81 - Verdaderamente - Capítulo Final

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Hemos llegado al final de este fanfic

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Hemos llegado al final de este fanfic. Estoy agradecido con todos los que la acompañaron, hubo MUCHAS lectores fieles, tanto que no mencionaré nombres. Personas que me ayudaron dando ideas, apoyándome o simplemente siguiendo la historia. Sé que ella tuvo defectos, fue un riesgo más grande el que tomé cuando planeé escribir un fanfic más grande, con más personajes y eso exigía más compromiso. De todos modos, creo que el balance es positivo. Realmente disfruté escribiendo esta historia, traduciéndola y la repercusión que tuvo. Cada lectora es importante para la historia, especialmente los presentes. Cada comentario y recomendación me hizo muy feliz, no sabes lo bien que me hicieron. Muchos besos y muchas gracias a todos los que la leyeron.

***
Después de unos minutos se recuperaron del maravilloso cansancio de la pasión, aunque no pudieron salir del agua, disfrutaron estar juntos y ese momento selló completamente la paz entre los dos. Parados allí, junto a esa misma piedra, hablaron en una atmósfera de gran ternura entre afecto y besos.

— ¿De qué querías hablarme? — Ella le preguntó.

— ¡Nada! — bromeó. — Lo que hicimos aquí fue mucho mejor.

— ¡Vamos, habla! Me di cuenta de que debe ser serio.

— Quería decirte que no, pero lo es, mi amor. Paulina estuvo en la hacienda. Quería hablar contigo, pero como no estabas, habló conmigo.

— ¿Le pasó algo a Anita? ¿Ha vuelto Raquela? — Cristina se sobresaltó.

— No para la primera pregunta, la niña está bien, solo asustada.

— ¿Por qué?

— Porque cree que ha visto a Raquela aquí en la hacienda. — Le dijo Federico.

— ¿Aquí? — Cristina se sobresaltó. — ¿Y solo me dices eso después de me hacer el amor? — Ella lo regañó.

— Sabía que si te dijera, no querrías hacerlo. Y realmente lo quería. — Dijo como un niño enamorado.

— ¿Y crees que me resistiría? — Contestó ella sonriendo. — Ya te dije cómo funciona mi cuerpo después de estar en contacto contigo. Ya te dije que no puedo lidiar con la pasión que provocas en mí.

— Es la misma que me provocas a mí, mi amor. — Dijo besándola enamorado.

— Pero no deberíamos, Federico. Es peligroso. — Cristina racionalizó. — Si antes ella estaba molesta, ¿no te imaginas ahora que no tiene nada que perder? Ella dejó el Valle del Edén con la certeza de que estabas muerto y... ¿Alguna vez te has preguntado qué haría si nos viera aquí, haciendo el amor?

— Probablemente no reaccionaría bien. Somos muy buenos en esto. — Dijo, susurrando maliciosamente en su oído. — jugando en su oreja con la lengua.

— Estás bromeando, pero sabes que hablas en serio. Ella está dispuesta a hacer cualquier cosa. Ya estaba en ese momento, ¿te imaginas ahora?

— Bueno, no podemos estar seguros si es cierto. Nadie más que Anita vio o comentó nada y puse a los peones de vigila, le pedí a José María que enviara a algunas personas a la hacienda a buscarla. Puede ser cierto, o también puede ser una fantasía de la pequeña, lo que sería comprensible después de todo lo que pasó en las manos de Raquela. Ella puede haber imaginado.

Las sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora