1 - El primer amor

2K 99 2
                                    

***
Hacienda Plantanal

— ¡Cristina! — El sonido de la voz fuerte de Severiano y su característico tono autoritario resonaron en la casa esa agradable mañana.

— Sí, papá? — Contestó Cristina.

— Esta noche viene Federico a cenar, es mi invitado, quiero que lo recibas bien.

— Pero papá, Federico no me cae bien. — protestó Cristina inútilmente.

— Shiu! — Severiano la interrumpió con autoridad. — No diga tonterías, lo que importa es que Federico te conviene. ¡Es un orden Cristina! Esta relación es muy conveniente para nosotros, uniremos las tierras de la Plantanal con las de Ojo de Agua.

— ¿Entonces mi voluntad no cuenta para elegir mi novio? ¿No cuenta nada? — Le preguntó Cristina triste por las palabras de su padre.

— ¡No insistas, Cristina! — Preocuparse por los sentimientos e intereses de los demás no formaba parte de la naturaleza de Severiano. — ¡Federico es el mejor esposo para ti! ¡En el futuro me lo agradecerás! Ve a la ciudad con Vicenta y cómprate un vestido nuevo, quiero que te veas muy bonita esta noche, no hace falta mucho para eso. — Acarició la cara dibujada de su hija sonriente.

Cristina bajó la mirada y trató de terminar la conversación. Sabía que era inútil discutir con su padre, que no tendría más remedio que obedecerle, especialmente en este momento. ¿Qué podría ella, una niña de diecisiete años, en contra de su padre, el agricultor más respetado y temido de la ciudad? Sintió que su corazón se aplastaba dentro de su pecho cuando lo recordó. Esa historia parecía estar condenada desde el principio, ¿cómo podría seguirla así? El amor no habría de ser para ella... Pero era tan joven para pensar así y sentir... Sentirlo con Héctor era maravilloso. Quizás ese era su destino: casarse con Federico como lo había decidido su padre y vivir una vida frívola como la de Carlota, sin sueños y sin amor...

Decidió abandonar esos pensamientos que no le eran de utilidad en este momento y aprovechar la oportunidad. Si tenía que ir a la ciudad con Vicenta, que había sido su niñera y su amiga y cómplice, podría aprovechar la oportunidad para estar con Héctor. Su corazón latía muy fuerte en su pecho, ya era muy difícil que estuvieran juntos, y necesitaban disfrutar cada pequeño momento que la vida les daba.

***

Héctor tenía 21 años y estaba a punto de cumplir sus estudios como maestro, una carrera en la que ya trabajaba. Estaba solo en el mundo, no tenía familia, con la ayuda de un tío lejano que vivía en la capital, había podido estudiar en la ciudad donde nació y ya se mantenía solo. Al llegar a la ciudad, Cristina lo buscó en la escuela donde trabajaba enseñando a los niños. Los niños ya estaban fuera de clase y pasaron corriendo junto a Cristina, que se alejó sonriendo mientras la cara de Héctor se iluminaba con ver a su hermosa novia.

🎶 Por cómo me miras
Y me dices tanto cuando dices nada
Por cómo me tocas
Con esa mirada que acaricia el alma
Y por cómo me abrazas
Por eso te amo

Porque cuando le pedí al cielo
Que mandara un ángel, me llevó hasta ti
Y antes de pensar en alguien
Pienso en ti primero, incluso antes de mí
Porque atrapas mi atención
Eres mi aventura, mi emoción y mi inspiración 🎶

— ¿Puedo saber qué hace aquí la mujer más bella del mundo? — Dijo Héctor después de besar a Cristina aferrada a su cintura.

— Vine a ver al mejor maestro del mundo. — Cristina le contestó besando a Héctor con ternura. — Mi papá me dijo que me comprara un vestido. Se lo pedí a Vicenta y me desvié un poco. — Dijo Cristina sonriendo.

Las sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora