cxxvii.

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Regresó con un ramo de flores al otro día, como prometió, a la hora del almuerzo. Su traje de Uravity todavía puesto. No tenía mucho tiempo.

-¡Feliz recuperación! -puso las rosas rojas en sus manos y, cuando estuvo suficientemente desprevenido, le dio un beso en la mejilla-. ¡Feliz San Valentín también!

Se marchó luego de una torpe despedida.

Canciones para Cantar en la DuchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora