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S: Valentina! - su tierna vocecita.
V: Sofi! - abrazándola.
Saludé con un beso en la mejilla a sus padres, ya ni ex suegros merecía decirles.
V: Cómo ha estado todo? - le pregunté a la pequeña sentándome a su lado.
S: No ha estado muy feliz - encogiendo sus hombros - La doctora dijo que le cuesta hablar y moverse.
Miré con el ceño fruncido a Lupe, buscando respuestas.
L: Dijo que le costará hablar por el derrame que tuvo...cuando intentaban salvarla - moviendo las manos - Y su cuerpo no responde bien a los movimientos que su cerebro ordena.
Ese era el defecto que le quedó. Era algo leve, algo reversible, bastante reconfortante.
V: Y cuánto tiempo le tomará recuperarse? - preocupada.
L: No lo saben, cada paciente es diferente, toma de un mes a un año - torciendo los labios.
Arquee las cejas sorprendida. Por eso no estaba contenta, seguramente se sentía absolutamente frustrada. Había que recordar que...ella prefería estar muerta que seguir aquí.
J: Entramos?
V: Oh...vayan ustedes, yo me quedaré - apuntando a la recepción - Debo arreglar algunas cosas.
Lupe asintió y entró junto a Sofi, pero Jacobo se quedó sentado, mirando cómo se alejaban. Luego volteó a mirarme, y se acercó, para sentarse a mi lado.
J: Pasó algo? - entrelazando sus manos.
Lo miré unos segundos, su mirada severa no dejaba espacio para que le mintiera.
V: No me quiere ahí - con sinceridad - No quiero molestarla.
J: Cómo lo sabes? - extrañado - Te...te dijo algo?
Asentí.
V: Ayer, me lo dijo – suspiré - Sólo que no quiero defraudar a Sofi.
J: Ayer no dijo ni una palabra - comentó - Ni con la terapeuta, ni con la doctora, ni con Sofi.
Oh! Eso es excelente. Sólo abría la boca para mandarme a la mierda.
V: Pues...a mí me lo dijo muy claramente - moví un poco la cabeza.
J: No quiso decir nada - negando con la cabeza - Deberías...intentar hablar con ella.
Reí irónicamente sin poder controlarlo. Luego lo miré pidiendo disculpas.
V: No creo que le haga bien – segura - Yo no le hago bien.
Desvió la mirada, frunciendo los labios, tomando una expresión más seria que antes.
J: Escucha - empezó a decir - Yo no quisiera una mujer para mi hija, quisiera verla casada con un hombre, una familia bien formada, yo no desearía esto para mi hija.
Me dolió bastante.
J: Pero lo que más me gustaría, sería verla feliz, que este satisfecha con la vida que tiene, y tú...no veo el por qué podrías hacerle mal - me miró a los ojos - Sé que tu preocupación y tu cariño hacia ella son completamente sinceros, si no lo creería, no estaría aquí conversando contigo.
Él no entiende. Yo le hago mal, le hago mal a todos, soy lo peor que le podría pasar a alguien.
J: Tú le harás bien - terminó por decir - No te rindas tan fácilmente.
Me regaló una sonrisa de lado, pero con cierta frialdad. Se levantó y se fue. Me quedé sentada en silencio. Yo no le hago bien, en realidad ella me hace bien a mí, ella llegó a mi vida para sanarme, para curar todo lo roto que tenía. Ella me hacía mejor en tantos sentidos que no podía ni contarlos. Ella iluminó mi mundo, yo no, yo siempre fui la que necesitaba arreglo. Pero terminé rompiéndola, cuando ella sólo intentaba arreglarme.
No quería entrar. Ya me dolió bastante su reacción, como para seguir acumulándome este sentimiento tan espantoso. Quisiera entrar, y ver esa dulzura en sus ojos, pero ya no existía para mí. Aunque debo aceptar que...su padre tenía razón. No podía rendirme tan fácilmente, ella era...el único amor de mi vida. Podría apostar mi vida, a que nunca podré amar a alguien de esta manera.
Froté mi rostro con frustración. Debía luchar. Ella está viva, despierta. No me rendiría esta vez, debo intentarlo, debo intentar estar con la persona que más quiero. En este momento sólo tengo ganas de abrazar a Alejandro, y agradecerle por haber abierto mis ojos.
Caminé con seguridad hacia su habitación, subía las escaleras dando pequeños brincos para apresurar el paso. Llegué a la puerta, con una expresión de emoción, pero antes de que pudiera entrar, llegó la doctora. Frené, dejándole paso para que entrara, pero no lo hizo, se quedó frente a mí. Se tomó la molestia de decirme lo que ya me dijo Lupe, pero lo hizo con términos médicos. Yo asentía, sin poder evitar mirar a Juliana de reojo. Es que acaso es posible que alguien se viera tan hermosa en una Juliana de hospital?
Buen día - dijo entrando a la habitación.
Entré tras ella. El electrocardiógrafo sonaba irregularmente poniéndome nerviosa. La doctora se acercó a observarlo, y después sonrió. Eso es bueno? No quise preguntarlo, no quería ni hablar frente a Juliana. Me intimidaba un poco su mirada, que seguía siendo tan fría como ayer. Miró a Juliana, y volvió a sonreír con ternura.
Bueno, la terapeuta llegará en cualquier instante - dijo moviendo las manos - Así que Juliana, ya lo sabes, si quieres salir rápido de acá, debes poner de tu parte.
Juliana la miraba con indiferencia. Qué bueno! No era sólo a mí. La doctora giró sobre sus talones, despidiéndose y desapareciendo por la puerta.
Ja: Qué tal si vamos por un café!
S: Sii! - con emoción.
L: No cariño, para ti será chocolate - riendo.
Sonreí de lado al ver su expresión de disgusto. Salieron, y sentí un poco de tensión en el ambiente.
V: Cómo...te sientes? - sentándome un poco alejada de su camilla.
Encogió sus hombros.
V: Bien...es un buen estado de ánimo - moviendo la cabeza.
Desvié la mirada, pero aún sentía la suya, fulminante, sobre mí. Empezó a toser, y la miré con preocupación. Me incorporé para servirle un poco de agua. El vaso ya traía una bombilla, así que la acerqué rápidamente a sus labios. No se resistió, ya que lo necesitaba.
V: Mejor? - alejando el vaso.
Asintió.
J: S...Ssi - con dificultad - Gra...gracias.
Sonreí inmensamente sin que me viera. Sí, era un poco estúpido sentirme especial por un simple "gracias", pero lo hago, me siento asquerosamente especial en este momento.
V: Te ves hermosa.
Quise golpearme internamente. Debería controlar lo que pienso...y lo que digo. Intentó sonreír, pero se esforzó por no hacerlo. Esa estúpida máquina volvió a sonar irregularmente. Me ponía los pelos de punta, después de todas las películas que vi, y como puede colapsar en segundos, me pone bastante nerviosa.
V: Sofi se parece mucho a ti - comenté - Es muy tierna.
Esta vez sí sonrió de lado, pero no me miraba aún.
V: Hey...antes de que regresen – musité - Quiero que sepas que estaré aquí para ti.
Movió un poco la cabeza, dejando su mirada en la mía.
V: Dejando de lado todo lo malo que paso con nuestra relación - casi susurrando - Siempre estaré aquí para ti.
Sus ojos seguían encima de los míos. Me concentré en ellos, eran preciosos. Pude...pude encontrar ese atisbo que estaba esperando, esa ternura que caracterizaba su mirada. Sonreí sintiéndome mejor. Asintió esta vez en vez de dar las gracias. Bajó un poco la guardia, esa era buena señal.
Buenos días! - dijo una voz de mujer.
Voltee el rostro. Seguramente era la terapeuta, era bastante atractiva. Tenía el cabello suelto, casi hasta la cintura, bajando en hondas bastante extensas, de color chocolate. Su piel color canela, y una sonrisa de un millón de dólares. Escuché a Juliana aclarando su garganta, sacándome de mi estudio de esta nueva mujer. Fruncí el ceño. Acaso estaba...celosa?
Doctora Genesis Rodriguez - dijo extendiendo su mano.
V: Valentina Carvajal contesté-Un gusto.
G: Todo mío - con una sonrisa.
No puede evitar sonreír ante su amabilidad.
G: Bien Juliana - dejando sus papeles de lado - Empecemos.
Me miró moviendo la cabeza levemente, dándome a entender que debía salir. Bueno...era la doctora, no podía contradecirla. Asentí y me levanté para salir.
J: No - dijo rápidamente.
Bajé la mirada, observando su mano envolviendo mi muñeca.
J: Q...Quéda...te - musitó mirándome a los ojos.
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Enseñame Lo Que Es El Amor - Juliantina (Terminada)
FanfictionPRIMERA PARTE Valentina era la nueva maestra de literatura, una mujer absolutamente hermosa, con una sensualidad que emanaba de cado poro de su piel, cruzó su camino con una joven llamada Juliana A Juliana no le importaba nada, ya había decepcionado...