Puntual como siempre, Todoroki tocó a su puerta a las cuatro de la tarde con siete minutos. Su amigo lucía cansado a pesar de la capa de impecable maquillaje qué le habían puesto, seguramente, para alguna entrevista de fin de año. Parecía más viejo y también más harto. Ochako intuyó que algo malo había sucedido en su día y lo invitó a pasar inmediatamente. No cualquier día un Shoto Todoroki le mensajeaba en medio de su apretada agenda para permitirse compartir sus pensamientos. El joven se sintió como en su casa y preparó dos tazas de té con una parsimonia que no hacía juego con la expresión severa de su rostro antes de decir nada, en tanto que ella terminaba de secar los platos que había utilizado para comer.
-¿Ya comiste? -preguntó Ochako. Le había sobrado un poco de curry a pesar de haberlo hecho pensando en una sola persona.
-Solo almorcé.
-¿Quieres un poco de curry?
-No, gracias. No creo que pueda pasarlo.
-¿Te sientes enfermo?
-No es eso.
Silencio.
-¿Y Deku? ¿Dónde está? -preguntó bastante intrigada. Era conocido que esos dos se movían juntos, como un paquete. A veces le resultaba extraño abordarlos en solitario, como si ya diera por hecho que fueran una sola entidad. Ese sentimiento era reforzado en presencia de Todoroki, quien solía lucir como un cachorrito perdido sin él. Al menos el heredero de All Might aparentaba mayor desapego. Claro, no era que no pudieran vivir el uno sin el otro, era algo más relacionado a la comodidad que a la dependencia.
El comentario, inocente, hundió más los hombros de Todoroki y Uraraka presenció una de las cosas más raras de su vida: al héroe suspirando en medio de un puchero lastimero. Lo había visto antes, claro que sí, pero las ocasiones las podía contar con los dedos de una mano. Y le sobrarían.
-¿Pasó algo?
Shoto tenía ganas de hablarlo, se le notaba, por eso no tuvo reparos en soltar su lengua. Por eso estaba allí. Un antes reservado Todoroki no lo habría hecho, no con nadie que no fuese Midoriya o Yaoyorozu, pero con la heroína en el extranjero y la obviedad en la razón de su desasosiego, ella era la encargada de ayudarlo a no desmoronarse; Uravity se alegró de ser su amiga y poder ayudarle a quitarse un peso de encima, aunque solo fuera darle un hombro para llorar. Figurativamente. Literalmente.
-Estoy cansado -aceptó, bajando su taza de té humeante a un lado. Apretó las manos en sus rodillas. Se le notaba superado, impotente-. Me he cansado de esta charada, ¿sabes? Fingir que todo es normal y que está bien -Ochako no tuvo que preguntar a qué se refería, Shoto tampoco necesitó aclararlo. Ambos lo sabían. Todo su grupo de amigos estaba haciendo el tonto sobre el tema desde hacía años-. He respetado a Izuku todo lo que he podido. Sus metas. Sus deseos. Incluso su confusión. He estado así por años, parado en el medio sin poder retroceder ni seguir adelante. Me he mantenido así desde aquel incidente por temor a cometer un error otra vez.
Aquel error al que Todoroki se refería era un tema viejo, producto de los tabloides, del que Midoriya había dejado muy en claro que no quería volver a discutir. Quizá aquello había sido el problema: ignorar sus sentimientos y las consecuencias de aquella situación. Ella creía que ya lo habían superado, pero estaba equivocada. El rostro funesto de su amigo era la viva prueba de ello.
Hacía un par de años, cuando Izuku y Shoto recién se habían mudado a sus respectivos departamentos en Heaven TOWER, Momo también había sido inquilina del lugar. Ella vivía en el último piso, pero su relación con Todoroki siempre había sido especial, por lo que verla en casa del chico ayudándole con alguna tarea doméstica no era un acontecimiento poco recurrente. Él la cuidaba y la quería, se preocupaba por ella abiertamente y la consideraba por encima de casi cualquier persona. Desde sus años en la UA, se podía notar la preferencia de Todoroki por Yaoyorozu por arriba de otras chicas, el único mayor interés que tenía era, por supuesto, Midoriya. Había sido fácil, entonces, para Momo desarrollar sentimientos por el hijo de Endeavor. Ella se sabía una persona especial en su vida, su mejor amiga, y a su vez le consideraba la persona de máxima prioridad en la suya propia, al lado de su familia inmediata.
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Canciones para Cantar en la Ducha
FanfictionSi Tsuyu le preguntara, Uraraka podría o no podría contestar que canta duetos de canciones de Bruno Mars todas las noches a las ocho, cuando ella y su vecino misterioso se duchan al mismo tiempo. [Kacchako] [Menor Tododeku]