54 - Culpables

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***El día siguiente Cristina se encerró todo el día

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El día siguiente Cristina se encerró todo el día. El mismo encierro interno que experimentó Federico aunque salió de la casa a las siete de la mañana para involucrarse en el trabajo en las haciendas y intentar, aunque eso fuera imposible, escapar del dolor que llevaba en el pecho y le amargaba la cara. Carlota se divirtió al darse cuenta de que Amanda intentó hablar con Cristina, pero ella se negó a abrir la puerta, sabía que estaba sufriendo, casi podía sentirlo.

Dentro de esa habitación, Cristina estaba llorando y preparándose para tomar una decisión. Sabía, por lo que la experiencia de la vida le había enseñado, que el dolor no es el mejor consejero para tomar una decisión, pero no había vuelta atrás, conocía su corazón y sabía bien lo que él le exigía en ese momento. Cuando, a través de la ventana, vio que la camioneta de Federico entraba en la sede, fue hacia la puerta y no la abrió. Él se detuvo frente a la habitación y recordó.

Comienzo de Flashback
Uno par de meses antes

— Sabes que no me gusta ese peónzito. — él dijo a regañadientes. — Pero haré cualquier cosa para complacerte.

— ¡Entonces hazlo! ¡Respeta a José María y a su trabajo! — dijo ella besándolo en la mejilla. — Si te portas bien, sabes que tendrás buenas recompensas, ¿no? — habló suavemente en su oído maliciosa.

— ¡No hagas eso que no podré salir, Cristina! — Dijo con los ojos cerrados, perdido en su pelo agarrándola por la cintura.

— ¡Entonces pórtate bien! — Ella volvió a hablar suavemente rodeando su otra oreja.

— ¡Todo bien! ¡Me mantendré alejado de José María!

Cristina le agradeció con un apasionado beso con derecho a todo. Le mordisqueó los labios con afecto y pasión. Tomó la lengua de Federico y con ella en la boca imprimió un ritmo dictado por el deseo. Federico se sintió muy apapachado por la forma en que sus labios y su boca estaban unidos. Ningún sabor era tan maravilloso como el de la boca de Cristina. Tuvo dificultad para dejar de besarla antes de salir de la hacienda. Todavía la miraba atónito, sin creer lo mucho que ella estaba distinta, cuando llegó a la puerta y dijo, sonriendo:

— ¡Soy el hombre más feliz del mundo!

— ¡Y yo la mujer más feliz del mundo! — Cristina le contestó con la misma pasión en sus ojos.

Fin de Flashback

— No puedo, Cristina. No puedo ser feliz sin ti. — dijo suavemente con un dolor en su voz. — Necesitas perdonarme.

🎶 Culpable de decir ya basta
Cuanto me desgastas con cada porqué
Culpable de quererte tanto que me equivoqué

Culpable de pedir perdón, de no saber cuál fue mi error
Culpable de seguir tratando de calmar tu voz 🎶

Las sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora