69 - La cabana

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Buenas noches, niñas. Estoy de regreso con Las Sombras del Pasado. Ya sé que me han estado pidiendo que volviera hace mucho, pero mi notebook se descompuso y estuve trés meses solo con mi celular. No era confortável traducir las histórias allí, por eso me tardé mucho. La historia terminará con 80 a 84 capítulos. Disfruten de los capítulos finales.

 Disfruten de los capítulos finales

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***

Federico dio un paso atrás, a pesar de que su pierna no estaba bien, mareado con la noticia. ¿Habría escuchado bien? ¿Cristina le había dicho que esperaba un hijo suyo? Sería... sería demasiado maravilloso.

— ¿Qué dijiste? — Le preguntó con alguna dificultad.

— Dije que tú y yo formaremos una familia con el niño que estoy esperando. — Dijo ella emocionalmente.

— ¡Oh Dios mio! ¡Mi amor! — Exclamó, cayendo de rodillas en el suelo.

— Federico, ten cuidado, tu pierna! — Dijo preocupada.

— ¡No importa, no importa! — Dijo atónito, incapaz de contenerse.

Todavía de rodillas, se acercó a ella y levantó la vista tratando de encontrar el rostro de la mujer que tanto amaba. Le puso las manos en la panza y, emocionado, besó su vientre. Cristina también se movió y sostuvo su cabeza sin controlar las lágrimas que corrían por su rostro.

— ¡Un hijo, me vas a dar un hijo! — Repitió Federico sin dejar de besarle el vientre.

Con gran dificultad se levantó y la miró con mucho amor. Le acarició la cara, secándole las lágrimas, y comenzó a besarla en la mejilla, en la boca, incapaz de controlar sus acciones guiadas por la emoción.

— Nunca me sentí tan feliz en mi vida, Cristina. ¡De un solo golpe me dices que me perdonas y que me vas a dar un hijo, un hijo! ¿Tienes idea de cuánto soñé con esto? — Dijo nuevamente besándola y siendo correspondido con la misma intensidad.

— Yo siento lo mismo, Federico, no tengo dudas. En mi corazón, ya te había perdonado, pero tenía miedo, todo era muy complicado. Pero... en cuanto supe que estaba esperando un hijo tuyo y me di cuenta de lo maravilloso que era tenerte allí, cerca de mí, siempre listo para apoyarme en lo que sea, ya no podía alejarme de ti.

Con su rostro entre sus dos manos, ella lo besó y lo abrazó instintivamente, necesitando sentir su protección.

— ¡Si no fuera por ti, Federico! Si no hubieras llegado... ¿qué me hubiera pasado? — Sollozó solo imaginando cómo podrían haber resultado las cosas si no hubiera sido por él.

— ¡No lo pienses! — Dijo, tranquilizándola. — Ahora tienes cosas mucho mejores en que pensar que la locura de Raquela. — Dijo mirando todavía sin creerlo el vientre de Cristina. — ¿Era ella la que estaba con Anita?

— Si! Pero ella dejó a la niña, dijo, en la hacienda mientras venía hacia acá. Espero que sea cierto, que ella esté bien. — Dijo Cristina alejándose y ayudándolo a sentarse de nuevo. — Realmente se le ocurrió todo, Federico.

Las sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora