71.5) CUANTO TIEMPO MÁS

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El dolor de cabeza me estaba torturando. Entré al aula, no había nadie. Suspiré un tanto aliviada. Extraño esos días en los que lo primero que veía...era a Juliana. Sentada con una sonrisa grabada en los labios. Eran menos de 5 minutos los que podíamos compartir a solas, pero eran de los mejores.

Ahora era todo distinto. No quería verla. Me hacía demasiado mal. Me froté la sien, cerrando los ojos suavemente. Hasta la luz me causaba más dolor, así que no me saqué las gafas oscuras.

J: Buen día! - dijo su chillona voz.

Di un salto del susto, y luego la miré severamente. Cosa que claramente no podía apreciar gracias a mis gafas.

J: Cómo estás? - entusiasta.

Negué con la cabeza y suspiré. Si logro ignorarla todo el día, todo estará bien. Tomé mi bolso, fingiendo que no estaba ahí, y empecé a sacar los apuntes que tenía para hoy. La escuché protestar por lo bajo. Rodé los ojos. Ella empeoraría cualquier dolor que tuviera.

Escuché a otros estudiantes entrando, así que retrocedió unos pasos. Sonreí de lado. Bien, aléjate, vete, lejos, muy lejos.

J: Valentina...necesit... - empezó a decir.

V: Señorita Carvajal - corregí con frialdad.

J: Es enserio? - susurró molesta.

V: Ve a sentarte Valdez.

J: Pero...pero Valentina! Necesito habl... - se quejó.

V: Es...sobre la materia? - mirándola.

Entreabrió la boca. Arquee las cejas esperando su respuesta.

V: Bueno, entonces...vaya a sentarse - moviendo la mano.

Rodó los ojos, y se fue maldiciendo a todos los cielos. La frialdad con la que trato ciertas cosas suele sorprenderme, no es algo...que sea fácil, pero es lo que debo hacer. Esperé unos minutos a que llegaran todos. Vi a esa muchacha de cerquillo colorido. Tenía unas ganas locas de golpearle la cara. Era linda, eso era lo peor, era bastante simpática, y parecía ser un imán de personas, porque escuché a más de uno suspirando su nombre.

Suspiré, ya estaba agotada antes de siquiera empezar.

V: Buenos días - con seriedad.

Pocos eran los que respondían.

V: Bien, para empezar daremos un pequeño examen.

Ya empezaron a rebuznar como animales. Tomé un poco de aire. No estaba de humor para soportarlos.

V: Él que quiere puede retirarse - encogí mis hombros - Sus notas no me afectan.

Seguían protestando en mil idiomas. Saqué las hojas de mi bolso. Eran demasiados como para repartirlas una por una, y peor con Juliana cerca.

V: Se quedan con uno y lo pasan para atrás - indiqué.

Volví a mi asiento, y recargué la cabeza en las palmas de mis manos. Sólo quiero irme. Debería renunciar, debería considerarlo seriamente. Este lugar sólo me trae una sarta de malos recuerdos. Levanté la mirada. Todos veían el examen cómo si fuera un puto alien. Tuvieron un mes para leer el libro, no entiendo qué es tan difícil.

Miré a Juliana. Tenía una cara de desorientación fatal. Cerré los ojos. Claramente no leyó el libro. Tuvo más tiempo tratando de matarse que de tomar un libro y leer.

V: Valdez

Levantó su cabecita inmediatamente y me miró con las cejas elevadas. Moví un dedo, indicando que se acercara. No entiendo por qué lo hago. Alguien debería golpearme. Se acercó a paso rápido. Tenía un hermoso brillo en los ojos.

V: Siéntate - ordené.

Acercó el asiento que vio primero, y se sentó enfrente de mí.

V: Leíste el libro? - pregunté en un tono más humano.

J: Sólo...alcancé a la...mitad - con timidez.

Bajó un poco la cabeza. Seguramente está recordando lo que hizo. Suspiré. Me gustaría entenderla. Me gustaría poder tomarla de la mano y sacar una sonrisa de esos labios tan hermosos que tiene. Retrocedí un poco, a estas alturas no controlo mis impulsos, y no quiero hacer algo de lo que luego me arrepentiré.

V: Responde lo que recuerdes - dije en tono calmado.

J: Está bien - contestó con un atisbo de tristeza.

V: Vuelve a tu lugar - desviando la mirada.

Asintió y lo hizo en segundos. Tenía casi toda la primera fila vacía. Será que intimido tanto? Ni siquiera soy tan estricta cómo podría serlo. Tomé el siguiente libro, y empecé a hojearlo, ya sería la tercera vez que lo leo. Es fantástico, lloro cada vez con la misma parte. Levanté la mirada. Sólo dos personas escribían, cómo siempre. Juliana miraba al techo, tal vez esperando alguna inspiración divina, pero se veía...preciosa.

Sacudí la cabeza, y volví al libro. Por mí les doy toda la clase, para que vean cómo vuela la mosca, para que escuchen música creyendo que no me doy cuenta, me da igual lo que hagan, no tengo ganas de renegar, y con ellos...siempre lo hacía. Parecían unas rocas, sin raciocinio alguno. Por eso Juliana me parecía tan seductora...tenía una forma de interpretar los libros, increíble, era muy inteligente.

Volví a sacudir la cabeza, no podía concentrarme en lo que estaba leyendo. Lo cerré y lo empujé lejos de mí. Los minutos pasaban, lentos, y en un silencio reparador. Me saqué las gafas lentamente, cerrando los ojos por toda la luz que existía en la habitación. Los fui abriendo lentamente y los froté con cuidado. Levanté la cabeza y me encontré con la absorta mirada de Juliana. Corté el contacto de inmediato, tal y como ella lo hizo.

Gruñí para mí misma. Odiaba estas estúpidas mariposas que me causaba cuando me miraba. Estos nervios sin sentido, y mi corazón palpitando a una velocidad incontrolable. Me sentía cómo una tonta adolescente enamorada del más guapo de la clase. Ella era la más guapa de la clase, y joder que estaba estúpidamente enamorada de ella.

Empecé a escuchar murmullos. Bien, cuando eso empieza, el examen acaba.

V: Pasen las hojas de atrás para adelante – sentencié - Hasta contar hasta 10, no está en mi escritorio no vale nada.

Conté en voz baja.

V: Ya, listo - dije juntando todos los que llegaron - Los demás, no tienen nota.

Empezaron a protestar de nuevo. No sé qué hacen en la escuela, deberían ser protestantes, les iría muy bien, este país necesita gente que...haga lo que estos chicos hacían mejor. Igual dejaron los exámenes retrasados y suspiré. No tengo ganas ni de levantarme.

Di la clase, sentada en una esquina de la mesa. Dicté un poco, les dejé tarea, y también el libro que debían leer. Lo más importante de todo...no miré a Juliana de nuevo. Me merecía una estrellita, porque era jodidamente difícil, y más cuando la desabrida esa la hace reír toda la clase.

Tocó la campana y estaba más desesperada que ellos de salir. Guardé mis cosas rápidamente, me colgué el bolso, y salí disparada por la puerta como si tuviera algo demasiado importante para hacer. Bajé a la dirección, y firmé los papeles de salida. Dejé algunas cosas en mi casillero, y me resigné a irme.

Crucé el patio, con la mirada perdida, hasta que...vi la cosa más indignante que haya podido apreciar hasta ahora. Estaba ahí, el enfermero de quinta, con una mano en el bolsillo, y otra mirando al celular. Es la primera vez que lo veo sin uniforme, tiene un estilo...peculiar. Traía unos pantalones negros rotos, y una camisa roja a cuadros. No puedo creer que ya esté saliendo con Juliana. Tan sólo me fui dos semanas, y ya tiene novio.

Sentí un malestar en la boca del estómago. Tenía unas ganas de golpearlo, mezcladas con unas ganas de llorar inmensas. Me quedé parada, observando la escena. JUliana se despidió de sus amigas, y se acercó a él con una sonrisa en los labios. Vi cómo llegó a él, y lo abrazó por el cuello, colgándose un poco de su cuerpo. El idiota sonrió y la abrazó con el brazo que tenía libre.

No vi un beso, y lo estaba esperando, me estaba preparando psicológicamente para eso, pero no sucedió. No sé si alegrarme por eso o no. Bien. Ahora mi día empeoró de una manera garrafal. Me sentía peor que la mierda. Continué caminando, tratando de arrastrar lo poco que me queda como corazón.

De pronto sentí unos brazos rodeándome con fuerza. Tuve que frenar en seco o podría haberme caído de cara. No estaba de humor para esto. Me di la vuelta, preparada para maldecir, y matar con la mirada a la persona que lo hizo, pero...no pude hacerlo.

V: Caaariñoo!! - dije con un atisbo de emoción.

S: Te extrañé!! - un tanto agitada.

Seguramente corrió para abrazarme. Le sonreí y le arreglé el cabello que traía en el rostro.

V: Yo también te extrañé - con una sonrisa en los labios - Estás aquí...sola?

S: Oh, no, no - negando con su cabecita - Mi madre está bajando del auto.

Asentí mirando a donde apuntaba.

S: Juli!! Juli!! - empezó a gritar.

No, no, mierda, no. Estaba de espaldas hacia ella, así que aún podía irme.

V: Hey....linda, debo irme - con nerviosismo - Fue lindo verte.

S: Nooo Valentinaaa!! - se quejó - No puedes irte!

V: Lo siento... - tratando de inventar algo.

L: Valentina... - saludó una voz seria.

Levanté la mirada, y su madre me estaba regalando una simple sonrisa.

V: Cómo está! - acercándome para darle un beso.

L: Muy bien… Y tú? Desapareciste!

Reí incómodamente, pero por suerte ella también lo hizo, así que me sentí menos tensa.

V: Sí...tuve que viajar - ladeando la cabeza.

J: Mamá! - esa vocecita que la escuchaba hasta en mis sueños.

Debo irme, debo escapar. El imbécil ese se paró a mi lado, y me sonrió con un atisbo de malicia.

V: Bueno, los dejo - musité de inmediato.

No miré a Juliana. Me acerqué a darle un beso a Lupe y otro a Sofía. Di media vuelta y me dispuse a caminar.

J: No! Espera! - llamando mi atención - No te presen...

V: Ya nos conocemos – cortante - Gracias.

Volví a mirar al frente y me fui. Me fui con el corazón más roto de lo que ya estaba. Con un nudo en la garganta, con una presión en el pecho que no me dejaba respirar bien. Tenía unas ganas de irme de nuevo, lejos, donde ya no pueda verla. Donde mi única opción sea olvidarla. Sentí la primera lágrima rodando por mi mejilla, antes de siquiera llegar al auto. Miré el piso, dejó un círculo perfecto. No sé honestamente, cuánto tiempo más pueda soportar esto.

Eeeeyyyyyyy... Dios estoy tan muerta despues del entreno🥵🏊🏼‍♀️

Pero bueni que te parecio???

Si quiere que subo el siguente entonces tiene que llegar hasta 400 ó mas Votos... Te espero hasta mañana ya que tengo trabjao que hacer (odio la U)

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Enseñame Lo Que Es El Amor - Juliantina (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora