Capítulo VI

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Gracias por tantos comentarios y mensajitos en Twitter por mi historia. No saben lo mucho que significa para mi que la estén siguiendo. Espero poder complacerlas en este nuevo capitulo y traer un poco de paz, que la tristeza es mucha... Resistamos que Maitino lo vale...

Capítulo 6

Maite se vio así misma en el espejo y se sorprendió al ver la línea de carboncillo en su mejilla. Quiso borrarlo, pero sólo lo empeoró un poco más. Se miró los dedos impregnados del oscuro del grafito y fue cuando percibió los bocetos a su alrededor. Y esos ojos que la observaban.

-¿Cómo ha pasado esto? – se preguntó en el silencio de su estudio vacío.

Camino acababa de tener una larga conversación con su madre. Una que había devengado en que tendría vía libre para dedicarse a sus clases con Maite. Su madre, aunque no había hablado con ella sobre la naturaleza del cuadro, estuvo impresionada y conmovida por la calidad de su hija en la pintura, por la sensibilidad que mostraba. Así que con un escueto "de todas formas, solo es un semestre" le dio su aprobación.

La joven salió muy apurada hacia la academia con una sola idea fija, encontrarse a su mentora. Maite estaba preparando sus elementos de trabajo cuando Camino entró exultante al salón de clase.

-Maite – dijo sin mediar saludo alguno.

-Buenos días, Camino – le respondió la mujer – veo que has vuelto a llegar temprano.

-Siempre que pueda, hoy especialmente – aseguró acercándose a la profesora – tengo que agradecerle lo que hizo – le confesó.

-¿Agradecerme?

-Sí, por enviarle mi cuadro a mi madre – la estudiante sonrió.

-Espero que no te haya parecido una intromisión de mi parte – comentó Maite – lo cierto es que era tuyo y no tenía el derecho a disponer así de él, pero tenía la impresión de que tu madre lo valoraría – la profesora sonrió tenuemente – espero que puedas perdonarme por haber tomado una decisión que no me correspondía.

-¿Perdonarla? Ya le he dicho, lo que tengo es que agradecerle – Camino sonrió – mi madre me ha dado su aprobación para participar del programa, ya no será un impedimento en mi formación.

Maite Zaldúa sonrió en conformidad – sabía que tu madre era una mujer que puede apreciar en verdad el talento cuando lo ve, no habría llegado tan lejos si no fuera así.

-Estoy tan feliz – Camino no escondió su alegría en absoluto y eso maravilló a la profesora – ya no necesito ir a la empresa si no lo deseo, me ha eximido de las juntas y el trabajo – la joven suspiró exultante – por este semestre soy libre, Maite, libre.

-Si haces un buen trabajo, y estoy segura de que así será, puede que seas libre por mucho más que un semestre – expuso la docente – solo tienes que demostrar esa misma pasión que has podido demostrar a tu madre al mundo entero.

-Espero estar a la altura – replicó la muchacha.

-Camino – Maite se acercó a ella con paso lento y la estudiante tuvo el tiempo para repasar las curvas de su cuerpo bajo aquella falda y la blusa que llevaba, se detuvo unos instantes en sus piernas y tuvo que menear la cabeza para volver desde el lugar dónde se había evadido – ¿me oyes?

-Eh, sí.

-Debes dejar de menospreciarte, no entiendo muy bien de dónde proviene esa inseguridad, no sé si es juventud o alguna otra cosa, no sé si alguien te hizo creer que no vales lo suficiente o si es sólo modestia exagerada – la profesora la tomó de los brazos y eso hizo que levantara la vista hacia ella -, pero tú vales lo suficiente, tú estás a la altura, Camino Pasamar, por eso te he elegido.

Camino a la Pasión [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora