53.5) AMO A SU HIJA

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Mierda, me dolieron hasta los dientes. Quité mi fría mano del rostro, y un hilo de sangre corría por mis dedos. Dónde mierda están los enfermeros cuando se los necesita! El dolor de cabeza incrementó notablemente. Bien...me reconoció, pero acaso sabía que tuve algo con su hija!? Espero que sí, porque si no...esta mujer está loca.

V; Buenas noches...para usted también - gruñí.

L: Es todo tu culpa!!! - molesta empujándome.

No hay seguridad en este puto lugar!? Es una mierda. Ya me sentía lo suficientemente culpable como para que su madre también venga a apuntarme con el dedo.

V: Lamento...lo que pasó - tratando de tranquilizarla - Lamento mucho lo que está pasando.

Siento interrumpir - dijo la doctora entrando a la sala.

Gracias al señor!

Usted es la madre? - preguntó elevando las cejas.

Asintió limpiándose las lágrimas.

Y usted es... - dijo moviendo las manos.
Ahora qué digo. Pareja? Ex pareja? Amaaante!! Y ahí su madre vuelve a caerme a golpes.

V: Novia - mirando al piso.

Está bien - dijo un poco extrañada - En este momento está estable, será observada constantemente las próximas 72 horas, son cruciales.

Me alejé un poco más de su madre. Tenía miedo que le diera algún tipo de ataque y quiera golpearme de nuevo.
Si después de esas 72 horas no hay señales de que despierte...pues lo mejor sería desconectarla - dijo guardando el bolígrafo en du guardapolvo - En este momento les pediré que se retiren ya que estamos fuera del horario de visita.

V: Perdón...pero yo no llegué a entrar – tímidamente - Puedo hacerlo? Serán un par de minutos, por favor.

Sentía la mirada asesina de su madre encima de mí. La doctora me miraba dubitativa, así que intenté poner mis ojos de cordero degollado.

Está bien - respondió rendida - Sólo unos minutos.

Se fue con su madre, y me dejó el traje ese en la banqueta. Me lo puse lo más rápido que pude. Miré a la puerta, como si fuera a hacerme daño. Abrí la puerta lentamente, y me dirigí hacía ella. Hacía demasiado frío, por qué lo tienen en tanto frío!! Acaricié su rostro, su piel seguía suave, pero fría. La sensación de muerte era palpable. Las lágrimas volvieron a caer, en un danzar en pena. Me dolía el pecho. Cómo fue capaz de hacer esto!!

V: No te vayas... – susurré - Por favor, no te vayas.

Tomé su mano. Ya no quería irme, quiero quedarme con ella. Sé que despertará, sé que lo hará. Escuché unos golpes, era la doctora tocando el ventanal para que saliera.

V: Te amo Juliana... - besé su frente.

Traté de no mojarla con mis lágrimas, así que me alejé rápidamente. Salí, y apenas me quedaban energías para quitarme el estúpido traje.

Mañana el horario de visita es de 9 hasta las 12 del mediodía y en la tarde de 3 a 6 - dijo mientras me acababa de quitar las bolsas de los zapatos. Asentí, dándole a entender que la estaba escuchando. Salimos y su madre seguía ahí.

V: Una pregunta - mirando a la doctora - No pueden...cambiarla de habitación?

Pues, está en terapia intensiva, las habitaciones personales...son muy costosas - dijo frunciendo un poco la nariz.

V: No, eso no interesa - un poco irritada - Pueden cambiarla de habitación? A una personal?

Claro, si eso es lo que usted quiere - dijo moviendo las manos - Está su madre de acuerdo?

Me miró, seguía muy aturdida por todo lo que estaba pasando.

Pues...si existe la posibilidad... - comentó encogiendo un poco los hombros.

V: Excelente - dije de inmediato - Hay algo...que tenga que firmar?

Sí, sí – asintió - Sígame.

Lo hice, y su madre también. Volvimos a recepción y me dieron mil papeles que debía llenar. Bien, me moría por seguir pasando mi madrugada en este macabro hospital. Empecé a llenarlos en silencio. Su madre acabó sentándose en la sala de espera. Firmé la última hoja, y les entregué todo.

Bien, en unos minutos le diremos que habitación le fue asignada - dijo la recepcionista no muy emocionada.
Di media vuelta, y busqué un asiento alejado de su madre, pero cerca a la recepción. Me miraba de una manera tan...severa, fría...asesina, me daban escalofríos. Miré a mi alrededor detenidamente. Esto no podía estar pasando...aún existía la posibilidad de que sea una pesadilla. Aún puedo despertar, debo hacerlo. Al despertarme lo primero que haría...sería correr a Juliana, decirle que siento haber arruinado la relación, pedirle una segunda oportunidad. Repetirle que la amo tantas veces que quedaría agotada.

Me froté los ojos con una mano. Me ardía el labio gracias a mi encantadora ex suegra, me dolía el pecho. Suspiré largamente. Cerré los ojos por un momento. Juliana va a estar bien, lo estará. Tenía que repetírmelo constantemente para no perder la razón. Abrí los ojos, ya eran las 3:30 de la mañana.

Disculpe, señorita Carvajal - la recepcionista - Está en la habitación 105, segundo piso, hacia la derecha.

V: Gracias - asintiendo una sola vez con la cabeza.

Miré a su madre, como esperando a que se acercará a mí. Lo hizo y caminamos en silencio. Llegamos al segundo piso, y era la primera habitación a la derecha. Miré por la pequeña ventanita que tenía la puerta. La imagen era la misma. Abrí la puerta y me adentré en la habitación. Era mucho más cálida. Toqué su piel, empezaba a entrar en calor. Al menos estaba en mejores condiciones. Entró una enfermera y frenó al vernos.

Perdón, pero no son horarios de visita - dijo seriamente.

V: Si, si, lo siento - respondí rápidamente - Sólo quería asegurarme de que todo estuviera bien.

No se preocupe, se le dará el mejor trato - hizo una mueca parecida a una sonrisa.

Su madre se acercó y le acarició el cabello en forma de despedida. Salí...y terminamos lado a lado nuevamente.

L: Están...juntas? - en un tono despectivo.

V: De hecho... - nerviosa - Ya no.

Me habló! No sé si sentir más miedo, o dejar de tenerlo. La miré unos segundos, parecía muy aliviada.

L:Y por qué haces...esto por ella? - confundida.

Bajé la mirada. Porque ella era todo, ella significaba demasiado para mí, si ella se fuera...me iría tras ella.

V: Amo...a su hija - en el tono más sincero que me salió.

Me miró con el ceño fruncido. Creo que va a golpearme de nuevo. Desvió la mirada, y el silencio volvió a hacernos compañía. Ya estábamos fuera del hospital, y se aproximó a la vereda.

L: Quiere que...la lleve? - en un suspiro.

V: No, no te preocupes - mirándome de reojo.

L: Insisto, ya es muy tarde - frunciendo los labios - Déjeme llevarla.

Una tenue lluvia caía encima de nosotras. Asintió resignada. Nos subimos al auto y encendí la calefacción. No me dio la dirección, creo que ya suponía que la sabía. No dijo nada durante el camino. Llegamos a su casa y me estacioné.

L: Muchas gracias -musitó seriamente - Nos vemos mañana.

Cerró la puerta. Sonreí de lado. "Nos vemos mañana". Era un avance.

Enseñame Lo Que Es El Amor - Juliantina (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora