Capítulo 34.

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VIERNES, JULIO 20, 2018.

—Estoy hasta el culo de esta puta fiesta —reclamé a la vez que me tiraba encima de la cama.
—Ni siquiera ha empezado. Podría terminar bien —susurró Steve acercandose más a mí.

Mi mejor amigo no había estado presente en los últimos días. No entendía muy bien la razón de su ausencia, pero me había pedido como un favor que no hiciera preguntas al respecto.

—No va a terminar bien. Noah me dirá que lo perdone, y la otra quedara como reina del baile. Lo sé. Al final de la noche, terminaré llorando y posiblemente, iniciando otra pelea. No quiero eso.

Steve se acomodó en la cama y levantó su brazo para que pudiera acostarme sobre su pecho.

—Esta noche no permitiré que hagas esto.

Nos quedamos un rato en silencio, mirando hacia el techo. Estaba cansado. Durante las últimas semanas mi vida había sido un caos. El baile, mis padres, Noah.

Todo aquello me mantenía intranquilo y no tenía idea de cómo arreglar. El baile, al menos acabaría esta noche y no tendría que preocuparme otra vez por eso.

Sin embargo, Noah y mis padres... seguían siendo un problema.

Tenía ganas de matarme.

—¿Cómo has estado?
—Es muy difícil no estar en casa. Samuel fue alguien generoso al dejarme pasar un par de días en su casa, pero ya empezaré a sentirme como un estorbo.
—¿Has pensado en quedarte conmigo? —preguntó Steve.

El fin de semana hacia sido el más duro. El hecho de habérselo dicho a mis padres, y que me hayan rechazado me afectaba dolorosamente. Y que mis amigos ni siquiera me habían escrito en ese fin de ese fue algo horrible. Al igual que mi platica con Noah.

Todo había sido muy caótico.

—No he pensado en eso, Steve. Sería gracioso verte en la mañana solo en bóxer pero tus padres se darían cuenta que me estoy quedando aquí—respondí, fatigado solo de pensar en las pocas opciones.
—Ellos te adoran, Ca. Te permitirán quedarte.

Nos quedamos casi una hora más acostados sin decir nada. A mi mejor amigo no le importa que fuera cariñoso o afectuoso con él. Y gracias a eso, fue que tuve tanta confianza.

Mientras estábamos ahí, pensé en lo que sería después de vacaciones y me aterré. Tenía que ir con mi hermano ya que esa era mi una opción, pero ya no estaba tan convencido de hacerlo.

Bien, adoraba a mi hermano y todo eso pero, ¿viajar a un país desconocido para mi? ¿Otro idioma?

Estaba aterrado por aquel cambio, pero para mí no era ninguna sorpresa. Estaba empezando a aceptar los cambios en mi vida.

—Levantate. Tenemos que cambiarnos.

Bianca ya debía estar ayudando a Dakota a dar los últimos arreglos del baile. Era gracioso, porque yo fobia estar junto a ellas pero había dicho que era posible que no vaya.

Ellas me creyeron. Ilusas.

—Yo ya estoy listo. Tú eres el que parece un vagabundo.

Me miré al espejo por unos minutos y no pude estar más de acuerdo. Mis ojos tenían más ojeras de lo normal, y mi rostro tenía muchos más granitos.

—Vete a la mierda.

Se suponía que debía haber alquilado un traje. Camisa y chaqueta. Había planeado aquella velada con Noah desde hace mucho antes de postularme como candidato. Ambos habíamos visualizado un futuro en el que estaríamos juntos por un largo tiempo. O al menos hasta que acabara el colegio.

Estancado en tu mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora