62.5) SI ES LO QUE QUIERES

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Hubiera preferido que sea un sueño, uno muy malo, pero al menos tendría la posibilidad de despertar y olvidar el mal rato. Llegó la enfermera que hace unos momentos ensucié por mi estúpida alegría con uno de personal de limpieza. No sabía siquiera que decirle. Rogarle? No Juliana, no me eches pero que a un puto perro. Volví a mirarla, tenía cara de pocos amigos, y se concentraba en la persona que limpiaba el piso.

Escuchar esas palabras saliendo de sus labios, fue peor que mil patadas en el estómago. Después de entrar, segura de que tendría que despedirme de ella, que ya no estaría más acá, y llevarme la mejor sorpresa que tuve, de verla despierta, era...casi lo mismo, vine a despedirme y no verla más.

V: Escucha... - cuando al fin dejaron la habitación - Lamento que todo haya...salido mal entre nosotras.

Miraba a la pared, ignorándome sin intentar disimularlo.

V: Me siento como la mierda por no haber estado ahí para ti, no tienes idea de lo miserable que me siento - intentando no quebrarme - Te pido...disculpas si te hice sufrir, lo siento, enserio lo hago.

Me quedé a los pies de la cama, apoyando mis manos en la reja que tenía.

V: Pero mi vida perdió todo sentido al pensar que ya no estarías...que ya no estarías de una manera definitiva – argumenté - Me la pasé lamentando el hecho de no haberte...apreciado más.

No le interesaba ni una mierda lo que le estaba diciendo.

V: Joder Juliana! Al menos mírame – molesta - Qué no entiendes que te amo? En qué idioma quieres que te lo diga?6
Esta vez me miró, pero de una manera fulminante que llegaba hasta calarme los huesos.

V: Sabes qué? – rendida - Me quieres lejos? Está bien, si es eso lo que realmente...quieres.

Elevé mis manos demostrando que renuncio. La miré unos segundos más, creo que intentaba responder, pero las palabras no salían de su boca. En ese momento escuché a Sofi entrar de nuevo, abrazándome por la cintura.

V: Linda - tiernamente.

Limpié el borde de mis ojos, para que no notara mi estado de ánimo.

S: Me prometiste un helado - recordándolo.

V: Es verdad – asintiendo - Lo quieres ahora? O te paso a recoger a las 6?

S: Te irás? - haciendo un puchero - Quédate! Conmigo y Juli!

Miré a Juliana, quien me miraba un poco confundida. Bueno, tuve tiempo para establecer cierto vínculo con su hermanita en este tiempo.

V: Oh no cariño, debo irme - riendo un poco incómoda - Quédate tú con ella.

S: Está bien, la cuidaré por ti - sonriendo.

Sentí como los micro pedazos de mi corazón volvían a romperse.

V: Ok, entonces...mañana por la mañana iremos por el helado – abrazándola - Te parece bien?

S: Si! - emocionada.

Miré a Juliana, tratando de no sonar herida, tratando de...mantener la compostura.

V: Adiós... - como si nunca más fuera a verla.

Mantuvo el contacto visual un par de segundos más, y luego desvió la mirada. Asentí con la cabeza para mí misma. Di media vuelta para salir y me encontré con sus padres.

L: Ya te vas?

Me sentía cada vez peor.

V: Si, debo...irme - ladeando la cabeza.

Me miraron un poco confundidos. Avancé unos pasos y me despedí de ellos rápidamente con un beso en la mejilla. Salí a paso acelerado. Quería tirarme al piso y llorar, pero sería patético. Bajé a la recepción y firmé algunos papeles nuevos, iban a cambiarla a una habitación de atención común, pero sería personal. Me comprometí a pagarla, ya estaba en esto, debía acabarlo.

Sentí los últimos rayos de sol calentando mi piel. Tenía tantos sentimientos encontrados que no tenía idea a cuál prestarle atención. Juliana está despierta, eso es lo que quería, y se cumplió. Debo sentirme feliz por eso. Debo celebrar ese hecho, que no me quiera más en su vida, que no pueda siquiera verme...debía aceptarlo, con el tiempo dejaría de doler, o eso supongo.

Tomé mi celular, mis manos seguían temblando, empiezo a creer que hay algo mal conmigo. Marqué el celular de Belinda, le gustaría saber esto.

V: Bel? - cuando dejaron de sonar los tonos que marcaban el ritmo.

B: Val? Estás bien? Está todo bien? – preocupada - Dónde estás?

V: Cálmate - con una débil risa - Estoy bien.

No sé si lo estoy realmente.

V: Tengo una noticia - un tanto emocionada.

B: Qué pasó? - perdida.

V: Juliana... - en un suspiro - Despertó.

Escuché su jadeo de sorpresa, dejando un silencio en la conversación.

B: Es enserio!? Dios Mio!!! Eso es increíble – emocionada - Oh por Dios!!

Sonreí ante su reacción. Me hubiera gustado tener la misma y no ser interrumpida por la actitud de Juliana, que en realidad, estaba en todo su derecho.

V: Lo sé... – desanimada - Es increíble.

B: No suenas...muy contenta - extrañada.

V: No, no, estoy completamente feliz por eso, es lo único que pedí - frotándome la frente - Sólo que lo primero que me dijo fue...que no me quiere ahí.

Podía recordar su voz, sus labios moverse, sus palabras tan...cortantes.

B: Oh... - haciendo una pausa - Eso es bastante malo.

V: Sii, pero qué puedo hacer! - sin importancia - Era de esperarse.

B: Lo siento tanto - con honestidad.

V: Yo también lo siento - torciendo los labios - Pero!! Está despierta, eso...es lo que cuenta ahora.

No respondió ante mi frase, dejando mis palabras en el viento.

B: Quieres que nos vemos? – tímidamente - Aún tienes que explicarme las cosas.

Suspiré al recordar la bomba que dejé durante el almuerzo.

V: Está bien – resigné - En mi casa en 10 minutos.

B: Ok, maneja con cuidado - al despedirse.

Me quedé unos minutos, tenía esta costumbre de quedarme colgada analizando las cosas. Encendí el auto, llegando en cortos minutos a casa, encontrando a Belinda en la puerta con el celular en la mano. La luz le iluminaba el rostro. Me detuve para verla, su vientre se veía demasiado tierno en ella. Se veía feliz, me gustaría serlo también.

B: Val! - estirando los brazos.

Sonreí de lado abrazándola. Me quedé unos segundos más de la cuenta, dejando ir un suspiro. Me apretó más, haciéndome entender que estaba ahí para mí. Era la mejor. Abrí la puerta de casa, dándole paso a ella primero. Fuimos hacia la sala, y me desplomé en uno de los sofás.

B: Puedes empezar - sentándose enfrente de mí.

V: No sé qué es lo que quieres que te diga - abrazando uno de los almohadones.

Recosté mi rostro en esté, mirándola con desgano.

B: Valentina... - me reprendió.

Suspiré rodando los ojos.

V: Me siento mal, muy mal – cansada - No quiero hablar de nada.

Asintió frunciendo los labios.

B: Muy bien, entonces... - moviendo las manos - Quieres ver una película?
Lo medité por unos minutos. Bien, Blelinda no hablaba durante las películas, podría aprovechar para tomar una larga y perfecta siesta. Asentí lentamente aceptando. Se sentó a mi lado esta vez, después de dejar la película dentro del DVD. Acomodé el almohadón en sus piernas y me eché encima. Acariciaba mi cabello, enroscándolo entre sus dedos. Cerré los ojos por unos segundos, me recordaba a Juliana.

La película empezó, miré el televisor como si le estuviera prestando alguna atención, pero no podía hacerlo realmente. Recordé lo que pasó por la tarde, esa mirada llena de odio. Me esforcé por encontrar un atisbo de amor, de ese amor con el que me miraba antes, y los suspiros que daba. Una lágrima rodó por mi mejilla, humedeciendo el almohadón, sin que Belinda lo notara.

Estaba viva, mi Juls estaba viva, eso era lo importante. Cerré los ojos dejando que las lágrimas me rodearan por completo, tratando de no quedarme sin aire para que mi hermana siga sin notarlo. Pero fue en vano. Al escucharme acarició mi brazo tiernamente, dejando que me desahogara. No podía parar la salida de estas gotitas de agua salada. Terminé quedándome dormida, lamentando el día en que la conocí.

Perdon perdon por la demora de verdad... es que estaba tan enferma, que ni siquiera podia mover ni parar de la cama... PERO te lo prometo que el dia sabado subo maratón 🙏

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Enseñame Lo Que Es El Amor - Juliantina (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora