Ochako estaba nerviosa.
Se encontraba en el set de filmación de Supergirl Talks de la televisora TvStr. Había aceptado al final del día anterior conceder una entrevista pequeña al programa después de rechazar tajantemente las invitaciones de Heart to Hero, quienes habían telefoneado un par de veces más en el día. Max Effect le confirmaría si todavía tenían algunos minutos para dedicarle un segmento la próxima semana. El programa se transmitía los sábados por la noche, así que el tema de su video viral ya no estaría fresco en la mente de los espectadores y quizá no generaría interés. Si no hubiera tardado tanto en telefonearlos le hubiesen asegurado un espacio en el show del día anterior.
Por otra parte, el formato de Supergirl Talks era el típico programa matutino informal orientado a las amas de casa, con diferentes segmentos para hablar de los dramas semanales, noticias de espectáculos, consejos para el vestuario y la típica receta de cocina, entre otras cosas. Ochako lo había visto alguna vez con su madre y ni siquiera sabía que todavía seguía al aire. Se notaba, eso sí, que el tiempo había dañado al programa. Antes solía salir en una frecuencia de lunes a viernes, ahora estaba relegado a ser un programa dominguero para llenar la parrilla de programación y hacer un resumen de la semana. No era el programa más glamoroso de todos, pero creyó que sería interesante la experiencia. Aún no estaba interesada en convertirse en una celebridad, pero su jefe le había dicho que exposición extra en los medios le daría mejor reputación -o al menos más trabajos- a la agencia.
Una asistente le había entregado el guión para que lo leyera mientras la maquillaban; su participación duraría cinco minutos. Primero la presentarían como Uravity, darían un brevísimo resumen de algunos de sus logros y luego mostrarían el video de su más reciente acto heroico para hacer comentarios respecto a cómo se había sentido en aquel momento. Cerrarían pidiéndole que diera un mensaje a las chicas que querían ser heroínas como ella y podría marcharse. No era nada del otro mundo y el chef del programa le había invitado a que se quedara para que probara la receta del día cuando terminara su participación.
Le hicieron unas pequeñas pruebas de cámara en otra parte del estudio antes de que la llamaran. Hizo su entrada avergonzada en medio de una lluvia de confeti dorado y aplausos de las anfitrionas. ¡Eran Kiko Rose y Yui Oshino! A pesar de estar en sus cuarentas, las mujeres todavía lucían guapas y joviales. Esperaba poder conseguir un autógrafo para enviarlo a su madre. Ella lo apreciaría mucho. Incluso le había asegurado que grabaría el programa para verlo juntas cuando fueran a visitarla por año nuevo.
Sentada en el sofá rosa y amarillo de Supergirl Talks, Uraraka vio por primera vez el video de lo sucedido. Lo notó más violento de lo que lo había sentido y entendió por qué todos parecieron tan preocupados por ella en su momento.
-No puedo decir que fue sencillo, pero creo que ese video me hace ver mejor. ¿Será el ángulo?
Las anfitrionas rieron escandalosamente y Yui continuó con la broma-. ¡Vamos a buscar a quien filmó el video! ¡Yo también quiero que me graben en un ángulo tan bueno! Pero, dinos, ¿qué estabas haciendo en el centro comercial? ¿Pasabas por allí nada más?
-Oh, no. Estaba de compras -creyó que añadir que había sido su cumpleaños era información no necesaria por el momento.
-¡En ese video no se te ve ninguna bolsa! ¡¿No me digas que lo perdiste todo?! -acotó Kiko con una voz estridente y exagerada que solo la puso más nerviosa en lugar de reconfortarla. Uraraka entendió por qué el programa estaba en decadencia. Las reacciones parecían muy artificiales incluso para un espectáculo que ya estaba de por sí guionado. ¿O así debían ser estas cosas?
-No, alguien lo recogió y lo devolvió mientras yo estaba en el hospital. ¡Gracias! -improvisó-. Quienquiera que seas eres mi héroe anónimo.
Las mujeres aplaudieron como focas al tanto que les indicaron por detrás de cámaras que les quedaba un minuto al aire.
-Hablando de hospital, me enteré que tuviste un montón de visitas -comentó Oshino con una sonrisa zalamera. Ese comentario no estaba en el guión, por lo que Uraraka se limitó a asentir. No había dejado de sentir nervios desde que había llegado a ese lugar-. Unos héroes muy conocidos. ¿Quiénes eran? ¡Ah, todo el top 3 está a tu disposición! ¿No es una chica con suerte? ¡Puedes elegir cualquiera de estos tres deliciosos hombres para ti!
-¿Recibiste a esos tres como regalo de cumpleaños? ¿O es que era de elegir uno? -terció Rose-. Me encantaría sentir el fuego de Shoto, si es que sabes lo que quiero decir -alzó las cejas sugerentemente.
Ochako se quedó sin palabras no solo porque no habían discutido previamente que hablarían de algo así, sino de que siquiera hubieran insinuado que algo sucedía entre ella y su amigo. Incluso aunque hubieran puesto de ejemplo a Bakugou estaría molesta de que hablaran así de ella y de sus amigos, como si ella los viera como objetos a su disposición.
Trató de calmarse internamente, tampoco estaba buscando hacer una escena en cadena nacional.
-¡Ellos son excelentes camaradas héroes! ¡Todos tuvimos la suerte de estar en la misma clase en la preparatoria! -exclamó con una voz tan chillonamente jovial como la de las mujeres.
Quedaban menos de treinta segundos al aire.
-Pero no deberíamos hablar de mis amigos -recalcó-. Me gustaría dar un mensaje a las personas allá afuera que nos están viendo, ¿puedo? -las dos mujeres asintieron.
Con los 15 segundos restantes, Uravity envió el nada sutil mensaje de reconocer a los héroes por su trabajo y no por su vida privada. Luego de eso se marchó del set sin pedirles el autógrafo a las anfitrionas.
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Canciones para Cantar en la Ducha
FanficSi Tsuyu le preguntara, Uraraka podría o no podría contestar que canta duetos de canciones de Bruno Mars todas las noches a las ocho, cuando ella y su vecino misterioso se duchan al mismo tiempo. [Kacchako] [Menor Tododeku]