Capítulo 32.

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DOMINGO, JULIO 15, 2018.

—¿Estás aquí?

Miré hacia atrás, esperando que el chico entrara y me dijera que sí. Pero no hubo respuesta.

Así que todo el desayuno que estaba haciendo para dos personas, tendría que comérselo solo una.

Era temprano, pero yo necesitaba hacer deberes. A pesar de que mis cosas se encontraran en mi casa, tenía que averiguar la forma de entrar y tomar todo lo que fuera necesario.

Ropa, mochila, cuadernos, dinero.

No tenía idea de por cuánto tiempo me quedaría en casa de Samuel. Pero de algo estaba seguro. No podía abusar de su hospitalidad.

Lo bueno era que en menos de lo que parecía, saldría a vacaciones. Y eso significaba que podría ir a vivir con mi hermano, y estudiar el último año de colegio sin tenerme que preocupar de esta horrible ciudad.

Pero también significaba que debía conseguir un trabajo, con el cual pagar los diferentes gastos que tuviera. Sin contar los libros del colegio, y todo lo que implicara a este.

Durante las tres noches que estuve solo en la habitación que Samuel me había prestado no paraba de pensar en eso. Pero por el momento, debía prepárame en cosas que estuvieran pasando.

El baile de graduación.

Tomé mi celular y, mientras desayunaba, le escribía a Bianca. Los boletos, la música y el colorante de Neon ya estaban listos. Muchas de las decoraciones ya habían sido compradas por Dakota, al igual que ya teníamos listo al DJ.

Las pocas cosas que nos faltaban se trataban de las bebidas, la bola de brillos que usualmente se utilizaban en las fiestas, un par de parlantes y comprar los regalos para el rey y la reina del baile.

Por suerte, esto también estaba por acabar.

—Carven, tenemos que comprar las cosas hoy. Durante las siguiente semanas estaré ocupada y se lo mucho que me necesitas para esto. Dime que puedes ir a comprar hoy...

No podía, tenía que ir a buscar el dinero a casa. Y eso no significaba más que ver a mis padres, porque este día ambos lo tenían libre.

—Seguro. Iré a tu casa a buscarte a las doce.
—Gracias.

Terminé mi desayuno y me levanté de la mesa. Todavía faltaban tres horas para que tuviera que ir a ver a Bianca, lo que me daba el tiempo casi suficiente para hacer todo lo que debía.

Limpiar un poco la casa, ver a mis padres (posiblemente ser asesinado por estos), ir a donde Bianca. Lo usual...

El bus estaba lleno, y la gente no me permitía ir hasta la puerta para poder salir. Eso dejaba en claro, que mi vida no iba a ser tan bueno.

Al bajarme después de casi tres paradas de la que debía, empecé a correr para llegar a casa. Toda mi preparación había sido un caos.

Ya eran casi las doce y, según lo planeado, ya debería estar cerca de la casa de Bianca. Lo malo fue que limpiar todo el desastre que tenía Samuel me llevó más tiempo del necesario.

Aún no tenía idea de que forma iba a entrar a casa, sin embargo, mi hermano me había dicho que ese día iba a ir a hablar con mis padres. Si Marcus se encontraba ahí, podría usarlo de excusa.

Si no era así, estaba empezando que quizá me quedaría afuera.

Mientras corría, mi celular vibraba dentro de mi pantalón haciendo que me pusiera incluso más nervioso. Posiblemente Bianca trataría de asesinarme.

Estancado en tu mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora