61- Amor y odio

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Estamos entrando en el la parte final de esta historia.
No podría dejar de darles las gracias por los comentarios de todos sobre la lectura, cada impresión es importante para mí.
🙏💗
En una hora subo el capítulo siguiente ☺️

***Federico llevó a Cristina al sofá de la oficina, ya que era más reservada, mientras Carlota lo siguió

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Federico llevó a Cristina al sofá de la oficina, ya que era más reservada, mientras Carlota lo siguió. Luego le pidió a su cuñada que buscara alcohol o algo para tratar de hacer que Cristina reaccionara lo que ella hizo, no de buena gana. Cuando salió apresuradamente de la oficina, Federico abrió los dos primeros botones de la blusa de Cristina y, acariciando su pelo con la mano izquierda, le preguntó:

— Cristina... por favor, mi amor, ¡reacciona! Me muero si te pasa algo.

Federico no pudo evitar recordar el momento en que Cristina, destruida por el sufrimiento de la muerte de su padre, se derrumbó en sus brazos en medio de la plantación de bananos. Cómo estaba angustiado de verla de esa manera, tan frágil, al mismo tiempo que se sentía tan cerca y veía tanta ternura en ella. Carlota estaba entrando a la oficina con una botella de alcohol cuando Cristina comenzó a reaccionar, abriendo los ojos.

— Aquí está el alcohol. — dijo Carlota dirigiéndose a Federico.

— Gracias! No te preocupes, yo me encargaré de ella. Vi que estaban discutiendo e me imagino que es mejor que no hablen en este momento para evitar que se altere.

— Por supuesto! — Carlota aceptó aliviada.

Ella vio que su hermana ya estaba reaccionando y lo último que quería hacer era desvelarse en cuidados con Cristina en ese momento cuando terminaba de saber del noviazgo de Carlos y Amanda y que su hermana los apoyaba. Aceptó la sugerencia y los dejó allí, subiendo a su habitación.

— ¿Estas bien? ¿Como te sientes? — Dijo Federico sin dejar de acariciar su pelo.

— Estoy bien... yo solo... — Dijo Cristina confundida, haciendo un movimiento para levantarse, pero teniendo dificultades por sentirse mareada. — Oh... mi cabeza está dando mil vueltas. — Terminó de finalmente sentarme.

— ¿Qué te pasa, Cristina? ¿Estás enferma? — Le preguntó Federico preocupado.

— No... Sí... quiero decir, tuve algunas molestias, me imagino que porque no estuve comiendo muy bien, pero nunca como hoy. — Dijo mirándolo con ternura por ver su preocupación. — Es solo que discutí con Carlota, tengo miedo de lo que ella pueda hacer con Amanda y... tú te apareces aquí. Solo me puse nerviosa. ¿Qué quieres Federico? — Le preguntó Cristina.

— No hablemos de eso ahora, necesitas calmarte. — Le pidió Federico. — Debes cuidarte, Cristina o terminarás enferma. ¿Dijiste que no te has sentido bien, has ido alguna vez con el doctor? — Se preocupó.

— No, no es necesario, es una tontería. — ella lo esquivó.

— ¡Nada de eso! Quiero saber si vas al médico, de lo contrario, haré una cita con el Dr. Luís y te llevaré por la fuerza.

Las sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora