clii.

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Bakugou la besó una vez más al terminar el concierto, otra en la salida y una más, larga, ansiosa, dentro del auto.

-Nunca me dijiste -dijo casi sin aliento- cómo conseguiste los boletos.

Bakugou encendió el auto-. Hice un par de llamadas amenazantes a Jeff.

Cuando la volvió a besar, se sintió como una adolescente, incapaz de separarse de su novio. Así era como debía sentirse estar enamorada y correspondida. Con ninguno de sus exnovios, en ningún momento, estuvo tan agradecida de estar viva, de tener labios para poder besar. Le regresó el beso con igual entusiasmo, sonriendo.

El sabor de su boca permaneció con Ochako todo el camino hasta regresar a casa.

Canciones para Cantar en la DuchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora