You are my Everthing °•~ JJK ~•° [Terminada]

38

Hoy es martes, no fui al colegio me la pasé todo el día encerrada en mi habitación, no quiero salir no quiero comer no quiero hacer nada. Le conté todo a Hana, ella si me contestó. No he visto a JungKook y tampoco contesta mensajes o llamadas.

Estoy envuelta en la cobija abrazando una almohada, son como las dos de la tarde. Mi celular timbro, es Tae. Por un momento creí que sería JungKook.

—Hola Jun. ¿Cómo estás? Hana me contó lo que pasó.

—Yo no me quiero ir Tae. Simplemente no quiero hacerlo. —Aprete las cobijas con mis manos.

—Todo se va a arreglar y no te llevarán, ya lo verás. Confío en que eso pasará.

—No lo creo. Mamá salió con el hace rato, me pidieron que salga y vaya con ellos, pero no quiero hacerlo.

—Tal vez te dirán que te quedes, deberías salir y hablar con ellos. Se fuerte.

—No tengo ganas de hacerlo, no quiero hacer nada.

—¿Ya comiste algo?

—N-no

—¡¿Desde la mañana no has comido nada?!

—No quiero hacerlo.

—Jun, hazlo por favor. Tienes que estar sana y fuerte.

—No quiero Tae.

—¿Y JungKook? ¿Hablaste ya con el?

—No se dónde está. No me con-contesta nada.

—Tratare de hablar con el, ¿Si? No te preocupes.

—Gracias. Gracias por llamar también.

—Por favor come algo. Iré a clases después pasaré por tu casa.

—Gracias.

—Cuidate, adiós.

—Adios.

Mordi mis labios tratando de no llorar, hablar con él se sintió bien. Me encogí aquí mismo y detuve por un rato las lágrimas aún que no fue suficiente esfuerzo porque termine llorando.

Me quedé dormida por un rato, si no fue hasta que mi celular indicó una llamada. Lo agarre con los ojos borrosos, trate de contestar pero no alcance, es JungKook. Prendí la pantalla viendo la cantidad inmensa de llamadas y mensajes que tengo de JungKook. Otra llamada comenzó.

Kookie

—¡Hasta que contestas! ¿Dónde estás? Nena, ¿Cómo te sientes?

—Kookie... Quiero abrazarte.. —Otra vez no contube las lágrimas, saber que JungKook sabe que me quieren llevar me pone tan mal, JungKook es lo más importante que tengo aquí.

—Entonces ven, abre la puerta. Estoy afuera.

No lo pensé dos veces, tire el celular a la cama, baje corriendo las escaleras, abrí la puerta y me aferre a él en cuanto lo vi. Él me encerró con sus brazos, escondí mi rostro en su pecho. Comencé a llorar de nuevo.

—Bebé, tranquila. No pasa nada. —El acarició mi cabello, me fue adentrando poco a poco a mi casa, cerro la puerta. —Esta bien, ¿Si? Estoy contigo.

—N..no yo n-no me.. no quiero ir-irme. —Me aferre más a él.

—Bebé, primero tranquilizate. Tae me contó todo, lo siento mucho, perdón por no haber estado aquí. No te van a llevar, nadie lo hará. Vas a estar conmigo siempre y no dejaré que te alejen de mi. —Beso mi frente una y otra vez. —Eres mi nena y nadie lo cambiara.

—Te.. amo, te amo mu-mucho. —Trate de calmar mis lágrimas. JungKook me alejo levemente y seco mis lágrimas con sus dedos. Sentí tan reconfortante esas palabras.

—Y yo te amo más. Vamos a sentarnos. —Me senté en el sofá, el se sentó a lado de mi. —¿Comiste? —Negue agarrando su brazo. —¿Desayunaste? —Volvi a negar mordiendo mi labio. —¿Porque no? —Se puso serio.

—N-no qui-quiero. —Mire su mano y la agarre.

—Nos seas boba, mira. Vas a ir a darte un baño, te vas a poner algo cómodo y te voy a llevar a comer, ¿Entendido? —Negue. —No es una pregunta, ve a ducharte.

—No quiero salir. —Me senté en modo indio arriba del sofá agarrando su mano.

—Ya te dije, no te estoy preguntando. —Volvi a negar. Él se puso de pie, lo mire. Agarró mis piernas y de repente ya estoy viendo todo desde las alturas. ¡Me está cargando!

—Jung.. JungKook.. ¡JungKook! Bajame. —Me moví un poco, estamos llendo hasta mi habitación. —Yaaa, JungKook.

El abrió con confianza mi habitación, después el baño y me bajo. Quise salir pero me agarró del brazo.

—Oh te duchas o te ducho. Tu decides. —Mire el suelo. —Bien. —Se acercó a mí, yo retrocedí, agarró mi blusa, mis mejillas casi explotan.

—¡Ya! Ya.. —El me soltó. —Yo lo haré. —Mire el suelo mordiendo mi labio.

—No muerdas tu labio. —Me regaño. Dejé de hacerlo. El agarró mi cintura y me acerco a el. —¿Sabes que eres todo para mí? —Negue levemente. —Pues ahora ya lo sabes. —Trate de sonreír, el me mostró una de sus hermosas sonrisas.

El me beso, primero fue un beso leve que no duró más de tres segundos, me miró sonriendo y volvió a besarme, abrí mi boca porque es lo que él quería. Metió su lengua en busca de la mía, mi corazón se agitó. Agarró mi cintura más fuerte y me acerco mucho más a él, sentí que sonrió durante el beso. Lo que sentí después fue que jalo mi labio inferior con sus dientes. Nunca antes lo había hecho. Se fue alejando de mi con mi labio entre sus dientes.

Él me miró a los ojos por unos segundos.

—No te muerdas tu, lo hago por ti con mucho gusto. —Rei. El me sonrió. —¿Ves que eres más hermosa cuando sonríes? —Volvi a sonreír. —Ahora ve a ducharte. —Asenti lentamente, el dejó un beso en mi frente y salió del baño.

Abrí la regadera y comencé a ducharme, en verdad que el sabe cómo hacer que me olvidé de todo. Cuando termine salí rápidamente del baño y busque algo entre mi ropa, unos Jeans negros holgados y una blusa blanca sencilla, unos converse blancos también. Agarré mi celular y baje, el esta en el Living metido en su celular.

Me acerque a él y lo abrace por el cuello, el soltó una risilla.

—Vamos a que comas algo, ¿Si? —Asenti. El agarró mi mano y salimos de mi casa, me asegure de cerrar bien antes.

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