VIERNES, AGOSTO 10, 2018.
—Siempre nos encontramos cuando nos necesitamos, ¿cierto?
—Si es que alguno de los dos no está enojado con el otro —resoplé con gracia.Arturo sonrió ligeramente.
—Dakota me dijo que últimamente no has estado bien. ¿Debería preocuparme? —preguntó Arturo, esta vez mirándome.
—Supongo que sí. ¿Lo harás?
—Desde que te conozco Carven, siempre me he preocupado por ti.Salir con Arturo después de tanto tiempo se sentía bastante bien. Desde que le conté la idea de que iba a mudarme de país, Arturo se había enojado.
Sus razones seguían siendo un misterio para mí, pero algo que tenía claro es que sí Arturo quería contarme algo sobre él, únicamente debía ser paciente.
—Han pasado muchas cosas desde que me dejaste de hablar —suspiré.
—Perdón. ¿Sabes que después de haberte gritado salí detrás de tí?
—No en realidad. ¿Y en el baile? —reclamé.Arturo una vez más me miró, solo que esta vez le devolví la mirada. Desde hace mucho tiempo, los ojos avellana de Arturo me parecían hermosos. Siempre lo pensé. Solo que esta vez, eran diferentes.
Quizá se veían con un tinte más oscuro y apagado. En la playa, sus ojos eran diferentes. Pero a decir verdad, había pasado un largo tiempo de eso.
Y Arturo parecía incluso más roto que aquella vez.
—Sabes que soy una mierda —suspiró.
—No, Arturo. No eres ninguna mierda.
—Dejáme terminar mi disculpa, por favor.Asentí.
—Esos días estaba pasando todo ese drama entre tú y Noah, y yo tenía claro que necesitabas el apoyo de alguien. Estaba viviendo algo parecido a lo tuyo también, y no terminé bien en eso —expresó susurrante—. Supongo que cuando llegaste a mi casa, fue la señal de que yo te necesitaba también.
—¿Me necesitabas?
—Aún lo hago.Arturo dió una ligera sonrisa.
—¿Quieres continuar esta conversación en la tienda de helados? Recuerdo que Dakota y tú solían ir mucho a ese lugar hace un par de años.
—Cuando yo era heterosexual y tu hermana no estaba metida en una relación tóxica —exclamé riendo.
—Y cuando pensabas que yo no era más que un bad boy.Le tomé de la mano para que me ayudara a levantar.
—Para serte sincero. Aún lo sigo pensando.
Arturo me dió un ligero golpe. Yo sonreí.
—Supongo que me vas a llevar en tu carro.
—¿Quieres caminar? Estoy seguro que te haría bien para adelgazar un poco—bromeó, acercándose a mi estómago.Volví a golpearlo.
Nos subimos en el carro de Arturo, y en un instante ya nos encontrábamos de camino a la heladería.
—Puedo preguntar algo, ¿cierto?
—Puedes preguntarme lo que quieras, pero no te aseguro que vaya a responderte, Ca.Miré mis uñas, y dude en preguntar. Sin embargo, ya no iba a quedarme con la duda una vez más.
—¿Por qué dejaste de hablarme? ¿Sabes que me sentía como la mierda cada vez que me rechazabas?
—Supongo que Noah hizo que te sintieras mejor, ¿cierto?Arturo se rió, y continuo manejando.
—¿Vas a responderme o no?
El chico frenó en un semáforo, y regresó a mirarme.
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Estancado en tu mirada.
RomansaCuando Carven descubre a su novio, Noah, siendole infiel su mundo cae a pedazos. A pesar de las peleas y los gritos que ambos tenían de vez en cuando, Carven nunca se hubiera imaginado que él le haría algo por el estilo. Devastado, Carven deberá dec...