamente -Ella es mía.

¿Que acaba de decir?

Abro la boca y vuelvo a cerrarla, tratando de pensar en que decirle. Esto es increíble. Loncaster esta terminando de cavar nuestra tumba.

-¿Ella es tuya? -murmura, levantando una ceja.

Miro a Misty pensando en que la metí en más problemas. Ella tenía razón. Debería haberle contado todo al Jefe.

-Si, así es. -contesta determinado.

El corazón me late muy rápido. El Jefe no va a perdonar que le haya ocultado la información de que Loncaster se obsesiono conmigo. Además, ya tenemos el inconveniente de que Loncaster fue quien ataco dos veces al Jefe.

-¿Quieres que crea esa tontería? La señorita Fresa es de mi pertenencia. Es mía, no tuya.

De repente, El Jefe levanta el brazo y le pega una trompada en la boca a Loncaster, me agarra de la muñeca que el sostiene y tira de mi detrás de él.

-Entra en tu habitación -me ordena.

Asiento.

-¡Fresa! -ruge Loncaster tratando de agarrarme del brazo. Kevin se pone en el medio, cubriendo al Jefe y le apunta en la cara con su pistola. Mis manos se entrelazan con las de Misty y ella me abraza con un solo brazo contra su costado, obligándome a retroceder, mientras observo como van rodeando a Loncaster los demás guardias.

Mis ojos están puestos en Loncaster. Es como si fuera la única persona que puedo ver.

-¡Ella se quiere escapar! -grita señalándome en la cara -¡Quiere irse porque acá la golpean! ¡Dijo que quiere irse conmigo!

Dos de los guardias le agarran de cada brazo y tratan de obligarlo a retroceder.

-Ella me dijo su verdadero nombre. ¡Se llama Venecia!

Loncaster empezó a gritar delante de todos lo que yo le había confesado hace mucho tiempo y fue revelando todos mis anteriores planes de escape. Él traicionó mi confianza despiadadamente sin que le importará por un segundo lo que yo pudiera pensar al respecto. Les contó todo sin olvidarse de un punto.

Hay entendí lo poco que valía para toda esa gente que me rodeaba hace dos años. Comprendí el poco valor que tenía yo en esa casa como persona y como mujer. Lo vi todo atreves de sus ojos cristalinos.

Loncaster les contaba para poder quedarse conmigo. Eso era seguro.

-Gracias por la información que no te pedí - dice El Jefe después de un silencio que pareció casi eterno -Pero aún así te voy a matar.