Acompaña al capítulo la canción De que me sirve la vida - Camila.
Y gracias a quienes están presentes con comentarios, favoritos y recomendaciones. Es el mejor motor para que la historia gane su secuencia, porque estimula al escritor. Puede que hayan algunos errores, si les estorba de entender la historia, no dejen de decirme. Besos y buena lectura! Ya está en preparación el capítulo 18.***
Luciano vino corriendo y se detuvo ante las miradas entre Carlota y Cristina. Ambos estaban adentro cuando escucharon los gritos de Amanda y corrieron a ayudarla. Cristina estaba totalmente sorprendida. Era muy complicado pensar en cómo se sentía ver a Carlota después de tanto tiempo.Diez años, diez años. Se había ido el día después de su matrimonio con Federico, lo mismo de la muerte de Severiano, y había estado tratando todo ese tiempo de suprimir la existencia de Carlota. Quería olvidarla, su traición, su insensibilidad y todo lo que podría ser diferente en su vida si no hubiera sido por la interferencia de su hermana.
— ¡Guau! — Fue lo único que Cristina pudo decir. — Eso es una sorpresa.
Volvió la mirada hacia Amanda. Le acarició la cara con ternura. ¡Que niña preciosa era su sobrina! Tenía hermosos ojos azules. Posiblemente los había heredado de Carlota. Independientemente de ella y de sus corajes, su corazón siempre pensó en su sobrina. Tenía ganas de conocerla, de mantenerse en contacto con ella. Era extraño porque lo que quería evitar de Carlota era lo que quería de Amanda.
— Entonces eres mi sobrina. — Cristina le dijo a la niña. — Siempre quise conocerte.
— No sabía que tenía una tía. Aún más una tía tan bonita. — Le alabó Amanda simpática.
— ¿Sorpresa, Cristina? Sorpresa? — Preguntó Carlota con un aire arrogante. — Advertimos a Federico que vendríamos. ¿No te dijo nada?
— Por supuesto que sí. — Lo confirmó Cristina. — Pero aún así es una sorpresa, Carlota. Hace mucho tiempo...
— Espero que no tengamos ningún conflicto al establecernos en Plantanal en el tiempo que pasaremos aquí. — Insinuó Carlota.
— La hacienda también es tuya Carlota. Es el único bien común que nuestro padre nos asignó, ya lo sabes. Puedes quedarte en Plantanal todo el tiempo que quieras.
En ese momento regresó su mirada a Amanda, quien, a pesar de estar frente a sus padres, no se alejó de Cristina que apenas terminaba de conocer.
— Tú y tu familia son bienvenidos aquí. — Dijo Cristina, sonriendo a la niña. — Puedes quedarte todo el tiempo que quieras.
— Estaremos por un mes, Cristina. — Luciano dijo, tratando de suavizar el humor beligerante que se podía sentir entre las hermanas. — Tenemos asuntos laborales en España, Amanda tiene que volver a la escuela.
— ¿Y fueron bien recibidos? ¿Ya te has instalado? — Estaba claramente dirigiéndose a Luciano con sus brazos alrededor de los hombros de Amanda, evitando el contacto con Carlota... como siempre lo había hecho.
— Sí, muy bien... — Contestó Luciano interrumpido por la esposa autoritaria.
— Por cierto, ¿qué pasó aquí? ¿Por qué estabas gritando, hija?
En ese momento fue hacia Cristina y tiró de Amanda por el brazo. Ya le molestaba esa familiaridad latente y extraña entre ellas. No quería a su hija tan cerca de Cristina. Se agachó y comprobó la integridad física de la niña.
— Un perro, mamá. — Contestó Amanda.
— Yator es uno de los perros de la hacienda. Es dócil pero poco confiable para los extraños. — Explicó Cristina.
ESTÁS LEYENDO
Las sombras del pasado
Romance¡HISTORIA CONCLUÍDA! Una mujer, dos hombres. El pasado y el presente. Cristina es una mujer que tuvo la vida marcada por las pérdidas y el sufrimiento de que decidieran su vida por ella cuando era solo una adolescente. Años más tarde, se encuentra e...