57.5) NO DESPIERTA

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"J: Nunca amaré a nadie...como te amo a ti - musitó segura de lo que decía.

Su cuerpo aún desnudo abrazaba al mío con determinación.

V: Eso aún no lo sabes - acariciando su cabello - Te queda...mucho por delante.

J: Es de lo único que estoy segura Valentina - un poco ofendida - Sé que no amaré a nadie, como te amo a ti! "

De nuevo me encontraba sola. Sosteniendo la mano de mi Juls, aún con el anillo que la dejé. No puedo evitar que todos estos recuerdos vengan a atormentarme un poquito más. Me acostumbre al ruido de las máquinas, por algunos momentos no los escuchaba si no me concentraba en ello. Su madre me dijo que ahorraron por mucho tiempo para que su padre y Sofía, la hermanita de Juliana, pudieran venir a Miami. Tenían el dinero, pero su padre no estaba seguro de querer dejar su trabajo, y ahí fue cuando se distanciaron mucho.

Ahora llegaría, tal vez por la noche, o la madrugada, para despedirse de alguien...que no se acaba de ir. No entiendo cómo pueden hacer eso. Yo sigo aquí, porque me aferro a la idea de que puede despertar, tengo demasiada fe en esto.

Las lágrimas ya me parecían algo natural, ni me tomaba la molestia de removerlas. Me quedé mirando su rostro, tratando de recordarla alegre, hiperactiva, subiendo y bajando de todos lados. Cantando, tarareando. Era tan hermosa, era tan perfecta.

X: Buenas tardes - dijo una voz masculina.

Voltee a verlo. No se veía como un enfermero, más bien como un residente. Tenía una carpeta, seguramente con el progreso de Juliana, porque quiero creer que hay un progreso. Respondí con una media sonrisa. Tenía el cabello todo alborotado, creo que era el estilo. Tenía un rubio, muy pálido. La estructura de su rostro era algo graciosa.

M: Mi nombre es Michael, Michael Clifford - dijo tratando se sonar serio - Desde ahora le haré los chequeos a la señorita...Valdez.

Clifford, eso causa gracia a cualquiera, no pueden decir que no. Acaso no era ese...un perro? De los dibujos animados, estoy casi segura. Su apellido me alegró un poco el día. Asentí dándole a entender que lo escuchaba. Me limpié un poco el rostro con la caja de pañuelos que seguía a mi lado.

V: Hay algún...progreso? - aclarando mi garganta.

M: Pues... - meditó viendo los papeles.
Lo miré expectante. No quiero pensar que es lento, pero se estaba tardando para darme una respuesta.

M: Sigue habiendo una respuesta motriz - ladeando un poco la cabeza - La actividad cerebral subió un poco, sigue siendo mínima, pero incrementó.

Sonreí por primera vez. ¿Lo ven? Había esperanza, no pueden dejarla ir tan fácil, no una vez más.

V: Entonces...es posible que despierte? - con un atisbo de entusiasmo.

M: No es algo muy común - con honestidad - Si es que lo hace, es posible que tenga alguna parte del cerebro afectada.

Lo miré un poco confundida.

M: Es decir, puede que esto tenga repercusiones, puede que no sea igual que antes - se explicó.

Me quedé en silencio, dejando que acabará de hacer su chequeo, y luego se fue, despidiéndose educadamente. No sea igual que antes. Eso podría tomarse de muchas maneras, pero si incluimos a alguna parte de su cerebro afectada pues...puede que tenga problemas al desarrollarse, que la repercusión sea alguna deficiencia en el cerebro.

Me quedé pensando en todas las posibilidades mirando a un punto incierto. Cómo me sentiría si me despertara y no pudiera comunicarme con los demás? O que los demás ya no entiendan lo que digo? Qué haría si mi cerebro ya no funcionara igual, y no pudiera hacer lo que hacen los demás? Acaso es una mejor opción que...no despertara?

La enfermera me interrumpió, dándome a entender que el horario había llegado a su fin. No sé si era sólo yo, o eso pasaba demasiado rápido. Me puse de pie, dejé un beso en su mejilla esta vez, y me fui. Me sentía bastante aturdida, ya no sé qué pensar, ya no sé qué quiero. Ya no sé qué es lo mejor para ella.

Me subí al auto y me quedé pensando, con la mirada perdida. Sinceramente no sé por cuanto tiempo, ya no contralaba eso. Sacudí un poco la cabeza, y encendí el motor para irme a casa. No tardé mucho, no había casi nada de tráfico.

V: Qué haces aquí? - irritada.

No me contestaste el teléfono, ni los mensajes-dijo molesto-Pensé que algo te había pasado.

Cerré la puerta del auto fuertemente. Caminé hacia la puerta principal ignorando su presencia. La dejé abierta, no quería que me irritara más de lo que ya lo estaba haciendo. Caminé hasta la cocina y me saqué las gafas, apoyándome en la barra. No me quiero ni imaginar la cara de perro apaleado que tengo.

Qué te pasó?-preguntó preocupado-Está todo bien?

V: No, nada está bien - un poco molesta.

Respiré un poco, no quería desquitarme con él, no tenía nada que ver en todo esto.

V: Ya no puedo seguir...con esto - apuntándonos a ambos - No es el mejor momento, no tengo la cabeza aquí.
Me miró un poco desconcertado. No tenía importancia, no llevamos juntos más que unas semanas.

Fue...algo que hice?-preguntó confundido.

V: No, no, no es nada de eso - negué de inmediato - Simplemente...no puedo.

Pero...pensé que ibas a darnos una oportunidad-dijo más enfadado que entristecido.

V: Lo sé, pero sabes que amo a alguien más... - encogí de hombros - Siempre lo supiste.

Rodó los ojos. No puede mentir, se lo dije desde el primer momento, pero él aceptó. Él fue con el que me acosté y terminé embarazada, por eso quería darnos una oportunidad, pero ya de nada valía, ya nada nos ataba para estar juntos.

Está bien, como quieras - escupió molesto - Sigue siendo una asquerosa lesbiana.

Elevé las cejas un poco sorprendida. Nadie me había dicho eso hasta el momento, y con el asco que lo decía, si dolía un poco.

V: Eres un imbécil - hirviendo en furia.

Me acerqué un poco a él, lástima que este se concentró demasiado en mirarme con fuego en los ojos, ya que no vio venir el puño que se estrelló contra su rostro. Joder...se sintió demasiado bien. Me dolía la mano como la mierda, pero lo disfruté. Lamentablemente este...era un idiota con todas las letras, así que recuperó el equilibrio y me lanzó una bofetada, pero de esas que te hacen ver estrellas.

Mal momento, mal lugar, persona equivocada. Retrocedí un poco, tomando lo primero que mi mano palpo. Se lo estrellé en la cara, viendo los vidrios explotar en su rostro y parte en mi mano. Cayó al suelo sujetándose el rostro. Me volví a acercar a él, y lancé puñetes sin siquiera importarme a dónde caían. Veía la gotita de sangre saliendo de mi labio hacía su rostro. Unas lágrimas llenas de rabia también lo rozaban.

B: Valentina!! Valentina!! Qué mierda estás haciendo!!? - chilló mi hermana menor.

Levanté el rostro. Salí de mi trance. Sus brazos me jalaron bruscamente, pero me solté de ella de inmediato. Mis manos estaban bañadas en sangre, no podía distinguir si era mía...o suya.

B: Mierda Valentina... – aterrorizada - No despierta...

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Enseñame Lo Que Es El Amor - Juliantina (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora