xcviii

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El turno del 31 de diciembre había sido dividido entre los héroes de su agencia. Era una de las fechas con mayor incidencia de llamadas al número de emergencia del año y su agencia estaba en espera para acudir a los llamados de auxilio en cualquier momento. Contaban con un fuerte lazo con otra oficina de héroes cercana y ellos se habían ocupado de cubrir las emergencias mayores durante navidad, era su momento de aligerarles la carga.

Ochako debía asistir al turno nocturno, por lo que terminaría contando las 12 campanadas brindando con sidra y comiendo uvas frente al televisor de la oficina con algunos de sus compañeros. Ya el año pasado lo había vivido de tal manera y, aunque le gustaría pasarlo con sus padres, recibir el año nuevo junto a sus colegas ayudando a las personas y poniendo sonrisas en sus caras tampoco era una idea que le desagradara.

Estaba empacando algo de ropa ligera y aperitivos cuando recibió una llamada repentina. Respondió sin fijarse, ocupada como estaba cerrando los tópers en la barra de la cocina.

-Bueno.

-Hey -escuchó la inconfundible voz de Ground Zero en el otro lado de la línea, haciéndola sobresaltar. No esperaba hablar con él después de que hubiera cortado su conversación tan abruptamente la noche anterior-. ¿Estás en casa?

-¿Ahora mismo? -respondió, reuniendo la serenidad con la que no contaba exactamente-. Sí.

-¿Tienes planes para esta noche? Quiero ver el festival.

Mandón como siempre.

-Voy a hacer guardia en el trabajo. ¿Puede ser en otra ocasión?

-Supongo.

Colgaron.

Canciones para Cantar en la DuchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora